Quince tesis para la construcción de una
izquierda europea de alternativa.
Rojos y Roges.
Fausto Bertinotti)
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(traducción Joan Tafalla)
UNA
OPORTUNIDAD PARA LA REFUNDACIÓN DE LA POLÍTICA
-las 15 tesis presentadas por Bertinotti-
Joaquín Miras Albarrán
“...mucho más temprano que tarde se abrirán las
grandes alamedas por donde pasará el hombre libre...”
1973. Presidente Allende. Radiograma.
Del siete al diez de noviembre se desarrolló en la ciudad de Florencia
la reunión europea del Foro Social, previamente acordada en Brasil. En este
encuentro masivo, en el que participaron cincuenta mil personas, se combinaron
el debate y la deliberación políticas con la movilización a favor de la paz,
contra el liberalismo económico y la globalización. En la movilización
estricta participó una cifra de manifestantes próxima al millón de personas.
De estos acontecimientos el lector del Viejo
Topo se encuentra bien informado.
La intención de este artículo es valorar políticamente un
acontecimiento acaecido durante el desarrollo de esas jornadas que no tiene
precedentes, y que posee una importancia capital para el lanzamiento de una
iniciativa práctica de refundación de la política en Europa, tras la
liquidación de la misma como consecuencia de la globalización: La difusión
del documento político elaborado por Refundación
Comunista, firmado por su secretario general, Fausto Bertinotti, en el que
somete a la deliberación pública una plataforma de quince puntos con el objeto
de debatir la refundación de la política, y
la reconstrucción de la opción de la izquierda.
Dicha propuesta es un acontecimiento, sin precedentes, necesario y
esperanzador, tanto por los contenidos programáticos cuanto por el
procedimiento elegido para darlos a conocer, que caracteriza, por sí, la
novedad que inspira el documento. Porque las quince tesis son, en primer lugar,
una propuesta política que se hace a la sociedad europea, dando razón
del por qué del nuevo marco geográfico elegido. Y, además, porque las quince
tesis constituyen un verdadero manifiesto
político. Veamos por qué:
En primer lugar el documento de las quince tesis es una propuesta política que se libra, directamente, a la deliberación de la ciudadanía concernida, que es la europea, a la que se interpela para que lo debata, y en concreto a aquel sector de la misma que ya se encuentra en actividad cívico política y que, en número importante, se hallaba reunida en Florencia. La singular característica de la opción elegida para abrir el debate es una evidencia ”tácita”, que está tan a la vista que se nos puede pasar por alto. Los militantes de las diversas fuerzas políticas y movimientos (no caben las fuerzas políticas que no tengan militantes) son considerados, no una colectividad diversa del resto de la ciudadanía, sino como parte de la misma: la parte más resuelta y consciente, eso sí, -por decirlo para fraseando un célebre panfleto librado al debate de la opinión pública democrático revolucionaria en 1848-, que ya ha dado el paso a la praxis política: a la acción ciudadana organizada.
Una vez hecho esto, el texto pertenece a la comunidad interpelada, y poco podrán hacer las eventuales maniobras cupulares, o de aparato, de determinadas fuerzas de la vieja izquierda para refrenar los efectos del mismo.
En segundo lugar, porque las tesis no proponen como
actividad política la “implementación” coordinada, a nivel europeo, de una
serie de medidas económicas y sociales, a desarrollar como ingeniería social,
desde el gobierno, mediante la utilización de los recursos económicos y
personales de los diversos aparatos de estado organizados, a partir del hipotético
acceso al gobierno, de fuerzas políticas progresistas. Sino que se dirige a la
sociedad misma, a sus diversos segmentos subalternos, para proponer su
organización y su participación directa, activa, en la política. El documento
de las 15 tesis rompe en esto también con lo habitual: no es una propuesta de
Programa de gobierno –más o menos detallada, más o menos ingenuamente
electoralista y demagógica, que hubiera sido lo habitual-, ni de últimas
intenciones sobre las metas finales, sino una propuesta de organización lanzada
a la ciudadanía, que parte de la idea previa, de que tan sólo se denomina política
precisamente a la organización de la ciudadanía para deliberar sobre los
asuntos sociales que considere conveniente y desarrollar por sí misma la actividad encaminada a dar
ejecución a los fines propuestos.
Las dos características señaladas rompen en la práctica real, y no sólo
en las declaraciones, con las viejas formas de hacer política, que han caducado
y se revelan como el mayor peligro actual para la existencia de la izquierda y
de la política. No se puede pretender ser el portador de otra forma nueva de
hacer política y utilizar las pautas culturales, los métodos y medios antiguos
para realizar esa pretensión: No se puede salir de la enajenación mediante
formas enajenadas de obrar.
HACER RENACER LA POLÍTICA: CONSTRUIR EL SUJETO POLÍTICO
Las tesis se proponen un objetivo inmediato, lo cual no significa que
pueda ser conseguido de forma inmediata o que pueda saberse el plazo en que éste
se logre alcanzar, sino sencillamente, que no distingue entre “programa estratégico”,
“máximo” o “a largo plazo” y proyecto “táctico” o “inmediato”.
Esta diferenciación, que procede de la herencia de la socialdemocracia, de la
que todos hemos estado imbuidos, ha sido siempre el expediente habitual para
hacer tragar a las bases los tacticismos y los electoralismos más crudos en la
política real, garantizando que no se contraponen y que incluso promueven
avances que apuntan en la dirección de los últimos principios. Estos, a su vez
quedan convertidos en un mero credo religioso que tan sólo se conserva en el
sagrario de las mentes de los militantes.
El objetivo inmediato de las tesis es, precisamente, abrir el debate político
y lanzar las propuestas que posibiliten el “renacimiento de la política”
(tesis 6) que se valora con razón, en plena crisis.
Las tesis incorpora como elementos orientadores de las propuestas sometidas a deliberación, un esquema de análisis de la situación político social general. También en el uso del análisis para la formulación de juicios políticos podemos encontrar una característica novedosa. El análisis del actual ciclo no tiene como principal interés evaluar el estado en que se encuentra el capitalismo.
Como expresa Bertinotti en el artículo publicado
en El VIEJO TOPO, “Por un Nuevo sujeto político”, no se trata de
plantearse “qué Europa debemos plantearnos después el euro”, sino que se
trata de que “empecemos por nosotros mismos”. Es decir: el análisis de la
situación posee un objeto intelectual concreto. Pero el objetivo intelectual
concreto a desentrañar, mediante el conocimiento y el uso de todo saber
positivo existente, no es la actual
situación del capitalismo mundial o del europeo, sino, por qué la izquierda ha
llegado encontrarse en la absoluta
postración en que se halla, por qué la política ha desaparecido.
El objeto de análisis somos nosotros mismos, y debemos evaluar cuál es la situación actual de la izquierda, y analizar y explicar qué acontecimientos, y de qué manera, la han conducido a esta situación, y qué retos tiene planteados. Porque lo que se pretende no es descubrir posibles correctivos a las políticas económicas capitalistas europeas, sino corregir y evitar la desaparición de la izquierda y la liquidación definitiva de la participación de las masas en la política, lo que entraña la muerte de la misma.
Se trata de elaborar un análisis que permita
fundamentar que los cambios que la izquierda introduzcan en sí misma sean
eficaces, y estén bien orientados, de forma que sirvan para reorganizar o crear
un nuevo sujeto político o agente social de masas que mediante sus actividad
pueda hacer valer sus derechos y cambiar la correlación.
Ciertamente
este tipo de análisis puede ser considerado por los políticos vétero
izquierdistas –el reformismo- como “interiorista” porque impide tener
posición propia sobre los desarrollos eventuales y demás modificaciones
–sociales y progresistas, por supuesto- de la política monetaria europea, la
inflación etc. Para el caso de que los estados mayores del gran capital europeo
tengan a bien consultarles a ellos...
Las tesis establecen que la causa de la actual
situación de la izquierda es la globalización o mundialización de la economía
capitalista desarrollada e impuesta por el neoliberalismo. Esta política
desarrollada por el capitalismo ha acarreado dos consecuencias. En primer lugar,
ha debilitado drásticamente la capacidad de presión de las luchas sociales
organizadas por las clases subalternas, dado que las organizaciones democráticas,
sociales y políticas, populares no rebasan organizativamente los marcos
estatales, y no existe respuesta adecuada a la deslocalización industrial, a la
fuga de capitales, etc. En segundo lugar, la globalización –mercado mundial
de capitales/ macro especulación financiera, y mercado mundial de fuerza de
trabajo: liquidación fáctica de los controles de los mercados de trabajo-
ha vaciado de su histórica capacidad de presión y control
sobre la economía y sobre la vida social a los estados nacionales, que
eran los instrumentos institucionales y jurídicos de los que se servía la
izquierda para desarrollar su política de reformas, con los que contaba el
ciudadanos para garantizarse ciertas seguridades y protecciones, y en los cuales
había arraigado la democracia de masas tal como la conocimos en su momento. La
inanidad actual de las instancias que antaño permitieron ejercer la actividad
política a las masas populares –el estado liberal democrático- hace que una
gran parte de las masas ciudadanas sientan que la política es una falacia y un
embuste o, simplemente se desinteresen por ella.
Las fuerzas reformistas, que antaño pudieron
negociar mejoras reales para los trabajadores y demás clases subalternas, se
ven abocadas ahora a negociar y firmar el empeoramiento de las condiciones de
trabajo y de vida de sectores de trabajadores, entregando a la precarización,
por completo a unos segmentos de trabajadores a cambio de tratar de proteger
ciertas ventajas de otros segmentos. Esto produce la destrucción del sujeto
social sobre el que se sustentaban estas fuerzas políticas. Una parte se siente
totalmente abandonada, la otra se conservaduriza. La política está en trance de desaparición si no se
plantea el abandono de estos marcos de acción.
Por todo esto, las tesis sostienen, acertadamente,
que el reformismo hoy no tiene margen de maniobra.
Tampoco lo tienen las fuerzas comunistas, que fiadas en la presunción de
que su identidad histórica fijada en el pasado les otorga un margen de
credibilidad, se embarcan en el proyecto de alianza con los reformistas para
ocupar el gobierno.
La única izquierda hoy posible es la que se
plantee constituirse como alternativa de sociedad.
LA NUEVA CONSTRUCCIÓN DEL SUJETO POLÍTICO DE LA TRANSFORMACIÓN. EL “DEMOS” DE NUESTROS DÍAS
La crisis del estado nación pone al descubierto la
necesidad imperiosa e inmediata de refundar la política en su doble vertiente:
crear nuevas instancias de participación política y de poder político democrático,
y crear un nuevo sujeto político a la altura de las circunstancias.
La política del futuro ha de ser capaz de abordar
sin retórica, sino realmente, la dimensión inmediatamente mundial que han
adquirido las relaciones económicas. Y las tesis proponen que “ Europa es (.)
la dimensión mínima necesaria para el renacer de la política de las clases
subalternas”. Tanto el sujeto político como las nuevas
instancias de poder político democrático a construir deberán ser de ámbito
europeo. Las redes de microestructuras democráticas capilares, o interiores a
las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, deberán constituir un
tejido continuo no afectado por las
artificiosas fronteras estatales. Probablemente los
redactores de las tesis hayan manejado el concepto de Formación Social
en la reflexión sobre este asunto a la hora de elaborar esta tesis. Creo que
los ciudadanos europeos hemos asistido, pasivamente, al alumbramiento de una
nueva formación social y económica, que es el resultado de las políticas
desarrolladas por el gran capital neoliberal, -el cual sí tiene capacidad
operatoria en política-, y que está dotada de instrumentos políticos y de
resortes de poder, alejados de toda intervención democrática, cuya capacidad
de elaborar y poner en práctica proyectos políticos se halla en pleno vigor.
La izquierda europea debe luchar por la organización de una alternativa
de sociedad en este ámbito geopolítico.
Entre tanto, la globalización ha producido también
entre la ciudadanía mundial una respuesta, que hasta la fecha va por delante de
las propuestas políticas de la izquierda: el movimiento de crítica contra la
globalización económica, es decir, contra la especulación financiera
desatada, y contra la liquidación de todo tipo de regulación, protección y
seguridad, sobre el mercado de
trabajo. Este nuevo movimiento constituye un primer recurso para la refundación
de la política popular o democrática, y para la reconstrucción de la
izquierda.
El belicismo feroz impuesto a todos los países
por las fuerzas neoliberales que capitanean la globalización, también
ha generado como réplica ciudadana un nuevo movimiento por la paz, a escala
mundial, que es otro importante fundamento para la construcción de un posible
sujeto político alternativo.
Por fin, las tesis registran que comienza a
aparecer también, en lucha, un nuevo movimiento obrero, y nuevamente crece la
lucha de clases y la conflictividad contra el capitalismo en Europa.
Por obreros entiende
Bertinotti al conjunto de trabajadores asalariados. Esta es una matización de
gran importancia. El asalariado mayoritario del anterior periodo, el obrero
taylorfordista, está en trance de desaparición en los países desarrollados.
En su lugar, y junto a capas de trabajadores aún del viejo tipo, han surgido
amplios sectores de trabajadores cualificados, tanto, en la administración y
los servicios, como entre los trabajadores directamente incorporados
a la producción de valores de uso, dotados de conocimientos tecnológicos
y de capacidad de control sobre los procesos productivos, de lo
cual no se infiere que su mayor control sobre las relaciones técnicas de
producción redunde en el presente en una mejor correlación de posiciones
dentro de las relaciones sociales de producción. Precisamente la precariedad a
que están sometidos estos trabajadores, debido a la absoluta falta de protección
en la que quedan expuestos por los actuales contratos de trabajo –cuando estos
existen- les impide, a menudo, el anclaje suficiente en sus puestos de trabajo
que les permita dominar los procesos productivos y, a la vez, socializarse como
clase, tal como sucedía antaño, en la fábrica fordista. Junto a ellos
encontramos a amplios sectores de trabajadores no cualificados, y entre ellos,
una gran parte son fuerza de trabajo recién venida de la emigración
latinoamericana, norteafricana, asiática y también del este de Europa. Estos
trabajadores constituyen un submundo de seres humanos que carecen de
personalidad jurídica y de derechos políticos, son verdaderos parias,
expulsados de la sociedad civil, y esto les induce a replegarse sobre sí mismos
y a no participar ni sentirse parte potencial de un nuevo sujeto socio político.
El trabajo político a realizar aquí es ingente.
También las culturas históricas europeas, que
poseen una rica tradición política que es resultado de valiosas experiencias de lucha de clases, y que impregnan y movilizan
a amplios sectores de la sociedad civil europea son otro factor que las tesis
tienen en cuenta a la hora de
contabilizar las bases para el posible y necesario nuevo sujeto político
europeo.
Los agentes señalados por las tesis no son un invento de las tesis, no
son fuerzas hipotéticas, a crear, lo que sería una especulación; existen ya,
y están ya ahí, como lo muestra
la movilización masiva, que, sin embargo hoy responde casi tan sólo –y es un
tesoro- al impulso moral de miles de individualidades que se congregan cada vez
que tienen la oportunidad. Fundar los medios que permitieran la organización
estable de todo esto, de forma que se genere una nueva socialización y se cree
un nuevo sujeto social, sería la gran tarea de la izquierda.
Movimiento antiglobalización, movimiento por la paz, movimiento obrero,
en sentido lato, sectores sociales imbuidos por las culturas políticas
emancipatorias, de resistencia y democráticas europeas. Los sectores sociales
interpelados para que
constituyan el agente social son amplios y abarcan potencialmente a la mayoría
de la sociedad. El agente revolucionario, llamado a constituir un poder social y
un orden alternativo no es la clase obrera, sino el conjunto de clases
subalternas: el pueblo el demos. Sin la organización del demos
no puede existir poder popular o democracia.
Las tesis superan así, también en este punto la
vieja tradición obrerista, de origen socialdemócrata, que se apartó de la
tradición democrático revolucionaria europea, a la que pertenecían Marx y
Engels, y que tan ferozmente defendieron éstos contra los lassallianos, en la Crítica al Programa de Gotha[1].
No se trata de construir una clase obrera, en el sentido limitado que poseía
antaño, de marcada identidad y fuertemente organizada, pero aislada de los demás
sectores populares de la sociedad civil, y condenada, por tanto, a poder
plantearse y reivindicar tan sólo mejoras sociales, pero impotente por su
aislamiento para la construcción de un poder político y una sociedad
alternativas. Se trata de construir, a partir de los distintos segmentos previos
de la ciudadanía subalterna, organizados en sus movimientos –mejor cuanto más
microorganizados- un agente que se construya desde de sus experiencias de lucha
y que esté en condiciones de crear y reproducir un orden político social
alternativo[2].Un
agente social sólo existe plenamente cuando rebasa las reivindicaciones
sociales y desarrolla un proyecto político, esto es:, de polites, de
ciudadanía, propio, autónomo[3]
El programa, político en torno al cual se propone la organización del
nuevo sujeto político es: la lucha contra la globalización económica y contra
el liberalismo económico, la lucha contra la guerra y por la paz, y la lucha
social de clases contra el capitalismo y contra todas las nuevas formas de
explotación y de enajenación que ha desarrollado. Estos puntos son los grandes
ejes que están ya definidos, y en torno a los cuales se movilizan ya los
movimientos existentes. El programa
no es un invento de una elite que se autoproponga a sí misma como vanguardia.
También en esto se apartan las tesis de la tradición socialdemócrata, que no
era sino una nueva versión de la teorías de elites.
Las tesis enlazan con el viejo espíritu democrático
revolucionario nacido de la Revolución democrático jacobina y sostenido por el
movimiento obrero y popular durante la primera mitad del siglo XlX. "Los
postulados teóricos no se fundamentan en absoluto en ideas y en
principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo.
Son tan sólo, expresión general de las relaciones reales de una lucha
de clases existente, de un movimiento histórico que tiene lugar delante
de nuestros ojos". Toda elaboración a cargo de profesionales de la política
en sus laboratorios es literatura utópica.
LOS QUE ”DEFIENDEN SIEMPRE LOS INTERESES DEL MOVIMIENTO EN SU CONJUNTO”
Por último, una referencia a papel asignado por
las tesis de Bertinotti al partido. En primer lugar la tesis 14 declara que la
situación actual de crisis de la política precisa de una salida por medio de la fundación de una nueva relación entre el
agente animador de la política de izquierdas, la lucha y la sociedad civil. Las
tesis invitan a todas las fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia a
participar en la construcción de la izquierda, pero inmediatamente advierten
contra toda autocomplacencia elitista de las fuerzas políticas organizadas ante
la sociedad civil. En lo futuro la izquierda, si quiere existir, no puede ser
una organización que se otorga el papel de representante de las clases
subalternas en las instituciones políticas del estado
En el futuro el papel de la izquierda
debe estar en el seno de los movimientos de lucha de nuestro tiempo, para
devolver la eficacia a la acción colectiva con el fin de construir una
alternativa en el seno de la sociedad civil; este es el cambio que las tesis
propugnan bajo la denominación de la reforma de la política. Como no se le
escapa al lector, es este un cambio o auto transformación de enorme calado y
mucha drasticidad. El colectivo político, en lo sucesivo, estará constituido
por el conjunto de partidos y organizaciones sociales, políticas y culturales,
que se encuentren en el seno de los distintos movimientos y tengan como
finalidad perpetuar, fortalecer, desarrollar y unificar al nuevo sujeto social
alternativo. El partido no “es”; se llama partido al conjunto de
cuadros civiles y sociales y al conjunto de organizaciones que estructuran el
bloque popular, y todas esas formas
de asociación deben poder convivir auto reconociéndose como partes del mismo,
con la condición de asumir el proyecto político que caracteriza y define hoy a
las izquierdas: la radical oposición a la guerra y el rechazo de las políticas
neoliberales
Hay que destacar, por su gran importancia la
finalidad que las tesis otorgan como misión a este conjunto de organizaciones
que están llamadas a ser el partido, y que queda cifrada en una palabra
densamente cargada de significado dentro del lenguaje de la tradición de la
democracia, a la que la voluntad de estilo del redactor le ha reservado un lugar
destacado, pues es la palabra que clausura el texto. La palabra es “el
autogobierno”.
La misión de estas estructuras organizativas y
dinamizadoras internas al sujeto nuevo es la de ser instrumentos auxiliares del
mismo, es decir, instituciones democráticas internas
a través de las cuales las individualidades que componen el agente del
cambio puedan ejercer el poder soberano dentro del mismo mediante la deliberación
pública sin trabas: autogobierno
Hace tiempo y en momentos trágicos, una voz profética
nos animaba a pensar que las grandes alamedas de la libertad se abrirían
nuevamente. Era cierto; las 15 tesis nos las muestran. Es tiempo de
transitarlas. A quienes tengan alguna duda al respecto, no queda sino invitarles
a que hagan balance de los resultados obtenidos por el camino recorrido últimamente:
Por ese camino ya nadie pasa, salvo el crepúsculo.
29 Xl 02
[1]
El texto es largo, abarca todo el punto 4 de la Crítica, y explica,
además, cómo deben ser entendidos ciertos pasos de El Manifiesto que
todos hemos malinterpretado imbuidos por la lectura que se impuso y llegó a
nosotros; aquí sólo una breve cita: “Por tanto, desde ese punto de
vista, es también absurdo decir, que frente
a la clase obrera “no forman más que una masa reaccionaria”, juntamente
con la burguesía, y además, por si eso fuera poco, con los señores
feudales. ¿es que en las últimas elecciones se ha gritado a los artesanos,
a los pequeños industriales, etcétera y a los campesinos: frente a
nosotros no formáis, juntamente con los burgueses y los señores feudales,
más que una masa reaccionaria?” Op.
Cit. Ed.
Ricardo Aguilera, M.
1971, p. 27
[2]
Por lo demás, también durante el siglo XX, al menos en alguna experiencia
revolucionaria, se mantuvo el proyecto del sujeto democrático,
es decir, del pueblo, constituido por una alianza de obreros,
campesinos y clases medias intelectuales, como agente revolucionario. Es la
política del partido bolchevique de Lenin, enfrentada al obrerismo en sus
dos vertientes; el obrerismo reformista de la socialdemocracia, que al
constatar la debilidad numérica
de los obreros, decide que su tiempo todavía no ha llegado, o la política
obrerista revolucionaria de Lev
Trotski, que al constatar la
debilidad del agente revolucionario se plantea la necesidad de la ayuda
obrera exterior: la revolución
permanente. Es cierto que Lenin evolucionaría hacia las tesis de Trotski, y
que se separaría de las mismas para volver hacia la construcción de un
agente bloque social popular, tras la derrota Alemana, con la NEP. Ver
Arthur Rosenberg Historia del bolchevismo, Eds. Cuadernos Pasado y
Presente, México 1977. Georg
Lukács El hombre y la democracia Ed. Contrapunto Argentina 1989.
Para encontrar antecedentes de otras políticas democráticas ver Antono
Gramsci: “Algunos temas sobre la cuestión meridional” en Escritos
políticos (1917-1933), Cuadernos de Pasado y Presente, México 2ª,
1981. El texto es de 1926; en él se dan citas largas del programa de
1914 en el que ya se recoge este espíritu. Es la constitución de un bloque
popular o democrático la que otorga sentido a la preocupación por la
fracción del mismo que tenga la capacidad dirigente, es decir, la hegemonía.
[3]La
elaboración de esta idea es de data vieja. La podemos encontrar en nuestros
clásicos ya en La Ideología Alemana. El abandono de las nociones
políticas reelaboradas por los plebeyos durante la revolución francesa,
esto es, de la tradición democrático jacobina, nunca sería aceptada por
ellos. En el 48 utilizarían el término clásico, demo republicano,
“proletarios”. Aún en 1891, como crítica al programa socialdemócrata
de Erfurt Engels escribe: “Está fuera de duda que nuestro partido y la
clase obrera sólo pueden
llegar a la dominación bajo la forma de república democrática.
Esta última es incluso la forma específica de la dictadura del
proletariado, como lo ha demostrado ya la Gran Revolución Francesa (.) Así
pues, república unitaria. Pero no en el sentido de la presente república
francesa, que no es otra cosa que el imperio sin emperador, fundado en 1798.
De 1792 a 1798, cada departamento francés, cada comunidad poseían su
completa autonomía administrativa, según el modelo norteamericano, y esto
debemos tener también nosotros. Norteamérica y la primera república
francesa nos han mostrado y probado cómo se puede organizar esa autonomía
y cómo se puede prescindir de la burocracia”. F. Engels: “Contribución
a la crítica del programa socialdemócrata de 1891”, en Marx y Engels Obras
Escogidas, Vol 3, Ed Progreso Moscú
1974, pp. 450- 461. Uno de los últimos trabajos de Engels fue sobre el
campesinado, al que el obrerismo de la socialdemocracia desatendía; en 1894
escribió: El problema campesino en Francia y en Inglaterra, Ed.
Progreso, Moscú ¿1974?
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