Congreso
de los Diputados 20/11/02
A
LA MESA DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Los
Grupos Parlamentarios abajo firmantes, presentan la siguiente ENMIENDA
TRANSACCIONAL a las Proposiciones no de Ley, del Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida sobre el reconocimiento moral de todos los hombres y
mujeres que padecieron la represión del régimen franquista por
defender la libertad y por profesar convicciones democráticas; del
Grupo Socialista por la que se declara y se insta a los poderes públicos
a reparar moralmente a las víctimas de la guerra civil desaparecidas y
asesinadas por defender valores republicanos y a reconocer el derecho de
familiares y herederos a recuperar sus restos, nombre y dignidad; del
Grupo Socialista sobre el desarrollo de una política de Estado para el
reconocimiento de los ciudadanos y ciudadanas exiliados; del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida para proceder a las
exhumaciones de fosas comunes de la guerra civil.
Madrid,
19 de noviembre de 2002
Enmienda
de modificación
El
texto quedará redactado de la siguiente forma:
"La
Constitución de 1978, Ilamada por todos con indudable acierto como la
Constitución de la Concordia, intentó poner punto final a un trágico
pasado de enfrentamiento civil entre los españoles. Guerras civiles,
pronunciamientos, dictaduras, en suma, regímenes políticos o sistemas
basados en la imposición violenta de ideologías o formas de gobierno,
habían sido hasta entonces el negro balance padecido por la inmensa
mayoría del pueblo español, como si nuestro sino histórico fuera el
del fracaso colectivo. Aquel triste lamento del poeta Machado-
"Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos
Españas ha de helarte el corazón"- es fiel reflejo de esta dramática
realidad existencial de la nación española.
Pero,
por fortuna, en 1978 una generación de españoles, recordando el
lamento de aquel otro gran español, Manuel Azaña, cuando abrumado por
la magnitud de la tragedia civil pronunció aquellas dramáticas
palabras desgraciadamente caídas en el olvido: "Paz, piedad, perdón",
decidieron no volver a cometer los viejos errores, mirar hacia delante y
apostar, con un generoso impulso de reconciliación, por un nuevo
sistema democrático para que nuca mas hubiera dos Españas
irreductiblemente enfrentadas.
Los
portavoces de los principales grupos políticos dejaron en las Cortes
constituyentes testimonios concluyentes de este espíritu de concordia
nacional, que no es ocioso recordar en este momento.
La
actual Constitución española esta impregnada de esa voluntad de
convivencia. Todos los constituyentes, en aras de aquel consenso básico
orientado al establecimiento de un marco democrático duradero, hicieron
importantes renuncias, incluso de posturas largamente defendidas a lo
largo de la historia, para buscar puntos de encuentro capaces de superar
viejos y endémicos conflictos.
Pues
bien, fue a los pocos meses de las primeras elecciones democráticas,
con motivo de la aprobación de la amnistía, cuando se puso de
manifiesto esta voluntad de entendimiento basada en el perdón y el
olvido. De entre los muchos testimonios podemos destacar los siguientes:
"Para
nosotros, tanto como reparación de injusticias cometidas a lo largo de
estos cuarenta años de dictadura, la amnistía es una política
nacional y democrática, la única consecuente que puede cerrar ese
pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz
y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra.
Nosotros, precisamente, los comunistas, que tantas heridas tenemos, que
tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros
rencores. Nosotros estamos resueltos a marchar hacia delante en esa vía
de la libertad, en esa vía de la paz y del progreso."
(Diputado Camacho Abad, portavoz del grupo comunista)
La
amnistía es fruto de "la voluntad de enterrar un pasado triste
Para la historia de España y de construir otro diferente sobre
presupuestos distintos, superando la división que ha sufrido el pueblo
español en los últimos cuarenta anos."(Diputado Benegas,
portavoz del PSOE)
La
amnistía "es simplemente un olvido. una amnistía para todos, un
olvido de todos para todos. No vale en este momento aducir hechos de
sangre, porque hechos de sangre 'ha habido por ambas partes, también
por el poder y algunos bien tristes, bien alevosos... La amnistía es
una camino de reconciliación, pero también de credibilidad y de cambio
de procederes." (Diputado Arzalluz, portavoz del PNV)
"La
amnistía es el presupuesto ético-político de la democracia, de
aquella democracia a la que aspiramos que, por ser auténtica, no mira
hacia atrás, sino que, fervientemente, quiere superar y transcender las
divisiones que nos separaron y enfrentaron en el pasado."
(Diputado Arias Salgado, portavoz de UCD)
El
voto prácticamente unánime dado por las Cortes a la Ley de Amnistía
de 1977 fue un acontecimiento histórico, pues puso fin al
enfrentamiento de las dos Españas, enterradas allí para siempre. Es
cierto que algunos no quisieron sumarse a este espíritu de reconciliación
y trataron por todos los medios a su alcance de impedir, mediante la
violencia o el terror, que la voluntad de concordia nacional germinara
en frutos de paz y libertad para todos. No lo han conseguido ni lo
conseguirán nunca más.
España
ha cumplido en este año el vigésimo quinto aniversario de la
recuperación de las libertades democráticas y el próximo podrá
conmemorar el primer cuarto de siglo de vigencia de la Constitución de
1978. Han transcurrido sesenta y seis años desde el comienzo de la
guerra civil de 1936. Apenas quedan supervivientes de la gran tragedia.
Y por supuesto, nada queda en la sociedad española del endémico
enfrentamiento civil porque, consciente y deliberadamente, se quiso
pasar página para no revivir viejos rencores, resucitar odios o alentar
deseos de revancha.
Por
otra parte, en estos veinticinco anos se han dictado numerosas
disposiciones, tanto por parte de la Administración General del Estado,
como por parte de las Comunidades Autónomas, dirigidas a reparar, en la
medida de lo posible, la dignidad de las personas que padecieron
persecución durante el régimen franquista y a proporcionarles los
recursos necesarios.
Dentro
de este grupo de personas que padecieron las terribles consecuencias de
la guerra se encuentran los exiliados. Y en septiembre de 1999, el
Congreso aprobó una Proposición no de Ley sobre conmemoración del 60°
aniversario del exilio español con ocasión de la finalización de la
guerra civil. En línea con dicho compromiso, la Fundación Pablo
Iglesias ha preparado la exposición "Exilio" con el hilo
conductor de la inequívoca aportación de los exiliados a la recuperación
de las libertades en España, contribuyendo de esta forma a la creación
de las condiciones que permitieron afrontar el cambio político operado
en los años de la transición a la democracia española.
En
la diáspora del exilio lo perdieron todo y el dolor del éxodo nunca se
ha podido superar, porque el forzado apartamiento de la patria es uno de
los mayores padecimientos. La reconciliación no se compadece, en esta
ocasión, con el olvido de este grupo de personas muchas de las cuales
cuando pudieron regresar a España no lo hicieron porque durante sesenta
años habían tejido sus relaciones personales y familiares en las
tierras de acogida.
A
estos ciudadanos y ciudadanas exiliados -asi como los Ilamados niños de
la guerra- supervivientes ya de aquel trágico episodio de nuestra
historia, el Congreso de los Diputados considera un deber rendir un
tributo de admiración y afecto, por la lealtad a sus convicciones y el
sufrimiento que hubieron de padecer por una guerra impropia de una nación
cuya razón de ser ha de estar en el respeto a los valores democráticos.
Por
todo lo anterior:
Primero.-
El Congreso de los Diputados, en este vigésimo quinto aniversario de
las primeras elecciones libres de nuestra actual democracia, reitera que
nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para
utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas
y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y a la
dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de
nuestra sociedad democrática.
Segundo.-
El Congreso de los Diputados reitera que resulta conveniente para
nuestra convivencia democrática mantener el espíritu de concordia y de
reconciliación que presidió la elaboración de la Constitución de
1978 y que facilitó el tránsito pacífico de la dictadura a la
democracia.
Tercero.-
El Congreso de los Diputados reafirma una vez más, el deber de nuestra
sociedad democrática de proceder al reconocimiento moral de todos los
hombres y mujeres que fueron víctimas de la guerra civil española, así
como de cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura
franquista. Instamos a que cualquier iniciativa promovida por las
familias de los afectados que se Ileve a cabo en tal sentido, sobre todo
en el ámbito local, reciba el apoyo de las instituciones evitando, en
todo caso, que sirva para reavivar viejas heridas o remover el rescoldo
de la confrontación civil.
Cuarto.-
El Congreso de los Diputados insta al Gobierno para que desarrolle, de
manera urgente, una política integral de reconocimiento y de acción
protectora económica y social de los exiliados de la guerra civil así
como de los Ilamados niños de la guerra que incluya la recuperación,
en su caso, de la nacionalidad española, y su extensión a sus
descendientes directos, con reconocimiento del derecho de voto.
Firmada
por todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados.
Tomado de: http://www.pce.es/GUERRILLEROS/Guerriantifascistas47.htm
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