Texto del artículo:
Tomado de ElSaltoDiario.comComienzan los vientos. Ritmo funk para dar paso a las cuerdas. Los violines ascienden rápidamente de escala para,
en unos segundos, alcanzar el clímax. Son los años 70 y en el fondo de la imagen aparece el Pacific Princess, un crucero de lujo con capacidad para 650 pasajeros más una tripulación de 350 personas. El sol es omnipresente y las sonrisas, de oreja a oreja sin excepción, se suceden en la presentación de personajes: uniformes impolutos, caras guapas y abrumadora mayoría blanca. Son unas vacaciones de ensueño, no se puede aspirar a más.
“Los cruceros se venden, como en
Vacaciones en el Mar
, como uno de los paradigmas de la felicidad, pero todo eso esconde muchísima mierda detrás”. El doctor en Geografía por la Universitat de les Illes Balears (UIB) y autor de
C
apitalismo y turismo en España: del milagro económico a la gran crisis
(Alba Sud, 2015), Ivan Murray, no se anda con tapujos al hablar de una de las apuestas de la industria turística global, con amplios impactos en el Mediterráneo, particularmente en España. Un sector que ha crecido exponencialmente en los últimos años.
La reordenación del Puerto de Barcelona permitirá que en 2026 la llegada de cruceristas se multiplique hasta los 4,4 millones, un 67% más que en 2017
El Pacific Princess, buque construido en 1971 sobre el que se desarrollaba la popular serie de los años 70 —cuyo título original era aún más sugerente, The love boat, El barco del amor—, podía albergar a un millar de personas. Medio siglo después, el devenir de esta industria se ejemplifica con otro buque que en marzo comenzó a navegar con base en Barcelona. El
Symphony of the seas
, el crucero más grande jamás construido, tiene capacidad para 6.680 pasajeros y una tripulación de 2.200 personas, nueve veces más que el Pacific Princess. “Anteriormente tenían 1.000 o 2.000 personas, ahora tenemos que hablar de megacruceros, la nueva apuesta del sector que genera inmensos beneficios”, señala María García, portavoz de la Plataforma per la Qualitat de l’Aire (PQA) de Barcelona e integrante de Ecologistes en Acció Catalunya.
La capital catalana se ha convertido en el principal puerto europeo —el quinto a nivel global— de este tipo de buques. En 2017 tuvo 778 entradas de cruceros, según datos de Ports de Barcelona, un 2,6% más que el año anterior, con 2,7 millones de pasajeros —en 2005 fueron 1,1 millones—. La previsión de escalas para 2018 que daba en diciembre el organismo es muy superior: 867. Tal como señala Daniel Pardo, de la Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (ABTS), “la apuesta del puerto y de la industria de cruceros ha hecho de la ciudad su centro de operaciones en el Mediterráneo”.
Este crecimiento no podía ser tal sin un aumento de infraestructuras. En enero, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, y el entonces presidente de Ports de Barcelona, Sixte Cambria —detenido en febrero en el marco del Caso del 3% por presuntas irregularidades en la financiación de Convergència i Unió a través de la adjudicación de obras públicas, en su caso del puerto que gestionaba— presentaban una reordenación de las terminales de cruceros.
El Ayuntamiento señalaba que la operación reducía su número de ocho a siete y supondría “una mejor integración del ámbito portuario en la ciudad, ganar espacios para el uso vecinal y avanzar en la gestión sostenible de la movilidad y la reducción de emisiones”. Implicaba cerrar tres terminales para el uso de pasajeros internacionales, con carácter inmediato las de Maremàgnum i Drassanes, y el traslado de toda la actividad de cruceros al Moll Adossat, que sería ampliado con una inversión pública de 90 millones de euros. En la misma línea, uno de los gigantes del sector, Carnival Corporation, inauguraba en mayo su segunda terminal en el área, que tendrá en concesión por 25 años y le permitirá operar dos buques a la vez en la ciudad.
María García: “El crucero verde que anuncian no existe. Han mejorado en los últimos veinte años, pero los de ahora consumen muchísima más energía y queman más combustible”
“Efectivamente, se cierran tres terminales, pero una no se usa y dos se utilizan una vez al mes para barcos más pequeños, muelles absolutamente obsoletos con poquísimo uso que se sustituyen por otros de la dimensión para los megacruceros", denuncia Pardo. Según cálculos de la ABTS, la operación permitirá que en 2026 la llegada de cruceristas a la ciudad se multiplique hasta los 4,4 millones, un 67% más que en 2017.
Barcelona es el centro clave, pero la carrera por la captación de megacruceros en el Mediterráneo pasa por otras mecas del turismo masivo y low cost estatales. Es el caso de Ibiza o Palma, pero la fiebre ha llegado a puertos como Cádiz, Donostia-San Sebastián, Santander o Tarragona. Como explica Murray, “ha habido una directriz política para convertir ciertos puertos en centros clave de cruceros, llevándose a cabo ampliaciones incluso en plena crisis”.
Balears es un caso claro, con una inversión de más de 70 millones en este tipo de obras en la última década y ampliaciones de los puertos de Palma e Ibiza. El resultado: 2,1 millones de cruceristas desembarcaron en las islas en 2017, un 8,5% más que el año anterior. A nivel estatal, el volumen superó el año pasado los 9,2 millones y todo apunta a que las cifras, que se han multiplicado por 25 desde 1992, seguirán batiendo récords.
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) saca pecho en su Informe de Contribución Económica Europea. El texto desgrana todos los gastos que realizan los cruceros en suelo europeo para medir su impacto económico en 2017. Desde gigantes compras de comida a las reparaciones de los cascos de barco, sumando sus cálculos sobre el gasto que los pasajeros realizan en las escalas.
Según el documento, los cruceros contribuyen con 47.860 millones de euros a la economía europea mediante “un crecimiento inteligente y sostenible”, un 16,9% más que en 2015. Los gastos atribuidos directamente a las compañías ascienden, según el texto, a 19.700 millones de euros en 2017. A nivel mundial, otro estudio de CLIA, Mirada global de la industria del crucero
, calculaba el impacto económico de esta industria a nivel global en 126.000 millones de dólares en 2016.
Artículo de www.profesionalespcm.org insertado por: El administrador web - Fecha: 10/08/2018 - Modificar
Comparte el artículo en las REDES SOCIALES: Delicious | Meneame | Facebook | TWITTER | Technorati | BarrapuntoSitio Web del Núcleo de Profesionales y Técnicos del Partido Comunista de Madrid PCM/PCE- http://www.profesionalespcm.org
Actualizado a 15/11/24
Los comentarios y colaboraciones son bienvenidos (comunistas_ARROBA_profesionalespcm_PUNTO_org):
Envíanos
tu colaboración, o comentarios vía formulario.
¡¡AFÍLIATE
EL PARTIDO COMUNISTA DE MADRID - PCE!
BÚSQUEDAS
en este sitio web
Agregador RSS de noticias y contenidos - Aquí OTRA VERSIÓN DEL AGREGADOR RSS XML