NOTA DE PRENSA
El
sindicato responsabiliza al
Gobierno en pleno y en particular
al Vicepresidente segundo y portavoz del Gobierno de irresponsabilidad política
e ineficacia manifiesta en la gestión de la crisis del “Prestige”, exige la libertad del Capitán del barco y la constitución
urgente de una Comisión de Investigación Independiente.
CC.OO. EXIGE
LA DIMISIÓN DE MARIANO RAJOY
El
Sindicato achaca a la cobardía política la decisión de no llevar el buque
accidentado a resguardo o puerto y, como consecuencia de ello y de la ausencia
de medios adecuados (remolcadores), se provocó una marea negra que nunca debió
producirse.
El
“Prestige” no se hundió como consecuencia del accidente que sufrió. El
barco se hundió, tras dejar una estela de destrucción, debido a la gestión
que se ha hecho de la crisis y a la inexistencia de medios.
Lo que
ha generado la(s) marea(as) negras no ha sido la naturaleza ni la mala suerte,
sino una actuación que, motivada por orientaciones políticas determinadas, ha
provocado que un accidente que en su inicio era efectivamente imprevisible pero
tenía control, ha derivado en una catástrofe de consecuencias incalculables.
GESTIÓN
DE LA CRISIS
Cuando
el buque sufre un accidente en medio de un temporal y empieza a perder fuel se
encuentra a unas 30 millas de la costa.
En
ese momento, a la vista del temporal, a la vista de la carga y del peligro que
suponía, etc. el mismo debió ser llevado a un lugar de abrigo para proceder a
ponerlo a salvo y trasladar su carga a otros buques.
La
costa gallega tiene abundantes lugares naturales y puertos para proceder en este
sentido. Sin embargo se opta por arrastrarlo lejos de la costa en un
"paseo" cuya única finalidad era quitarse el problema de encima, ya
que llevarlo cerca de tierra suponía asumir el coste político correspondiente
con una población que está harta de estos hechos.
Aquí
está la primera cuestión: se obligó al barco a un peregrinaje de casi 400 kilómetros
en una semana, sujeto al azote del mar, sin rumbo definido (la consigna era
alejarlo, pero no estaba definido hacia donde, simplemente lejos). La
consecuencia fue que el boquete de inicio se fue cada día agrandando hasta
llegar a tener más de 70 metros, para terminar partiéndose. Jamás se hubiera
partido llevándolo a una ensenada o puerto. Jamás se hubiera producido el
vertido que ha afectado a centenares de kilómetros de litoral y casi doscientas
playas.
Como
es lógico, de haber llevado el buque a resguardo se hubiera producido
contaminación en una zona concreta del litoral, pero al tenerla localizada y
focalizada se hubiera podido luchar de forma más eficaz contra la mancha
producida. Además la cantidad total del vertido habría sido menor, ya que no
habría aumentado día a día el boquete del barco. El problema es: ¿dónde?
Esta es la decisión que corresponde y cabe exigir al responsable político.
El
resultado de no asumir esa responsabilidad es el conocido.
LOS
MEDIOS
Pero
es que, además de lo anterior y por si ello fuera poco, se procedió a
arrastrar el buque a alta mar con remolcadores que debido a su escasa potencia
(4000 / 4500 Caballos)eran absolutamente incapaces de arrastar un buque que sólo
en carga llevaba 77.000 toneladas.
Los
cuatro remolcadores de los que en régimen de exclusividad (sólo para
salvamento) dispone REMASA, empresa 100% de SASEMAR, son adecuados para
arrastrar buques de, como máximo, 20.000 toneladas.
¿No
sabía esto quien tomó la decisión de llevar el buque lejos de la costa? y, si
lo sabía, ¿porqué permitió el “paseo” del barco?
Como
no tenían potencia, debían arrastrarlo a una velocidad media de 5 nudos a la
hora (paso de tortuga coloquialmente)y no debido al temporal o el estado del
buque, como se ha dicho, sino
debido a su escasa potencia. De ahí la extraña deriva que el buque efectuó en
su lento peregrinaje ante de partirse y hundirse.
DIMISIÓN
La
resistencia y el empecinamiento en hurtar a la opinión pública la verdad, el
que al cabo de tres semanas la descoordinación sea total, la ausencia de medios
patética y el drama no pare de crecer, exigen de forma inmediata el cese de
aquel que representa a un Gobierno cuya inutilidad provoca indignación y vergüenza.
CC.OO.
reclama la inmediata puesta en libertad del Capitán del barco y denuncia que se
está utilizando a esta persona y a los otros dos encausados (primer oficial y
jefe de máquinas) como chivos expiatorios de la responsabilidad de otros, con
el único fin de desviar la atención. Así mismo, respalda la iniciativa de la
Federación de Trabajadores del Transporte (ITF), organización que agrupa
sindicatos de transporte de 137 países de la que CC.OO. forma parte, que se ha
dirigido al Juzgado de Corcubión en este sentido.
La
responsabilidad política está clara. Buscar a los responsables de tantos
accidentes marítimos es tan difícil como desentrañar toda la trama de
intereses, complicidades, compromisos y dependencias que tejen tantos y tantos
sectores de nuestra sociedad.
CC.OO.
exige la inmediata y urgente creación de una
Comisión de Investigación, integrada por profesionales cualificados e
independientes.
Por
último reclama la urgente declaración de zona catastrófica y la puesta en
marcha inmediata de las medidas adecuadas a esa calificación.
Madrid,
5 de diciembre de 2002
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