LA DICTADURA DE
PINOCHET
¿Qué ocurrió tras el Golpe?
ELMUNDO.ES.- Tras
el Golpe de Estado de septiembre de 1973, Pinochet instauró
un férreo y cruento régimen en Chile que se cobró la
vida de miles de personas y desaparecidos y provocó la
huida de un millón de personas, que buscaron refugio en
Europa, principalmente. El dictador, que sucumbió a su
propia vanidad tras proponer un plebiscito que perdió,
sobrevive a sus 88 años a los intentos de la Justicia de
que pague por lo que hizo.
Pedagogía del terror
El 11 de septiembre de 1973 se instaló cruentamente en
Chile una dictadura que acabó con 150 años de historia
republicana, impregnó de autoritarismo las instituciones
del país y cambió la vida de sus habitantes. En la
retina de los chilenos quedará para siempre la imagen de
La Moneda en llamas, los estadios convertidos en prisiones
y las hogueras en las que ardieron miles de libros
"peligrosos".
El mismo día del Golpe, los comandantes en jefe, con
Pinochet al frente, se constituyeron como Junta Militar,
declararon el país en "guerra interna" y
decretaron el Estado de Sitio, que se prorrogó, salvo
breves períodos, hasta 1987, toque de queda incluido.
Pinochet ejerció el poder con mano de hierro hasta
1990, años en los que implantó un modelo neoliberal a
ultranza que, aunque saneó la economía, dejó más de
cinco millones de pobres, según cifras oficiales. Algunas
investigaciones señalan que la presencia de fuerzas
militares en las calles, los helicópteros sobrevolando
las ciudades de noche y los arrestos a plena luz del día
contribuyeron a instaurar la "pedagogía del
terror" del régimen.
Como legado político, además, Pinochet dejó una
Constitución, aún hoy vigente, y diversos coletazos
autoritarios que los gobiernos democráticos no han podido
desatar, como la figura del senador vitalicio, que sirvió
al dictador para esquivar el banquillo en el que ajustar
cuentas con la Historia. En 1988, tras negociar con
algunos sectores de la oposición a la dictadura, Pinochet
llamó a un plebiscito con el que pretendió legitimar su
Gobierno. Perdió y su derrota marcó el fin de una
sangrienta dictadura.
La Caravana de la Muerte
En octubre de 1973, una comitiva militar encabezada por el
general Arellano Stark recorrió Chile en un helicóptero
Puma, fueron los días de la Caravana de la Muerte. A esta
siniestra 'delegación' se le atribuyen hasta 75
asesinatos, la mayoría de líderes políticos y
sindicales con el objetivo más que probable de descabezar
a la oposición que pudiera sublevarse en los primeros
meses del régimen de Pinochet. El dictador no sólo
"conocía" sus actividades sino que ordenó que
no se investigaran. Una vez fuera del poder, se escudó en
su condición de aforado como senador vitalicio para
eludir la acción de la Justicia.
EEUU: la distancia es el olvido
EEUU intenta dejar atrás el recuerdo del trigésimo
aniversario del golpe de Pinochet. Washington, que ha
reconocido, aunque de forma muy tibia, su relación con
los preparativos y el golpe, prefiere que el aniversario
pase de forma discreta. El país ha ido desclasificando
poco a poco miles de documentos -algunos de ellos sólo
parcialmente- que muestran de forma clara su apoyo a la
oposición a Allende y su relación con algunos de los
autores del golpe incluso antes de que Allende y su
Gobierno tomaran posesión. Los documentos reflejan también
que EEUU estaba al tanto también de la coordinación
entre las dictaduras del Cono Sur para la represión de
los opositores más allá de sus fronteras: la Operación
Cóndor.
La Operación Cóndor
A comienzos de los 90 se descubren en Paraguay los
documentos secretos de la policía política paraguaya.
Esos documentos, llamados "los archivos del
terror", revelaron el maquiavélico plan urdido en
los 70 por los servicios de seguridad de los regímenes
militares del Cono Sur -Argentina, Chile, Brasil,
Paraguay, Uruguay y Bolivia- para acabar con los
opositores a sus dictaduras, "izquierdistas,
comunistas y marxistas". Aunque algunos gobiernos
negaron la existencia de este plan, documentos
desclasificados por la CIA indican lo contrario. Algunas
organizaciones de derechos humanos calculan que este
operativo acabó con la vida de unas 30.000 personas,
buena parte de ellas eran chilenos. Además, se calcula
que hasta un millón de ciudadanos abandonó Chile tras el
golpe militar de 1973. Entre los exiliados abundaron los
casos de suicidio, neurosis y frustración. Aún hoy,
800.000 chilenos que residen en el extranjero, parte de
ellos huidos durante la dictadura, tratan de recuperar su
nacionalidad.
Pinochet sobrevive
La personalidad de Augusto Pinochet, que cumplirá 88 años
el próximo mes de noviembre, permanece oculta desde hace
30 años tras unas gafas oscuras y ahora se escuda tras
una demencia legal que evita su juicio. Su imagen
demacrada en Londres, durante su detención por orden del
juez español Baltasar Garzón, contrasta con su llegada a
Santiago, 503 días después. Cuando el Boeing 707 de las
Fuerzas Armadas que lo llevó de vuelta a su país tomó
tierra en Chile, se levantó de la silla de ruedas de la
que se había servido para moverse y avanzó por la
pista del aeropuerto como resucitado. "La
Historia muestra que los dictadores nunca acaban
bien", declaró en una ocasión a la revista The New
Yorker. De momento, elude la acción de la Justicia
y pasa el día entre comidas sanas, cortos paseos por su
casa y la lectura de libros militares. Durante los últimos
tiempos, y tras su 'exilio forzoso' en Londres, los suyos
se han esforzado por ofrecer una imagen familiar y amable
del dictador. Celebrará el aniversario del Golpe
agasajado por amigos y antiguos colaboradores.
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