Ramón Pedregal Casanova || Escritor.

Juan Eduardo Zúñiga, uno de los más grandes escritores en lengua castellana, ve reeditado en estos días su libro de cuentos breves “Misterios de las noches y los días”. Su trilogía sobre el cerco fascista a Madrid y la defensa que el pueblo hizo de la ciudad, y la traición interna para la entrega a   manos fascistas (“Largo noviembre en Madrid”; “La tierra será un paraíso”; y, “Capital de la gloria”), recorre con estilos diferentes el vivir de cada día en tales circunstancias por diferentes estratos sociales y familiares, del compromiso con la libertad, la traición, la supervivencia, la lucha clandestina, la inocencia ante lo que se viene encima, el deseo y el erotismo en tiempos de guerra, los sueños de otra vida, el terror, las aspiraciones irrealizables, … la particularidad subjetiva inmersa en la situación general de la guerra, conforma una obra esencial del conflicto como “Los campos” de Max Aub.

Su recorrido literario, todo, le ha situado, como decía al principio, entre los más grandes escritores en lengua castellana; ensayista de Chejov y traductor de otros autores rusos, búlgaros y portugueses como Antero de Quental, recibió el Premio Nacional de Traducción en 1987. Su restante obra cuenta con títulos igualmente importantes como “Historia de Bulgaria”, “Inútiles totales”, “El coral y las aguas”, “Los artículos sociales de Mariano José de Larra”, “El anillo de Puskin”, “Flores de plomo”, “Los imposibles afectos de Ivan Turgueniev”, “Desde los bosques nevados” y “Brillan monedas oxidadas”.

“Misterio de las noches y los días”, compuesto de pequeños relatos contiene el encuentro de mundos ocultos, el interior del mundo de uno mismo y el interior del mundo de lo que vemos, eso que Julio Cortázar definía diciendo que “tras la puerta relincha el unicornio”. El mundo fantástico requiere de la máxima lucidez y la literatura fantástica en manos de un gran escritor como Zúñiga es muestra emocionante del dominio de la razón sobre el subconsciente, para hacer que aquello que se rompe o se trasgrede, que se nos muestra en la ficción es ficción verdadera.

En este caso, el de “Misterios de las noches y los días” nos encontramos con un lenguaje de gran sugerencia poética; el mismo autor denominó estos cuarenta relatos como “poemas en prosa”

Discurriendo por el misterio, lo maravilloso, lo extraño, los relatos parten de momentos cruciales en la vida de los personajes, son acontecimientos que generan o siembran un impasse de misterio y por el que entramos en el descubrimiento. Son historias de un anhelo, una duda, del relámpago de otra existencia que se cruza en la mente, la vida perdida que renace, de la atracción impulsiva de otros que una vez descubierta pasa a ser invisible, son apariciones cargadas de erotismo que el sol consume, aleja, dejando a los amantes en el palpito…

Breve, sencillo, sorprendente. El trabajo de Juan Eduardo Zúñiga de llevar a quien lee de lo distante a lo próximo, de lo reconocible a lo fascinante, del consciente al subconsciente, consigue que en la lectura nos detengamos ante lo que nos muestra para conocer más, para saber lo que deja sin decir. Consigue muy acertadamente que el libro se relea con inquietud interrogante ante una piel sensibilísima. La exposición de los relatos deja en la memoria la impresión de ser una red que se mueve toda al caer sobre uno solo nuestra vista.