MOVIMIENTO
ANTIGLOBALIZACIÓN
Artículo del CAES sobre la actual coyuntura del
movimiento antiglobalización y la convocatoria de la Marcha a Torrejón del próximo
19/I/03.
MOVIMIENTO
ANTIGLOBALIZACIÓN (M.A.G.): UN SEMESTRE VERTIGINOSO.
Desde Noviembre
del 2001 a Junio de 2002, el movimiento antiglobalización del estado español
se manifestó como un movimiento unitario. Contó con unas consignas comunes
“CONTRA LA EUROPA DEL CAPITAL Y LA GUERRA. GLOBALICEMOS LAS RESISTENCIAS. OTRO
MUNDO ES POSIBLE”, también con una forma política, la Asamblea Estatal y un
amplio calendario de acciones, tres de las cuales
fueron estatales.
En el primer semestre del 2002, dicho
calendario siguió los pasos de las reuniones ministeriales de ramo y las
cumbres de la Unión Europea: Burgos en Enero; Málaga, Cáceres, Santiago de
Compostela y Granada en Febrero; Zaragoza y Barcelona en Marzo; Oviedo,
Valencia, Pamplona y Murcia en Abril; Santander, Madrid, Mallorca y Gijón en
Mayo y finalmente, Sevilla en Junio.
Centenares de
actos unitarios, jornadas, debates, movilizaciones y fiestas, han supuesto una
actividad político social antiglobalización sin precedentes. Con la presencia
de 400.000 personas contra la Europa del capital y la guerra en la manifestación
del 16 de Marzo en Barcelona, se produjo un salto adelante en la implantación
popular del movimiento, rompiendo el monopolio de las grandes corporaciones de
la izquierda en las convocatorias de masas. Inmediatamente después, CCOO y
UGT., tras ocho años de subordinación a la política
social del PP, convocaron una huelga general para el 20 de Junio de 2002
contra la modificación de las prestaciones por desempleo. Desde Abril del 2001,
una huelga general había sido impulsada por la CGT y asumida, en Noviembre de
2001, por el MAG. Su realización,
el 20 de Junio, supuso una fuerte retroalimentación entre amplios sectores
encuadrados por la izquierda tradicional y las activas redes de militantes
antiglobalización. El resultado fué, por un lado, un amplio seguimiento de la
huelga, no sólo por la causa que fué convocada, sino también por múltiples
causas sociales sin expresión política. Por
otro lado, más de dos millones de personas se manifestaron la misma tarde del
20 de Junio contra las políticas del gobierno del PP. A pesar del mal uso que,
como era previsible, han hecho los sindicatos mayoritarios del esfuerzo de tod@s,
esta confluencia ha sido muy positiva. Sin embargo, en contra de la publicidad
de dichos sindicatos, el MAG no se ha acercado a la izquierda tradicional, sino
que por el contrario, ha sido dicha izquierda quien se ha beneficiado de él,
convocando una huelga general, uno de cuyos objetivos era apropiarse de la
fuerza y la creciente legitimidad del Movimiento.
Entre los
factores que explican este auge de las movilizaciones, cabe señalar la
existencia de un horizonte político común para los diversos movimientos: por
la defensa de la sanidad, la enseñanza y la protección social públicas,
contra las privatizaciones, antimilitaristas, sindicalistas, feministas, por la
soberanía alimentaria, la agroecología y el consumo responsable, de
solidaridad internacional, comunistas, anarquistas, cristian@s, ecologistas, antifascistas en defensa de las libertades,
inmigrantes por la condonación de la deuda externa, por una carta europea de
derechos sociales, por un impuesto sobre la libre circulación de los capitales,
inmigración, contrainformación, ocupación, etc. Desde hace más de quince años
no se había dado una confluencia semejante de organizaciones, colectivos y
movimientos sociales contra un enemigo común, en este caso representado por el
capitalismo global, la Europa de la moneda única y la Guerra imperialista. Tras
muchos años de fragmentación, se abre la posibilidad de la constitución de un
sujeto popular capaz de expresar políticamente el inmenso daño que la
globalización neoliberal produce sobre las personas, los pueblos y la
naturaleza.
El ataque contra
Afganistán, en Octubre de 2001, expresó la radicalización de las tendencias
de unilateralismo y monopolio mundial de la fuerza por parte de EEUU. La
sustitución del derecho internacional por alianzas variables, según la política
de guerras preventivas de EEUU, incluyendo la amenaza de guerra nuclear,
constituye un dato esencial para el movimiento antiglobalización. El complejo
financiero-militar-industrial de EEUU, ha tomado las riendas de la política del
mundo, al margen de cualquier institución internacional
y lo que es peor, con la legitimación de la mayoría de la población
norteamericana. A partir de Septiembre´01, todas las contradicciones políticas,
económicas y sociales se ven brutalmente atravesadas por el militarismo y la
reducción de las libertades civiles.
La
sostenibilidad de la globalización, en un entorno de crisis económica, aumento
de la desigualdad, destrucción de la naturaleza e ingobernabilidad, exige el
uso de la guerra como un instrumento de dominio prioritario. El mercado global,
supuestamente autorregulado, se muestra de forma transparente como una
injusticia armada. E.E.U.U., con la complicidad de la U.E., especialmente del
gobierno español del PP, acomete la desestabilización de cualquier régimen
desafecto, como es el caso de Venezuela y menosprecia y coacciona la autoridad
de la ONU, como es el caso del Sahara, Palestina e Irak.
En este
escenario, necesitamos unificar la lucha contra la guerra y la globalización
como dos aspectos de la misma realidad, incorporando las consignas contra la
OTAN y las bases norteamericanas en territorio español, sin las cuales las
declaraciones pacifistas son sólo retórica vacía. Tampoco puede haber lucha
por la paz consecuente si no incluye la paz aquí y ahora. Eso supone una salida
basada en el diálogo para el llamado “conflicto vasco”. Tenemos que romper
la polarización inducida por el no reconocimiento de la Constitución Española
del derecho de autodeterminación y por el tratamiento estatal, estrictamente
represivo, de un problema con raíz política. Esta dinámica retroalimenta los
atentados y con ello, propicia el aislamiento político del movimiento popular
vasco. También dá argumentos, tanto a la derecha como a la izquierda
globalizadora y guerrera y nos sitúa, a los movimientos sociales de todo el
estado español, ante un escenario acotado por
la pasividad o la
complicidad.
El FORO CIVIL
POR LA PALABRA, fundado en Madrid
el 22 de Diciembre de 2002, nos propone a tod@s una
iniciativa desde la izquierda social consistente en un debate entre el
subcomandante Marcos y el Juez Garzón sobre: terrorismo, rebeldía, lucha, política,
justicia y valores democráticos en la Isla de Lanzarote del 3 al 10 de Abril de
2003 dentro de un gran debate social de todos los actores políticos sobre:
“EL PAIS VASCO. CAMINOS”.
POR UN ESPACIO
ANTIGLOBALIZACIÓN UNITARIO.
Las campañas,
contracumbres, asambleas y “nubes de mosquitos” han conseguido visualizar la
desobediencia, las razones de los vencidos. Pero sin entender estas actividades
como medio para la potenciación de las luchas locales y como estímulo para su
coordinación desde abajo, se pueden convertir, ya hay síntomas preocupantes de
ello, en un sumidero de energías dedicadas a montar “espectáculos”.No hay
“sujeto político” global sin “sujetos políticos” locales. Por otro
lado, la “crítica artista” se debate entre su fuerza social libertaria y un
narcisismo autoreferente, cortejado permanentemente por la socialdemocracia.
Los
grandes encuentros y las desobediencias espectaculares, no deben despreciar las
organizaciones, las campañas, el potencial de los miles y miles de hombres y
mujeres que, desde la izquierda tradicional, ó desde sí mism@s, forcejean,
cada día, contra los efectos del capitalismo global. Viceversa, las maquinarias
de la izquierda tradicional son irreformables sin el empuje de un movimiento
social antagonista y autónomo que desarrolle nuevas formas de comunicación
social. Las luchas aisladas se agotan en sí mismas por muy ejemplares que sean.
Sólo en la suma está la fuerza con la que pararles aquí y ahora. Sin esa
fuerza, OTRA GLOBALIZACIÓN ES IMPOSIBLE. OTRO MUNDO ES IMPOSIBLE.
La constitución
del movimiento como referente político de los desheredados y los desafiliados,
es la condición para su desarrollo. Solo con una identidad antiglobalización
clara podremos hacer unidad de acción puntual, TRABAJAR CON, la izquierda
capitalista. En caso contrario, estaremos condenados a TRABAJAR PARA dicha
izquierda. La forma política de ese movimiento no está escrita en ningún
manual. Depende de la generosidad, la prudencia y el valor de miles de personas
luchadoras. El primer obstáculo a sortear es su recuperación por la izquierda
cómplice. El segundo su fragmentación en zonas o campañas autoreferentes que
solo se reconocen a sí mismas como sujetos, siendo todo el resto del entramado
asociativo sólo un objeto a utilizar para sus fines. Ideologías disfrazadas de
metodologías. Tod@s somos necesarios. En la
pluralidad está la fuerza, pero no hay pluralidad sin respeto a las distintas
identidades, orígenes, ritmos, ideas. No hay fuerza sin multitudes. El tercer
obstáculo lo constituyen nuestras propias burocracias asamblearias.
La única política
reformista posible es la que venga de la mano de una política antagonista,
sustentada por un gran movimiento popular. No es de la negociación de donde
salen las reformas sino del miedo del poder a tener que entregar mañana el
doble de lo que hoy niega. El camino de la reforma “Otra globalización es
posible”, no es en sí mismo la reforma. La reforma es un subproducto de la
lucha popular. El capitalismo con rostro humano en Europa es solo un residuo de
las oleadas revolucionarias de las primeras décadas del siglo veinte. Sin lucha
de masas, la única reforma posible es la alternancia “democrática” en el
gobierno. Pero eso es solo apología de un orden donde la soberanía y la
autodeterminación residen en el capital. La izquierda tradicional, como
corporación política emancipada del poder popular, al basar su legitimidad en
el poder constituido, es irreformable desde dentro.
Desde la izquierda institucional no hay reforma que valga.
La lucha de
masas contra la globalización capitalista es en sí misma anticapitalista. Su
subproducto es la reforma de la globalización capitalista. El precio de este
pequeño detalle, “anti” o “por otra” globalización, es la renuncia a
la construcción de un poder social constituyente, su fragmentación y su
manipulación electoral.
Tras
múltiples vicisitudes, un espacio antiglobalización unificado ha abordado en
Madrid la lucha contra la guerra, incorporando las mejores tradiciones de
protesta popular contra el imperialismo norteamericano, eje vertebrador de la
actual globalización.
Bajo los lemas
de: PAREMOS LA GUERRA CONTRA IRAK. NO A LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL.
CONTRA LA EUROPA DEL CAPITAL, LA GLOBALIZACIÓN Y LA GUERRA. OTAN NO. BASES
FUERA, se han convocado dos grandes movilizaciones. El 19/I/2003 a las 10:00 de
la mañana, tras 22 años de su primera edición (20/I/1981), saldrá del metro
de Canillejas, en Madrid, una marcha hacía la base de Torrejón. El 15/II/2003,
secundando una convocatoria internacional emanada del Foro Social de Florencia
se realizará en múltiples ciudades del estado español, incluida Madrid, una
gran manifestación contra la guerra. Entre “querer ser demasiado” y
“demasiado no querer ser” debe alzarse la cooperación, desde abajo del
todo, de las personas y los pueblos rebeldes. Ahora tenemos una oportunidad.
CAES. DIC ´02