L A I Z Q U I E R D A A D E B A T E |
junio del 2002 |
Transcripción de un artículo publicado en la revista El Viejo Topo (Junio de 2002) sobre la situación de EUIA (pacto con IC-Verds) y firmado por Diosdado Toledano y Josep Bel (de Rojos/Roges).
Diosdado Toledano y Josep Bel
En Catalunya, los vaivenes y avatares que han sacudido a
la izquierda durante estos últimos treinta años se han producido en general
antes que en el resto del Estado. Por eso, por su carácter anticipatorio, los
cambios de tendencia, los análisis, los proyectos de construcción que se
llevan a cabo en Catalunya en el territorio de la izquierda tienen un interés
que excede con mucho a su marco geográfico. Principalmente por Catalunya llegó
desde Italia la teorización de la práctica política del PCI bajo la dirección
de Berlinguer, que se denominó “eurocomunismo”, aquí se produjo antes que
en ninguna parte el deslizamiento socialista hacia la derecha, y aquí se inició
el desmoronamiento de los partidos comunistas con la progresiva debacle
electoral del PSUC, que pasó de ser “el partido” a secas a ver como se
congelaban sus siglas, hasta que hace sólo tres años una fracción del mismo
decidió sacarlo del congelador. Sea como desarrollo de las contradicciones
internas del PSUC en la Transición, sea por la acción de otras fuerzas políticas
y de intereses nada inocentes, Catalunya fue en realidad un laboratorio en el
que se experimentaron estrategias y prácticas políticas que provocaron la
descomposición y práctica demolición de una parte importante de la izquierda.
Demolida ésta, en Catalunya, con la creación de
Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), se ha entrevisto la posibilidad de
alumbramiento de una izquierda distinta, auténticamente transformadora,
radicalmente democrática, abierta y plural, que pretende actuar con energía
desde las instituciones pero no sólo desde éstas, y que tiene en la movilización
social su motor principal. Pero si hablamos de proyecto entrevisto y no de
proyecto consolidado es porque la trayectoria de EUiA no ha transcurrido por un
lecho de rosas, y para alcanzar esas señas de identidad a que hemos aludido
falta todavía un buen trecho, con la condición además de que no se produzcan
desvíos en el camino.
En cualquier caso, la aparición de EUiA en el panorama
político catalán debe leerse como un primer paso en la recomposición y
refundación de la izquierda transformadora. Un paso al que algunos pretenden
que ahora siga otro, que en nuestra opinión va en la dirección equivocada.
En defensa del proyecto inicial de EUiA : No a la
coalición con IC-Verds
Esquerra Unida i Alternativa se encuentra en un momento
crucial. Por voluntad de la mayoría de su dirección política, del sector
mayoritario formado por la alianza de las direcciones del PCC y el PSUC-Viu,
nuestra organización está siendo conducida paso a paso a una coalición
electoral con IC-Verds, como antesala, en caso de obtener presencia
institucional, a la participación en un gobierno de centro-izquierda, de
orientación socio liberal, presidido por Pasqual Maragall. De materializarse
este curso político, los fundamentos que dieron origen a EUiA
quedarían abandonados y se traicionaría nuestra vocación de Izquierda
Transformadora.
Este proyecto político-electoral, adoptado inicialmente
en los órganos de dirección de ambos partidos, se está imponiendo al conjunto
de EUiA a través de un debate condicionado por las noticias que publican los
medios de comunicación, y sin suficientes garantías democráticas –con
impedimentos a que la posición alternativa sea defendida directamente por sus
promotores en las asambleas- lo que resta legitimidad a la consulta interna en
referéndum.
La necesidad de derrotar las políticas liberales no
puede confundirse con la “alternancia”. Desalojar a la derecha
“nacionalista” de la Generalitat para poner en su lugar un gobierno
nominalmente de la “izquierda plural” que aplica, en esencia, las mismas
recetas sociales y económicas que la derecha, solo puede causar una profunda
desmoralización en la izquierda social, en la juventud, en las mujeres, en la
clase trabajadora, alentar los sectores más extremos de la derecha, y llevar al
descrédito o a la desaparición práctica de una organización como EUiA.
En este sentido, la derrota “sísmica” de las fuerzas
políticas del gobierno de la “izquierda plural” en la primera vuelta de las
elecciones presidenciales en Francia, como sentencia inapelable del fracaso de
las políticas de centro-izquierda, debe servirnos para rectificar radicalmente
y alejarnos de un fracaso anunciado, esta vez en Catalunya.
Por otra parte, el surgimiento impetuoso del movimiento
antiglobalización capitalista, la incorporación masiva de la juventud con
trabajo precario, estudiantil, a este nuevo movimiento, su carácter
radicalmente crítico de la política real, su gran desconfianza hacia las
organizaciones políticas y sociales de la izquierda institucional a las que
acusa con razón de gestionar “lealmente” el sistema, ofrece nuevas
potencialidades para avanzar en un proyecto de izquierda transformadora.
EUiA tiene que elegir: O ser el referente político de
ese nuevo impulso de contestación social, de la radicalización política de
sectores de masas, y preparar con el conjunto de movimientos sociales que se
oponen al liberalismo un cambio radical hacia otra sociedad posible en el
socialismo; o de lo contrario ver alejarse, de manera irreversible, a quienes
detestan la vieja política de “cambiar para que todo siga igual”.
El proyecto de coalición con IC-Verds a secas, o en la fórmula
de “Polo Alternativo”, ha abierto un proceso de negociación poco
transparente, donde el cortinaje del debate programático esconde los objetivos
de negociación real, es decir, los puestos en las listas que aseguren obtener
representación institucional.
¿Es suficiente un acuerdo programático con IC-Verds para justificar y hacer creíble dicha coalición electoral entre los sectores sociales a quienes se dirige, o debiera dirigirse, EUiA? ¿Olvidarán estos potenciales electores/as, empezando por los propios afiliados/as y simpatizantes de EUiA la trayectoria política de IC-Verds, su práctica y gestión en las instituciones a lo largo de los últimos años?
Recordemos
En relación a la UE, cuyas políticas merecieron el
rechazo de cientos de miles de manifestantes el pasado 16 de marzo en Barcelona,
IC-Verds evolucionó desde una posición de apoyo “crítico”, a una actitud
cómplice por acción u omisión con las políticas
antisociales iniciadas en el Tratado de Maastricht y continuadas en los Planes
de ajuste y estabilización posteriores.
Las políticas de recorte de los gastos sociales y de
flexibilización del mercado laboral, impulsadas por los gobiernos del PP y CiU,
a través de negociaciones con las direcciones
Confederales de CCOO y UGT, que concluyeron en diversos Pactos antisociales, han
sido justificados con entusiasmo por la dirección de IC-Verds (de la que forman
parte destacados dirigentes de la corriente mayoritaria pactista de CCOO).
En la gestión de los ayuntamientos, donde gobierna en
coalición o en solitario (Prat del Llobregat, etc.), los alcaldes y regidores
de IC-Verds han impulsado la privatización de servicios públicos municipales,
sin consultar directamente a la ciudadanía, y a pesar del rechazo y oposición
de los trabajadores/as municipales, muchos de ellos afiliados a IC-Verds...
La actuación de IC-Verds en el ayuntamiento de
Barcelona, por regla general, ha sido cómplice de decisiones impopulares u
hostiles a las reivindicaciones de los movimientos sociales y ciudadanos: Ante
el conflicto del recibo del agua, en los episodios de desalojo de los ocupas de
“El Palomar”, en la actuación de la alcaldesa en funciones Inma Mayol que
ejecutó la orden de expulsión de los inmigrantes de la Pza. Catalunya en
agosto del año pasado...
Tampoco se ha distinguido IC-Verds por una actuación
coherente con su etiqueta de verde. Al contrario, diversas gestiones municipales
han levantado la oposición del movimiento ecologista (proyectos viarios que
amenazaban el equilibrio del delta del Llobregat, incineradoras, etc...)
La actitud de IC-Verds ante los movimientos sociales, especialmente durante la huelga de hambre de los inmigrantes a principios del años pasado, fue poco solidaria y divisionista. En cuanto a su actitud ante el nuevo movimiento antiglobalización ha optado por impulsar el Foro Social de Barcelona, operación divisionista que fracasó en su intento de protagonizar la extraordinaria manifestación de marzo pasado.
Podríamos recordar mucho más... pero el comportamiento
y los hechos relacionados son más que suficientes...
En conclusión: La trayectoria de IC-Verds en su práctica
política no nos permite confiar en que vaya a respetar o llevar adelante el
programa que acordase con EuiA.
De nuevo se pone el carro antes que los bueyes: ¿No sería mejor asegurarse sobre la sinceridad del socio “alternativo” IC-Verds? ¿Acaso, hemos olvidado, que la confianza recíproca solo se establece en la unidad de acción, especialmente sobre los temas y reivindicaciones centrales que cuestionan al sistema capitalista, y no sobre temas que sin negar su interés son de menor envergadura?
El sentido común nos advierte que, en las condiciones actuales en que se encuentran los sectores y movimientos sociales con los que se relaciona o a los que pretende dirigirse EUiA, la propuesta electoral capaz de ilusionarlos y movilizarlos no puede anteponerse a un largo sistemático proceso de unidad de acción de todas las fuerzas y movimientos sociales susceptibles de promover y apoyar una opción electoral que se oponga radicalmente al desorden capitalista globalizador y levante de nuevo el programa socialista.
Todas las discusiones, por más envoltorio filosófico, cultural y literario que se le ponga, tienen que aterrizar en el análisis concreto de la realidad concreta: la lógica destructiva no reformable del sistema capitalista internacional, sobre los objetivos y tareas para organizar la oposición social y política para derrotarlo, sobre las fuerzas sociales cuyos intereses entran en colisión con el sistema y como movilizarlas, sobre el análisis realista de las características de las fuerzas políticas existentes, su programa y práctica política, etc.
En la actualidad, una coalición de EUiA, con IC-Verds, lejos de servir a los objetivos de la transformación social y fortalecer a EUiA, solo reforzará la presencia institucional de IC y agudizará la desmoralización y la crisis en el seno y en el entorno simpatizante de EuiA. Y, nos alejará, o cuanto menos, nos hará perder credibilidad en los nuevos movimientos sociales.
Diosdado Toledano y Josep Bel son miembros de la
Permanente de EUiA, y responsables de las secretarías sobre Antiglobalización
capitalista y Economía respectivamente. Ambos son miembros de la corriente
“Rojos/ges” de EUiA. Sindicalistas de larga trayectoria en el movimiento
obrero, también son miembros activos en el movimiento antiglobalización
capitalista y de la “Campanya contra l’Europa del capital i la Guerra”
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