CONGRESOS
Informe Político
VI CONGRESO PCM
1.
Afirmamos en la
presentación de los documentos a debate en este VI Congreso del PCM que el XVI
Congreso Federal ha supuesto el refrendo del modelo organizativo del que nos
dotamos en el XV Congreso con las necesarias adaptaciones al momento actual y,
en lo político, el reforzamiento y clarificación de nuestra inequívoca
apuesta por IU como movimiento político y social transformador; la reafirmación
de que somos sólo una parte del movimiento real en la construcción de una
alternativa que necesita de las ideas y el impulso marxista y, algo ya apuntado
en el XV Congreso como "cambio de era" de una nueva fase histórica en
la podrían concurrir factores que alumbren el surgimiento de una nueva generación
revolucionaria". Ello, en el reciente Congreso Federal, nos ha llevado a la
síntesis entre lo clásico y lo nuevo en nuestra posición en el actual
conflicto social que sigue siendo expresión de la contradicción
capital-trabajo más allá de la heterogeneidad de la lucha de clases en esta
fase de hegemonía del capitalismo descrita como globalización y de sus
sujetos, la atomización del proletariado y el surgimiento de un "neoproletariado",
la confusión de gran parte de la izquierda política y social y la obsesión
por el centro político de una socialdemocracia que alguien ha llegado a
caracterizar recientemente como socialdemocracia sin clase trabajadora.
Corresponde
a este Informe, además del balance de la actividad del Partido en Madrid desde
nuestro último Congreso y siguiendo la misma estructura del presentado por
nuestro Secretario General en el marco federal, aportar algunas reflexiones
complementarias al mismo y otras sobre importantes acontecimientos acaecidos en
los últimos tres meses y medio entre los que, en el marco nacional, cobra la máxima
trascendencia la convocatoria de huelga general que, en el momento de redactarse
nuestros documentos congresuales, era sólo una posibilidad por la que apostábamos
desde nuestra propuesta de movilizaciones como necesidad política finalmente así
entendida por los sindicatos mayoritarios. Además de lo hecho hasta aquí en IU
en los pocos días que quedan hasta el 20, debemos intensificar nuestra
presencia en actos informativos y en las calles de nuestros barrios y en
nuestros centros de trabajo o estudio como informadores y proselitistas para
coadyuvar a su éxito y el propio día 20 nutrir los piquetes informativos.
Puede
que algo distinto empiece el 20-J, pero lo que seguro es que, salga como salga,
los comunistas madrileños seguiremos en el esfuerzo de ayudar a construir una
alternativa de izquierda como señalaba el lema del Congreso Federal, y para
ello es necesario trasladar su diagnóstico de la situación española a las
características de nuestra región sin olvidar que en ella, por su condición
de región capital, casi todas las contradicciones y desequilibrios se agudizan,
al tiempo que en ella se reflejan los aspectos generales de las políticas del
PP.
Para
todo ello, además de los documentos congresuales federales, tomamos en
consideración los informes al Comité Federal del 28 de abril y al Comité
Ejecutivo Federal del pasado día 7.
El
genocidio del pueblo palestino se ha consumado en Yenín con plena connivencia
de una UE, presidida por Aznar, al servicio de los intereses geoestratégicos
USA en la zona. La liberación condicional de Arafat y la reconstrucción del
aparato institucional y policial palestino se va a producir en un escenario de
previo aplastamiento militar que no garantiza un horizonte favorable a la causa
palestina. La intervención masiva sobre Irak que, por otra parte, no ha cesado
intermitente y sistemáticamente desde la Guerra del Golfo, el desmembramiento
de su actual unidad como país y el control de sus recursos, a pesar de las
reticencias formales que los países árabes y algunos de la UE plantean, parece
un dato evidente de la Historia inmediata. La ampliación de la base de Rota es
pieza clave en la geoestrategia USA para el Mediterráneo y el Próximo y Medio
Oriente.
La
cuestión saharaui ha experimentado un giro nefasto por la posición USA en el
conflicto que ha pasado de la mediación (Baker) al apoyo explícito al gobierno
marroquí y su plan de autonomía del territorio saharaui bajo la plena soberanía
de Marruecos. Paradójicamente hoy la posición del PP es más coherente que la
del PSOE en la defensa del Plan de Paz originario de NN.UU., cuyo instrumento
sigue siendo el referéndum, aunque lo sea por oportunismo frente al contencioso
en relación a la inmigración, las inversiones españolas y las cuotas de
productos marroquíes hacia los mercados europeos. La posición del PSOE es tan
ambigua en este tema como en tantos otros y más oportunista puesto que,
entendiendo el grado de sensibilidad interior al respecto, intenta hegemonizar
los movimientos de solidaridad (institucionales y asociativos), olvidando que
durante sus gobiernos no sólo no hizo nada por la causa saharaui sino que llegó,
incluso, a retirar el rango diplomático que la R.A.S.D. tenía, por otra parte,
las visitas de González y Zapatero a Marruecos aseguran su neutralidad en el
conflicto, lo que equivale a un apoyo implícito al colonialismo marroquí.
Nuestra inequívoca apuesta por la causa del pueblo saharaui en asociaciones,
instituciones y el conjunto de la sociedad, debe tener eso muy presente.
En
América Latina, el fallido golpe de estado en Venezuela abortado por las capas
populares que sustentan su legítimo gobierno, ha hecho volcar los esfuerzos USA
sobre Colombia en un proceso electoral que no es más que otra vuelta de tuerca
en el "plan Colombia", con la elevación a la presidencia del padrino
de los paramilitares, la inclusión de las FARC en el listado de organizaciones
"terroristas" y los intentos de Bush para que sean consideradas como
tales por la UE.
En
Guatemala, El Salvador y México el genocidio protagonizado por militares y
paramilitares, en nombre de sus oligarquías, se recrudece. El expolio y la
represión enseñorean todo el continente. Sobre la situación en Argentina, la
extensa glosa del informe federal nos excusa insistir. En Brasil, la frustración
que para el imperialismo ha supuesto el triunfo de los pobres en Venezuela y el
ejemplo que supone Porto Alegre va a hacer muy difícil el triunfo de la
izquierda en las próximas elecciones. Contra ello USA y la oligarquía brasileña
desplegarán todos sus medios.
La ofensiva contra Cuba en todos los foros de supuesta defensa de los derechos humanos dominados y manipulados por la diplomacia norteamericana y la acusación de que fabrica y vende armas biológicas la sitúa de pleno en el "eje del mal" y, de momento, justifica el endurecimiento de su injusto bloqueo. La contestación del pueblo cubano, de su presidente y del vicepresidente C. Lage, al que hemos tenido la oportunidad de escuchar en el brillante acto de solidaridad organizado recientemente en Coslada, no sólo no deja lugar a dudas, sino que refuerzan nuestro apoyo al pueblo y al gobierno cubano. Felicitamos a los organizadores de dicho acto y nos felicitamos por nuestra contribución a su éxito.
El
continente africano sigue siendo el escenario privilegiado para el capitalismo
internacional de la explotación de sus recursos, del mantenimiento y fomento de
las tribalidades y luchas civiles, de regímenes "amigos"
dictatoriales, del sida y otras epidemias no atajadas por los homicidas
intereses de las multinacionales de la industria farmacéutica, de las hambrunas
genocidas. En definitiva, África es cada vez más la trasera del mundo que no
participa de ninguna de las aparentes ventajas de la globalización y que se
hunde por los efectos del más brutal colonialismo en el que varios países de
la UE, no solo son cómplices, sino protagonistas activos.
La
solidaridad internacionalista es una obligación prioritaria del Partido.
El
espejo de Porto Alegre, en el que nos reflejamos como ejemplo de democracia
participativa basada en la gestión popular de los recursos, es, por una parte,
esperanza, pero también debe ser conciencia autocrítica del impulso que
perdimos al acompañar al PSOE en sus afanes falsamente modernizadores olvidando
que fuimos los comunistas, desde los primeros ayuntamientos democráticos, los
que impulsamos Reglamentos de Participación Ciudadana a través de los que,
entre otras cosas, los vecinos participaban en la confección de aspectos de los
presupuestos municipales que afectaban a su cotidianidad. Además de eso,
conviene tener presente que, al fin y al cabo, en Brasil, en Europa y en todos
los sitios son los gobiernos estatales los que fijan en sus Presupuestos
Generales la cantidad de recursos que pueden administrar las localidades para
atender los servicios que prestan y que en este país su manifiesta
insuficiencia es fuente de todas las corrupciones de la democracia directa y
explotación indirecta de una ciudadanía a la que no revierten, en forma de
servicios públicos suficientes y de calidad, las plusvalías que generan,
porque lo impide una fiscalidad injusta y antisocial política de privilegios y
subvenciones exclusivamente enfocadas al aumento de la tasa de beneficios sin
retorno, además, en forma de generación de empleo y bienestar.
La
lucha por la democracia avanzada, la consecución de lo que hoy llamamos
"Carta Ciudadana" sigue teniendo como fundamento la lucha contra la
explotación, la dialéctica capital-trabajo que, en relación a lo que
significan los movimientos antiglobalización y los Foros Sociales, debe
situarnos lúcidamente en todos ellos contra la globalización neoliberal y por
la paz en cada ámbito de nuestra acción, en cada barrio, en cada pueblo, en
cada región, en el país, en Europa y con el mundo.
El
PCM, todas sus organizaciones y militantes deben volcarse al mismo tiempo en la
lucha contra la globalización neoliberal y participar en el amplio movimiento
en marcha contra las políticas del PP en España, porque es la misma lucha.
La
construcción europea, cumbre tras cumbre, se va diseñando bajo los designios
de la "trilateral" neoliberal. La presidencia española que termina
este mes ha sido el paradigma del endurecimiento de los elementos economicistas
y autoritarios de un modelo que sólo busca el aumento de la tasa de beneficios
basada en una paz social que, afortunadamente, empieza a quebrar por la
creciente contestación de los movimientos sociales y sindicales en un efecto
sinérgico que aquí también apunta como tendencia desde las movilizaciones de
Barcelona y que deben culminar con el mayor éxito posible el próximo día 22
en Sevilla frente a una cumbre que va a suponer la última ofensiva de la
derecha europea xenófoba, interesadamente antiterrorista y que sólo persigue
la convergencia económica antisocial, la destrucción de lo público, de
cualquier vestigio del estado del bienestar y de la conciencia de lo colectivo,
intentando aniquilar la nueva cultura de izquierda que incorpora lo clásico y
lo nuevo y en la que los comunistas, desde nuestras razones históricas,
ratificadas hoy por las condiciones reales, estamos más de actualidad de lo que
unos desearían y de lo que muchos de nosotros asumimos.
En
esta puta vieja que es Europa pero que es, al mismo tiempo, la de las luces y la
de la democracia y las libertades, la de las propuestas utópicas y la madre del
socialismo necesario y posible, hay 60 millones de pobres y, de ellos, 8 en
nuestro país. La xenofobia, con mayores o menores tintes racistas según en que
regiones y países, se fomenta para incrementar el miedo social y el
desplazamiento de la conciencia de las verdaderas causas de la quiebra del
bienestar logrado a lo largo de muchos años por el movimiento obrero.
Frente
a todo ello es necesaria la construcción de una Europa realmente democrática y
social basada en la movilización frente a la ofensiva contra la clase en cada
país y coordinando los esfuerzos a escala continental poniendo, al tiempo, la
política en primer plano de la acción, porque sólo gobiernos de izquierda, ya
avisados, debemos esperar, de que la incoherencia es el caldo de cultivo en que
se cuece el huevo de la serpiente, en cada país europeo y en los ámbitos de
decisión internacionales, pueden garantizar una Europa contrapeso a la
barbarie, a la explotación y la guerra.
La
lucha por la paz ha sido, y hoy más que nunca, uno de los principios claves
diferenciadores de la derecha y la izquierda. En relación a la lección
francesa, la alineación del gobierno de izquierdas con la belicosa política
USA, mandando incluso aviones franceses a bombardear Yugoslavia, también ha
contribuido a su desprestigio. De todas las plataformas, de todos los
movimientos, los que centran su atención en la paz como paradigma humanista,
junto a los que se oponen a toda forma de xenofobia y racismo y los que luchan
por la igualdad sexual, son los más próximos a nuestra cultura como oposición
a los efectos más perversos del capitalismo. Conviene recordar aquí que fuimos
nosotros los que creamos la sección madrileña de una organización de tanto
acervo y prestigio como "SOS Racismo" que hoy tenemos abandonada al
meritorio esfuerzo de muy pocos camaradas, compañeros y amigos y que es, por
otra parte, imprescindible que la nueva dirección garantice el funcionamiento
eficaz de una Secretaría de la Mujer que definitivamente, asuma y acometa la
acción política en tan transcendental frente.
Más
allá de ello, en la dialéctica de lucha y gobierno, ni se ha sabido mantener
la tensión crítica, ni cogobernar manteniendo la movilización necesaria en
contacto con las organizaciones y la realidad, produciéndose una ruptura entre
el trabajo institucional, la tensión político-ideológica y el trabajo social.
No basta con gobernar, hay que hacer política todos los días en todos los
sitios. Finalmente, como siempre, los comunistas pagamos proporcionalmente más
caro nuestro compromiso y nuestra responsabilidad, mientras formaciones políticas
antisistema, que en Francia aún así se presentan a las elecciones, se
mantienen o crecen.
El
hundimiento del PCF y el "estallido" de la izquierda, la atomización,
la división, el abstencionismo de parte de la clase obrera bien situada que ha
supuesto casi un 10% del total, y la extracción social de los votantes de Le
Pen, en un 75% compuesto por obreros, parados e inactivos, han tenido la virtud
de devolver el interés por la política a muchos desencantados y a muchos que
han apostado por las transformaciones sólo a partir de las movilizaciones o
votando a formaciones que, por separado, no han impedido el triunfo de la
ultraderecha.
Pero
si se trata de hacer política todos los días en todos los sitios, se trata
también de que no se puede hacer la misma política a todas las horas y en
todas las partes. En Italia, Refundazione entra en coalición gubernamental en
coherencia con su política de alianzas, rompe, posteriormente, el pacto de
gobierno y no acepta un nuevo acuerdo electoral. El resultado es el triunfo de
Berlusconi, Bosi y Fini. La reflexión actual está en que la ruptura del pacto
de gobierno no debe suponer abandonar la lucha institucional. Esa ruptura y el
posterior no acuerdo electoral no se plantean en términos de disyuntiva. El
peligro de la consolidación y avance de la ultraderecha plantea la necesidad de
un amplio acuerdo como síntesis innovadora entre lo institucional y lo social
en una amplia movilización donde movimientos obrero y antiglobalización se dan
la mano.
En
Portugal, la política de no alianzas del PCP y su plataforma unitaria se han
saldado con pérdida de votos y de espacio político, la pérdida del Gobierno
por el PSP y el triunfo de la derecha.
No
valen, por tanto, posiciones maniqueas, ni simplificaciones, sobre política de
alianzas, sino la aplicación de la política en cada caso a las condiciones
objetivas internas, de las que trataremos más adelante, y externas. En Austria,
Dinamarca, Holanda y en las perspectivas que se apuntan en Bélgica, Alemania y,
lo que es más paradójico, en los países nórdicos, la acción u omisión de
los comunistas nada o muy poco ha tenido que ver con el avance de la derecha xenófoba,
racista o abiertamente fascista. Desde los Acuerdos de Schogen (primera ofensiva
de la UE contra la emigración y en pro de la seguridad entendida como lucha común
contra un terrorismo interesada y ambiguamente definido) y después del 11-S, la
tendencia en la mayoría de la ciudadanía europea es el cambio de la libertad
por la seguridad.
Si
frente a los nuevos fenómenos que provocan el miedo social, la política que
hacen la derecha y la socialdemocracia es la misma, se aprovechará de ello la
derecha donde no gobierne (Chirac y Le Pen, de momento, van juntos a la segunda
vuelta en muchas circunscripciones) y la ciudadanía confundida y aterrorizada
votará a la extrema derecha. Conviene recordar aquí que, a pesar de la fuerza
del movimiento obrero y comunista en los años treinta y precedentes en la
Europa del siglo pasado, el ascenso al poder del Partido Nacionalsocialista y,
en menor medida, el del Fascio en Italia, se produjeron en sucesivos avances
electorales. En 1924 los nazis obtuvieron 10 diputados, 12 en 1928, 107 en 1930,
196 en 1932, 288 en enero de 1933 y en julio del mismo año impusieron el
partido único. Por su parte, los fascistas italianos obtuvieron 30 diputados en
1921, varios ministerios en 1922 y ya en 1924, eso sí, después de la Marcha
sobre Roma y la entrega del poder a Mussolini por parte de Víctor Manuel III,
406 diputados sobre 535, lo que dio paso a la implantación de la dictadura.
El
escenario europeo no está para Salazares o Francos, pero si la izquierda no
defiende un discurso de recuperación de la cultura y los valores de izquierdas
para su puesta en práctica coherente, mientras cobran auge movimientos
antiglobalización y formaciones políticas antisistema, unas legítimas y otras
instrumentales, el fascismo se nos puede colar por las urnas.
Esa
seguridad, ni es prepotencia, ni supone, como bien hemos demostrado en lo
aprobado en el Congreso Federal, alejamiento enrocado en la posesión de nuestra
verdad frente a los movimientos antiglobalización, sino propuesta de estar en
todos ellos aportando nuestra visión de totalidad de lo que el capitalismo
significa para que el nuevo sujeto que apuntan converja en un verdadero sujeto
transformador y revolucionario. En su pluralidad, desde los más explícitamente
anticapitalistas porque sus postulados son incompatibles con la esencia del
capitalismo (pacifistas, defensores de la soberanía de los pueblos sobre sus
recursos y su destino, alineados con causas soberanistas pendientes o cautivas,
luchadores por la igualdad de la mujer y contra la violencia criminal ejercida
contra ella, defensores del desarrollo sostenible apoyados en una rigurosa
ecología política, etc...) hasta los que para algunos pueden presentar tintes
reformistas (como los que luchan por nuevas reglas en el comercio internacional,
la condonación de la deuda, la aplicación de la Tasa Tobin, el 0’7% para el
desarrollo, la eliminación de los paraísos fiscales, la reducción de los
gases del efecto invernadero, etc...), además de las profundas interrelaciones
que tienen, suponen todos ellos, incluso estos últimos, frentes
anticapitalistas, en tanto que la puesta en práctica de sus postulados supondría
una reducción de la actual tasa de beneficios del capitalismo internacional a
la que no está dispuesto por propia lógica interna, mucho menos hoy en que ha
alcanzado la dimensión global en su expansión imperialista mientras la
izquierda marxista, como señalaba en su informe nuestro Secretario General, no
fue capaz de analizar los cambios que se estaban produciendo en el capitalismo,
que afianzaba su poder, ni tampoco ver las profundas contradicciones que
continuaba generando y profundizando el sistema, paralizándose así nuestra
capacidad de respuesta política y social o, manteniéndonos a la defensiva, sin
atrevernos a cuestionar radicalmente el sistema, en la creencia de que el
socialismo como horizonte estaba muy lejos de las perspectivas de la izquierda
transformadora, ya no digamos de la izquierda moderada y de la sociedad.
En
gran medida, más allá de los intereses pequeño-burgueses y de los espurios
afanes protagonistas y por ocupar espacios políticos, no lo olvidemos, sin
apoyo social que los justifique, de algunos de los dirigentes de ciertos
movimientos y plataformas, esa dejación, ese bajar la guardia en nuestra
presencia ideológico-cultural y la pérdida de tensión crítica en algunas de
nuestras actuaciones institucionales en IU, son factores que han contribuido a
las relativas dificultades y reticencias con que, en algunos casos, debemos
afrontar nuestra aproximación e incorporación a los nuevos movimientos.
Pero
el reto inmediato son las elecciones municipales y autonómicas y en relación a
ellas conviene recordar que nuestra política de alianzas para las instituciones
tiene muy en cuenta que a medida que cambian los ámbitos institucionales, su
magnitud, competencias y proximidad a las gentes, debe cambiar, adaptándose,
esa política de alianzas, y que en el ámbito de nuestra Comunidad el objetivo
es desplazar al PP e imposibilitar sus políticas desde la autonomía de IU sin
que la dirección del PSOE nos marque la política y en la plena conciencia de
que gran parte de sus bases no pueden estar hoy satisfechas.
Aznar,
el PP y la oligarquía han gobernado en loor de multitudes aquí y con pasmo
admirativo y envidioso por parte de la derecha europea, aplicando las más
brutales políticas destructoras de lo público, limitadoras de prestaciones y
servicios sociales, favorecedoras de insólitas tasas de beneficios de grandes
empresas y entidades financieras, en abierta ofensiva contra la clase
trabajadora, con destrucción y precarización de empleo y siendo los primeros
de la clase en la convergencia europea medida por el indicador macroeconómico más
antisocial y neoliberal, el déficit público cero, y en abierta desconsideración
de otros como la inflación, el desempleo, las desigualdades sociales, etc. Y
todo ello, en un clima de paz social, de ausencia de conflicto social, sólo
justificadas en la actitud de los grandes sindicatos de clase, en la connivencia
en el modelo y las grandes políticas económicas y superestructurales por parte
del PSOE y en nuestra incapacidad y la de IU para sentar las bases de una
alternativa de izquierdas creíble. Ése ha sido el escenario de la España que
iba bien.
Las
desafiantes vueltas de tuerca del gobierno de la derecha en esta segunda
legislatura, en la que ya determinados sectores sociales empiezan a ser
conscientes o, al menos, a resentirse de los efectos del neoliberalismo aplicado
con coherencia filosófica por el PP, han provocado importantes movilizaciones
en relación a las modificaciones legislativas en el campo de la educación,
tomas de posición de un alto valor ejemplificador como la de los trabajadores
de SINTEL y, lo que es más decisivo, la convocatoria de la Huelga General para
el próximo día 20.
Todo
ha ido bien para el PP mientras los interlocutores sociales gestionaban
subvenciones y convenían políticas y mientras la Iglesia se limitaba a
administrar prebendas y reclama su hegemonía educativa en un país
constitucionalmente laico, pero hoy, y los comunistas siempre hemos tenido
paciencia, los grandes sindicatos vuelven a ser de clase y socio-políticos y la
Iglesia pone sobre el tapete sus retos humanísticos y condena la nueva Ley de
Partidos Políticos y el tratamiento que se ha dado, y que se pretende dar, a la
inmigración.
Sobre
la nueva Ley de Partidos, las expresas posiciones del PCE y de IU excusan más
reflexiones. Sobre el endurecimiento del tratamiento de la inmigración y la
extranjería, la propuesta del PP en línea con lo ya aprobado, o en vías de
aprobación, en Italia, Austria, Dinamarca, Inglaterra, Alemania, ... y que va a
proponerse en la Cumbre de Sevilla para toda la UE. Respecto a ese
endurecimiento aquí el PP será el primero y más duro de la clase. Bajo el
subterfugio de la "legalidad" no se plantea la legalización del medio
millón de inmigrantes sin papeles en España, sino, en definitiva y más allá
de muchos otros aspectos que vulneran los más esenciales derechos humanos, su
inmediata expulsión y el mantenimiento de los "legalizados" en
condición de ejército de reserva privado de derechos fundamentales, para el
aumento de la tasa de beneficios.
En
ese panorama, frente a la nueva actitud de Sindicatos, Iglesia, Estudiantes,
Colectivos Ciudadanos dentro y fuera de los movimientos antiglobalización e,
incluso, determinadas fuerzas políticas que han participado en el diseño y
beneficios de la España que iba bien para algunos, el PP pone en evidencia los
rasgos prefascistas que siempre le han caracterizado, la autoridad, la fuerza y
el liderazgo y sitúa la contestación social en el escenario predemocrático de
las Antiespañas subversivas desde la, ya no manipulación, sino la dominación
empresarial de los medios de comunicación de masas más influyentes. Cuando el
populismo quiebra, busca la válvula de escape de los chivos expiatorios: la
inseguridad ciudadana, los inmigrantes, los estudiantes díscolos, los parados
vagos, los sindicatos rojos, los antiespañoles todos.
Tenga
o no tenga el PP en su seno a toda la derecha, la ultraderecha y el germen del
fascismo, no le viene mal, para ese mensaje, para el fomento del miedo social,
la aparición de engendros como la Plataforma Catalana del Sr. Anglada o la
protección encubierta de partidos como la Democracia Nacional del Sr.
Inestrillas; ni le viene mal, por supuesto en otro orden de cosas, algo como la
Izquierda Verde del Sr. Mendiluce respecto a la que IU, especialmente IU-CM,
debería estar no ocupada pero sí atenta.
Para
los comunistas, la Huelga General es el momento político más importante de la
acción de masas y para pulsar la conflictividad social realmente existente, la
prueba de en qué situación se encuentra el movimiento real y sus posibilidades
transformadoras. El Manifiesto Federal al respecto hace que no sea necesario
abundar en su justificación y nuestro inequívoco apoyo, como el de IU. Ya
hemos señalado cómo este Congreso es excelente oportunidad y el último
momento para la tensión en nuestro papel en el logro de su éxito que, en el
caso de Madrid, por sus peculiaridades estructurales, políticas y sociales, está
menos garantizado que en otros lugares y, por el contrario, asegurado que los
niveles de represión van a ser mayores. Por lo tanto, al verse reflejada la
huelga, como siempre, en el espejo de la capital del estado, la necesidad de
nuestra presencia activa en lo que queda hasta el día 20 y, especialmente ese
propio día, es fundamental en relación a las actividades de IU-CM y a la
colaboración con los sindicatos con y en los piquetes, con toda nuestra energía
pero sin dar pie, en la medida de lo posible, a mayor represión de la ya
anunciada.
La
Huelga General, gracias a la recuperada lucidez de los sindicatos mayoritarios,
sea cual sea su dimensión, supone un giro en las posibilidades de futura acción
política con el que entramos en otra fase en la que debemos tener muy presente,
como se recalcó en el Congreso Federal, que todo nos conduce a la política, a
la recuperación plena de la política para abordar problemas y soluciones y
que, ya en la política, entramos a fondo en la democracia, la que tenemos y la
queremos construir, representativa y participativa.
En
esta etapa, el socialismo al que aspiramos exige desarrollar la democracia hasta
sus últimas consecuencias. Ése es, por otra parte, el sentido de la apuesta
por la "democracia avanzada" del último Informe del Consejo Federal
de IU. En ese sentido, porque es el modelo de Estado en que se dan las mejores
condiciones para esa democracia avanzada, conviene recordar, como recordamos en
el acto aniversario del cine Palafox que nuestra decidida opción por la República
Federal y Solidaria, con el horizonte del socialismo al fondo, ni es añoranza
ni es sentimentalismo. Es una perspectiva de futuro en la que cobran todo su
sentido colectivo la solidaridad, la justicia y la libertad. Hoy nos afianzamos
en nuestras ideas que mañana tendrán expresión en una España republicana,
porque están amenazadas muchas de las libertades materiales y anímicas que con
tanto esfuerzo creíamos haber rescatado, porque peligra la propia calidad de la
democracia y porque, frente a ello, debemos impulsar, más que nunca, la
participación ciudadana en su total y verdadera dimensión, la que sitúa la
competencia y el derecho de las gentes en las decisiones sobre el reparto de los
ingentes plusvalías que proceden, como siempre, directa o indirectamente, del
trabajo. Y, a partir de ahí, algún día será posible una República de
mujeres y hombres, de pueblos solidarios en la que las peculiaridades, las
diferencias y los ámbitos de soberanía sean factores de equilibrio, de
dignidad y de calidad humana, una República de derechos realizados en la
igualdad en la que la marginación, la injusticia y la violencia sean sólo
malos sueños del pasado.
Pero
para eso, como señalaba el Informe del Secretario General, es necesario que las
alianzas pasen por un acuerdo social y cultural, para el que un paso decisivo en
la convocatoria del 20-J, junto a la necesaria comprensión de sus convocantes
de que deben apoyar y estar en los nuevos movimientos y el apoyo a la huelga de
esos movimientos antiglobalización. Organizando a todos los sectores que
defienden políticas más avanzadas haremos retroceder al PP y a sus políticas.
En ese sentido, Sevilla es un reto, continuador de Barcelona y de las
movilizaciones producidas en estos meses. Debe ser también un paso firme para
la construcción de Foros Sociales en cada localidad y en el conjunto del
estado.
Debemos
situar las reivindicaciones concretas en el marco de una perspectiva general y
actual. Esta región sufre las políticas que emanan de las competencias
estatales más que ninguna porque su estructura productiva es más débil y
vulnerable. Aquí el paro y la precariedad son estructurales y proporcionalmente
muy superiores a las de otras regiones en función de un producto regional
interior bruto inflado por la posición dominante que los grandes grupos
especulativos y financieros tienen en Madrid. Por eso, en el eje de todas
nuestra acción proselitista debemos situar la centralidad del trabajo, la lucha
por las 35 horas, la supresión de las empresas de trabajo temporal, el trabajo
estable, saludable y sin riesgos laborales y, junto a ello, la perentoriedad del
rescate de lo público y de una reforma fiscal que acabe con la rapiña sobre la
clase trabajadora que posibiliten los niveles de bienestar, al mismo tiempo
solidarios con los inmigrantes de ahora y los que deben venir y con los 6.000
millones de pobres del planeta, que las gentes que aquí vivan merecen como
residentes y trabajadores de un país perteneciente al privilegiado club de los
desarrollados.
En
nuestra Comunidad, sin afán de exhaustividad, ni, por supuesto, de avanzar el
programa electoral de IU, además de lo dicho en los documentos que vamos a
debatir, conviene recordar reivindicaciones en distintos campos de la realidad.
Salud:
eliminar los déficits hasta la consecución de un sistema público universal,
con un hospital de referencia para cada 250 mil habitantes, especialmente en
Madrid Sur y Este, Corredor del Henares y Sur Metropolitano. Elaboración de un
nuevo mapa sanitario regional y atención primaria accesible para todos.
Educación:
prestigio, eficacia y calidad para una escuela pública y laica. Resolución de
los déficits en todos los niveles, especialmente en el ciclo 0-6 años, donde
las carencias son más notorias. Revisión a la baja de los conciertos con la
enseñanza privada. Acabar con la lacra del fracaso escolar. Oposición frontal
a la reforma educativa (LOU y Mejora de la Calidad).
Vivienda:
intervención pública correctora del mercado y cumplimiento del derecho
constitucional a la vivienda en propiedad o alquiler, especialmente, en este
caso, para jóvenes, mujeres con cargas y emigrantes.
Medio Ambiente: reducción drástica del CO2. Potenciación de las energías renovables y ahorro energético. Una nueva cultura del agua con gestión no meramente economicista. Política tarifaria discriminadora a favor de sus usos sociales. Reducción de residuos y su tratamiento integral no contaminante. Desarrollos urbanísticos sostenibles y no especulativos.
Accesibilidad:
completar, coordinar y racionalizar el sistema de transporte público. Disuasión
del vehículo privado.
Seguridad:
basada en la libertad y el respeto a los derechos humanos. Atajar las causas de
la inseguridad con políticas preventivas integrales.
Cultura:
defensa de los medios públicos. Información y formación para la democracia
participativa. Políticas e inversiones frente a la norteamericanización
cultural y la alienación en general.
Asociaciones
de Vecinos: potenciación como tejido fundamental para la participación, la
gestión de lo público y la integración social y cultural.
Mayores:
una nueva cultura y medios para su integración familiar y social y derecho
universal a residencias públicas y pisos tutelados.
Mujer:
hacia la igualdad real. Discriminación laboral positiva. Contra la escalada de
violencia homicida.
Jóvenes:
educación pública no discriminatoria ni segregadora, trabajo digno y estable,
alternativas de ocio y culturales autogestionadas. Proyecto vital, en general.
Inmigrantes:
integración administrativa, laboral, educativa, residencial... Volcarnos, como
queda dicho en SOS Racismo. Contra la actual Ley de Extranjería y su
endurecimiento.
En
suma, crítica frontal y trabajo pedagógico en todas y cada una de las
agrupaciones hacia sus entornos ciudadanos. Estos temas, uno a uno o en su
conjunto, explicados a la luz de nuestras ideas y de la globalización en su
perversidad que tan bien entendemos y nuestras alternativas para que otro mundo,
otra Europa, otro país, otra región, otra ciudad, otro barrio y otra vivencia
sean posibles, dan tanto de sí como para que cada agrupación sea un foco de
contrainformación, cada comunista un agente de la concienciación ciudadana
porque a ningún@ comunista le falte la respuesta clara y precisa frente a las
inquietudes de las gentes de nuestros ámbitos y para que siempre, hoy que las
cosas parecen empezar a pintar de otra manera, haya, cuando sea preciso, cinco
mil comunistas y simpatizantes madrileños en la calle. Todo eso es la política
que, hoy, vuelve a ser más posible y necesaria que nunca.
La crisis abierta a lo largo del último año en IU-CM, hoy
afortunadamente en vías de solución, tampoco ha ayudado al normal
desenvolvimiento del trabajo del Partido. Sin que, ni lo uno ni lo otro,
justifiquen la incapacidad que asumo personal y exclusivamente en la pacificación
y normalización de la vida del Partido, sí corresponden en relación a lo último
algunas aclaraciones para atajar determinadas versiones interesadas que han
circulado intentando situar a la dirección saliente en la crisis de IU-CM
ejerciendo en ella una beligerancia posicionada. Nada más lejos de la verdad.
La mayoría de esta dirección saliente y, desde luego, este Secretario General
y la mayor parte de la militancia madrileña, siempre y también en esta ocasión,
han tenido muy claro la necesidad del profundo respeto a los respectivos ámbitos
de soberanía del Partido y de IU y del cumplimiento estatutario del precepto un
hombre, una mujer, un voto en IU. Ésas han sido, y siguen siendo, señas de
identidad, junto algunas otras que no justifican la desunión, que nos han
separado de la minoría. Por tanto, la dirección saliente sí se ha preocupado
por la crisis de IU-CM y, cuando lo ha estimado oportuno y útil para su
superación, ha fijado en el debate los límites políticos para lograrla. Después,
cada uno de nosotros y nosotras, y el conjunto de la militancia, se ha
posicionado individualmente en ella como ha considerado oportuno.
Si la pluralidad de Izquierda Unida atraviesa al Partido en
Madrid, lo cual es malo, ello no tiene ninguna coherencia con el marco de
nuestro reciente XVI Congreso Federal y puede representar sólo el intento por
abrir en el PCM la vía para una nueva pluralidad no sustentada en la diferencia
política.
A pesar de nuestra incapacidad para lograr que la cohesión
-que, para no quedarnos huérfanos de método como algunos querrían, en tanto
que abandonar los métodos es poner en riesgo la eficaz aplicación de las
ideas, es el principio que, en función de las circunstancias, hemos aprobado en
sustitución del centralismo democrático- haya presidido nuestra vida y acción
partidarias y de que seguimos sin tener el Partido que todos deseamos, desde el
V Congreso, ni ha sido el instrumento de los intereses de nadie en IU,
funcionando como reserva inactiva para las "grandes ocasiones", ni
tampoco instrumento de presión para determinar unilateralmente la política de
IU.
Ha sido, nada más y nada menos, lo que tenía que ser: un
Partido soberano que utiliza su autonomía para influir en el proyecto desde
nuestras concepciones marxistas e intentando que IU no derive en un formación
de carácter radical pequeño-burgués incapaz de aglutinar los esfuerzos de lo
mejor de la izquierda política y social para la transformación del país en línea
con nuestros principios.
Aun con todas esas tensiones y dificultades, hemos avanzado,
sin morirnos más ni curarnos del todo. Las nuevas afiliaciones, especialmente
de jóvenes, no colman nuestras ambiciones y posibilidades objetivas, pero nos
sitúan en una posición modestamente emergente. Los comités ejecutivo y
central se han reunido cuantas veces como ha sido preciso, especialmente cuando
se ha tratado de aplicar a nuestras circunstancias las políticas emanadas de
los órganos federales. Otra cosa ha sido nuestra mayor o menor capacidad para
transmitirlas a todos y cada uno de los camaradas.
El Partido ha estado presente en todas y cada una de las
movilizaciones que se ha producido en Madrid a iniciativa política o de los
viejos y nuevos movimientos e impulsando algunas de ellas. El nivel de
participación de nuestra militancia en el proceso precongresual federal en sus
dos fases ha sido notoriamente superior al del resto de las federaciones y ha
supuesto la participación activa de casi la mitad de los camaradas. El propio
proceso federal, por primera vez en nuestra historia, ha situado a nuestra
organización con el rango que le corresponde en cuanto al número de camaradas
madrileños presentes, en los órganos de dirección federal. Nuestro papel en
las dos últimas fiestas del PCE, como esperamos lo sea en la próxima, ha sido
muy relevante tanto en su organización, como en términos de participación
activa, contribuyendo con ello a su éxito. Además, con gran esfuerzo militante
y económico, al límite de nuestras posibilidades, hemos organizado dos fiestas
del PCM que, sea cual sea la dirección entrante, debe garantizar su consolidación
como punto de encuentro de todos los comunistas madrileños, simpatizantes y
amigos.
Por su parte, la Fundación "Domingo Malagón" ha
sabido, partiendo de la nada en términos de recursos materiales, llevar
adelante una modesta pero interesante labor editorial y organizado eventos de
gran importancia para nuestra memoria histórica, nuestro presente y nuestro
futuro, que se han extendido a otras federaciones.
Debemos resaltar que, una vez normalizadas en el ámbito
federal, las relaciones entre el Partido y la UJCE, el grado de colaboración
entre la JCM y el PCM, especialmente en la actividad retomada y notoria de los jóvenes
comunistas madrileños en iniciativas y movilizaciones que corresponden a sus ámbitos
naturales, ha sido y está siendo plenamente satisfactoria. Junto al dato de
nuevas afiliaciones al Partido, ese hecho y la actividad militante y
proselitista que están llevando a cabo los jóvenes y que debemos seguir
apoyando, nos sitúa en un panorama menos pesimista respecto a la gran
preocupación por el relevo generacional que en etapas anteriores.
Constituye también un dato satisfactorio, y a la vez un
enorme compromiso, el hecho de que en todo el ámbito federal la única Agrupación
de Cultura del PCE existente y resistente sea la madrileña. De su esfuerzo salió
la resolución que sobre el mundo de la cultura fue aprobada en el Congreso
Federal y que hoy, ampliada, como una parte de los documentos de este Congreso,
sometemos a su consideración. Tanto si es aprobada, enmendada o enriquecida con
aportaciones que esperamos, constituye el germen para el trabajo de nuestra
Secretaría de Comunicación y Cultura, en estrecha colaboración con la
Secretaría de Organización Federal, hacia la configuración de Agrupaciones y
Secretarías de Cultura en otras federaciones y de una Secretaría Federal de
Cultura. Todo ello para que, como se decía en el Informe de nuestro Secretario
General, los valores y principios de clase no vayan separados de la lucha social
sino que sean una parte de ésta: la lucha cultural e ideológica. El papel de
las ideas en la lucha cultural y la práctica, como laboratorio de su justeza,
conduce a la hegemonía de valores diferentes a los dominantes, si se acierta en
el análisis y en las propuestas políticas referentes a principios sobre el
trabajo, los bienes colectivos, la igualdad, la corresponsabilidad, el esfuerzo
de cada uno y cada una.
Después de año y medio de la Asamblea Federal de IU continúa
siendo imprescindible el trabajo político a fondo y el impulso de todo el
Partido y de todos sus militantes para superar la debilidad política,
organizativa y electoral de IU. Si en relación a la Huelga General hemos
estado, ha estado IU y estamos todos más allá de la altura de las
circunstancias, con su mayor o menor éxito que tenemos que garantizar, ni se
acaba la construcción de la alternativa a esta sociedad y a este mundo, ni
podemos olvidar el papel de la política en términos electorales que nos sitúa
en el próximo reto municipal y autonómico. De ahí la oportunidad del tiempo
de este Congreso para que, una vez garantizado el éxito de la Fiesta de
septiembre, estemos preparados para aportar todos nuestros esfuerzos a la
recuperación y ampliación de la confianza de las gentes en IU.
Hoy, que después de muchos años, el PP se enroca en sus
palacios de invierno con la cabeza gacha y al mismo tiempo desafiante, no
podemos permitir que la levante.
Este Congreso se celebra en el XXV Aniversario, no de la
"legalización" de nuestro Partido como eufemísticamente se entendió,
sino de la necesidad conquistada a fuerza de sacrificios del reconocimiento de
nuestro papel histórico y de nuestra imprescindibilidad en el logro,
consolidación y perfeccionamiento de la democracia. Permitidme, por ello,
terminar como terminé mi intervención en la sede de CC.OO. en el acto
aniversario, recordando que los comunistas aquí, desde hace ya más de ochenta
años, siempre hemos hecho y haremos lo que tengamos que hacer y creo que hoy no
nos equivocamos si con y desde IU, con y desde los sindicatos de clase,
especialmente CC.OO., con y desde todas las plataformas unitarias y con todas
las gentes que sufren en su cuerpo, en su conciencia, o en ambos a la vez, los
injustos y severos efectos de la hegemonía capitalista, no nos equivocamos,
digo, si, con todos ellos, plantemos un futuro no muy lejano en que otro
fantasma recorra Europa y el mundo, el fantasma de un más amplio y unitario
movimiento consciente de que otro mundo es posible, pero consciente, al mismo
tiempo, de que ese otro mundo requiere la construcción del socialismo democrático
previo al comunismo de las libertades del hombre.
Madrid,
14 y 15 de Junio de 2002
Original tomado de: http://www.nodo50.org/pcm/informepol.htm
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