Entrevista a Pere Joan Ventura, director de 'El efecto Iguazú'
Documental sobre los acampados de SINTEL - diciembre 2002
'Me atrapó la dignidad de los acampados de Sintel'
Convirtió la protesta de la Castellana en un documental que es
candidato al Goya
SALOMÉ GARCÍA - EL PERIÓDICO DE CATALUNYA
Pere Joan Ventura
Castellar del Vallès, 1946
Reportero de TVE
Director del documental 'El efecto Iguazú'
En enero de 2001, los trabajadores en paro de Sintel acamparon
en la Castellana de Madrid. Se quedaron 187 días. En agosto
firmaron un acuerdo y levantaron sus tiendas. Pere Joan Ventura
grabó esa original protesta y le puso el enigmático título de
El efecto Iguazú. El documental ha sido nominado para los Goya.
--¿Y ese título?
--El título es una metáfora que se le ocurrió a Adolfo Giménez,
presidente del comité de empresa de Sintel, durante un viaje
que varios trabajadores hicieron a las cataratas del Iguazú
cuando trabajaban instalando las líneas de Telefónica en
Argentina, en plena fiebre privatizadora.
--Explíquela.
--Las aguas tranquilas del río Iguazú, antes de desbordarse en
catarata, son las empresas en esta era de capitalismo
globalizador. Las barcas de pescadores que faenan en ellas son
los trabajadores, engañados por el aspecto remansado del río.
Deben estar alerta, porque el Iguazú no avisa y, de pronto, las
engulle en su catarata, que es la regulación de empleo.
--Triunfa Los lunes al sol, nominan su cinta de Sintel al
Goya. ¿La conciencia social está de moda?
--La gente tiene interés por cosas que se aproximan a la vida
real. Entre tanta telebasura, unos gramos de realidad vienen
bien.
--La realidad es que ha pasado un año y los de Sintel ya no
salen en la tele, pero siguen en paro.
--No ha sido posible un final feliz. Esa gente ha luchado y ha
ganado sólo a medias. No se ha cumplido el acuerdo.
--¿Están como estaban?
--Hay 1.200 trabajadores en el paro que lo único que quieren es
trabajar. No quieren un subsidio. La suya es una lucha de una
gran dignidad.
--Su película termina con la firma del acuerdo, ¿se impone
una segunda parte?
--No lo sé. Ellos han realizado una campaña de movilizaciones
que reemprenderán a mediados de enero. Están dispuestos a
hacerse oír.
--Pues no van a poder volver a acampar, porque esa fórmula
de protesta se ha prohibido.
--Hay una anécdota del rodaje. Tras levantar el campamento,
volvimos a la Castellana con cinco trabajadores de Sintel y una
cámara para grabar una simulación del primer día de acampada.
Llevábamos una tienda de campaña. Antes de acabar de montarla,
dos policías de paisano vinieron a pedirnos la documentación y
los permisos. Al poco llegaron dos furgones policiales.
--¿Les impidieron la grabación?
--No, pero nos advirtieron de que otra acampada no se iba a
producir.
--Su película muestra la solidaridad vecinal con los
acampados.
--A diario hacían una asamblea donde repasaban los apoyos
recabados ese día. Ponía los pelos de punta. La solidaridad de
la gente fue impresionante.
--¿Cuánto se implicó usted con su lucha para rodar el
documental?
--Tienes que estar implicado, necesariamente. Para ponernos a
rodar, nos presentamos al comité de empresa y les pedimos tener
una caseta en el campamento como ellos. Al día siguiente nos la
construyeron.
--¿Vivieron en ella?
--Pasábamos allí todo el tiempo que nos dejaba libre nuestro
trabajo normal. Ésta no es una producción al uso, todos
mantuvimos nuestros trabajos. En la caseta instalamos un vídeo
y pasábamos películas por las noches. Tenían mucho éxito.
--¿Dónde se verá la película?
--No tiene distribución.
--¿A qué lo atribuye?
--La película trata un conflicto que sigue existiendo, que está
vivo, y en el que está implicado el Gobierno y una gran
empresa, que participa en la propiedad de muchos medios. Las últimas
manifestaciones de Sintel se están silenciando.
--¿Cómo se le ocurrió hacer la película?
--Yo también pasaba a diario por la Castellana, con prisa, y veía
el campamento. Un día hice un reportaje para TVE. Cuando entré
al campamento y vi la organización que tenían, la dignidad de
la gente, me quedé atrapado.
--¿Cuánto costó hacerla?
--En torno a unos 200.000 euros.
--¿Y no recuperarán la inversión?
--Éste es el caso. La película no tiene ni un duro de subvención
pública, ni derechos de ninguna televisión.
--Igual ayuda la nominación al Goya.
--Esa esperanza tenemos, que alguien se pueda interesar por
verla.
--¿Sintel reavivó el poder sindical?
--Lo que hizo fue cuestionar el sindicalismo menos combativo.
Ellos demostraron que todavía está vigente que la unión hace
la fuerza.
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