PRENSA
Aunque sea por la fuerza habría que hacer lo mismo en toda "España".¿Qué
hace Izquierda Unida?
MILES
DE PERSONAS CONVIERTEN EN UNA FIESTA LA RETIRADA DE LA ESTATUA DEL DICTADOR
Faro de Vigo, (6.7.2002) Gaitas, bombas de palenque, bocinas o gritos del tipo
"¡Se va el caimán, se va el caimán!". Hasta el himno gallego se
cantó en el Plaza de España de Ferrol cuando la grúa levantó la estatua
ecuestre de Franco.
La discreta mudanza del Ayuntamiento eligió horario nocturno para el traslado
la convirtieron miles de personas en una ruidosa despedida, al que probablemente
ha sido el monumento más polémico de Galicia.
Cuando la pluma mecánica izaba la estatua habían transcurrido veinte minutos
del 5 de julio. Miles de personas rompieron a aplaudir, después de una espera
de 35 años y 3 meses. Se oyeron pitos, bocinas de los turismos y estallaron
bombas de pirotecnia lanzadas por grupos independentistas desde la Plaza de
Camilo José Cela.
"Un alivio psicológico", suspiró el diputado del BNG en el Congreso
Francisco Rodríguez. Fue una fiesta para el Bloque. No se quiso perder esa
imagen el coordinador general, Anxo Quintana, y desde luego tampoco el alcalde,
Xaime Bello (BNG), ambos en primera línea. Seguía también de cerca las
maniobras, el concejal de Obras, el socialista Amable Dopico, pendiente del
levantamiento de la estatua y de su colocación en la plataforma que la trasladó
a su confinamiento en el Museo Naval de la Armada.
Hasta se descorcharon botellas de cava para brindar por la mudanza, entre gritos
de "¡fuera, fuera!". Sin embargo, no todo fue entusiasmo. "Es
una vergüenza que
el alcalde de la ciudad esté presenciando un acto vandálico como este",
se quejaba el el concejal del PP Mario Caneiro .
Enjaulada en una plataforma móvil, la estatua iniciaba a la una de la madrugada
su destierro en las instalaciones militares. Allí permanece colocada sobre un
pedestal reservado para colocar el texto testamental del dictador.
El alcalde de Ferrol y el director del Museo Naval de la Armada, el
contralmirante, Santiago González Llanos, firmaron a primera hora de la mañana
de ayer las actas de cesión en depósito indefinido de la escultura del
dictador.
Todo parecía indicar que la retirada del monumento sería motivo de alegría
para todos los antifranquistas. Esto no resultó ser del todo así. El comité
de empresa de los astilleros Izar-Ferrol, criticó la nueva ubicación de la
estatua en un comunicado difundido ayer. A los trabajadores de la antigua factoría
de Bazán "se les obliga a tener que contemplar, nada más cruzar la puerta
de la empresa, una estatua impuesta en una ubicación para la que no fuimos
consultados", afirman.
La estatua de Franco en el centro de Ferrol ha acumulado un historial de
atentados, agresiones, pintadas y actos vandálicos. Desde la bomba que el Exército
Guerrilheiro do Pobo Galego Ceibe (EGPGC) hizo estallar -sin lograr acabar con
ella- hasta el ataque con pintura rosa, todo lo resistió este monumento de
bronce fundido en los astilleros de Bazán, por la que se le pagaron al escultor
6.000 euros y que ostenta el record de ser la estatua de mayor envergadura de
todas cuantas se dedicaron al
dictador.
El PP de Ferrol desaprueba la decisión de Bello
La reacción del PP de Ferrol ante la retirada de la estatua de Franco no se ha
hecho esperar. Considera que el gobierno de Xaime Bello ha encontrado la
"perfecta excusa" en el proyecto de construcción de un aparcamiento
en la Plaza de España para eliminar el monumento.
Así lo manifestaba ayer el presidente del comité local del PP, Juan Juncal.
Acusa al alcalde ferrolano de actuar "con nocturnidad y alevosía" y añadió
que "no deja de ser una contradicción el hecho de que la tan odiada
estatua de los nacionalistas sea trasladada al Arsenal, lugar que se pretende
promover como Bien Patrimonio de la Humanidad".
El secretario xeral del PP, Jesús Palmou, aprobó, sin embargo, la iniciativa
del gobierno ferrolano.
Madrid
En Madrid, donde quedan todavía numerosos símbolos del régimen franquista y
monumentos similares al retirado ayer en Ferrol, se ha reabierto la polémica.
El alcalde José María Álvarez del Manzano fue tajante. "No pienso
trasladar ninguna estatua de la capital a ningún lado", sentenció. Declaró
ayer que puesto que
sus antecesores, los socialistas, no trasladaron ninguna estatua, no entiende
por qué tiene que hacerlo él. "La historia es la historia", añadió.
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