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Sección: Venezuela Bolivariana

Título: DISCURSO DE CHAVEZ 13/1/06- Enlace 1

Texto del artículo:

DISCURSO DEL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ FRIAS A LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Enero 13 de 2006

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías Señor presidente de la Asamblea Nacional, diputado Nicolás Maduro; señor presidente del Tribunal Supremo de Justicia, doctor Omar Mora; señor doctor Clodosbaldo Russián, presidente del Poder Moral Republicano y contralor general de la República; ciudadana diputada Desirée Santos Amaral (¡qué bonitas palabras nos has dicho hoy! Siempre hablas muy bonito tú), primera vicepresidenta de la Asamblea; ciudadano diputado Roberto Hernández, camarada, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional.

A mí me parece que estos tres compañeros y camaradas representan también todo el colectivo, ¡también!, muy bien.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Me siento contento, independientemente de partidismos políticos, grupos a los que cada quien pertenece; eso no puede ser lo más importante, absolutamente para nada. Creo que la decisión que ustedes han tomado ha sido sabia. Al presidente de nuestra Asamblea Nacional lo conocemos, su larga trayectoria de luchador (a pesar de su juventud, luchador social desde sus años de estudiante; luego sumado a esta ola desatada por los cuatro vientos), su compromiso, su entrega, su fortaleza ideológica revolucionaria. Creo además que el diputado Nicolás Maduro cumplió una excelente labor este año que concluye, de su mandato en la Asamblea Nacional. Yo lo felicito. Y lo felicito por su reelección.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Una mujer de primera vicepresidenta. Y además, esta mujer, Desirée, luchadora —no de tantos años como Nicolás, ella tiene un poquito menos...

Asistentes [risas].

Presidente Chávez ...Pero también de años y años de lucha. Escritora, periodista. Yo leía sus artículos de Últimas Noticias, creo, hace años, éramos tenientes; ella era estudiante, ya escribía, ya escribía cuando era estudiante en la Universidad. ¿Te acuerdas, López Hidalgo, Baduel, Maniglia, Laguna, todos, cómo leíamos en los cuarteles a Desirée Santos Amaral? Siempre me llamó la atención su nombre. Y después, cuando la conocí: ¡vaya, mírala!

Y firme como el samán, firme como el samán en la mitad de la sabana. Yo la felicito también, diputada Desirée, compañera. La felicito.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Y además en el seno de este cuerpo creo que Desirée dignamente representa a las mujeres que están aquí de diputadas de nuestra Asamblea Nacional.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez En una proporción bastante importante, y además sabemos que cada mujer vale por varios de nosotros, los hombres.

Diputado asistente Por diez. Nos llevan ventaja.

Presidente Chávez Por diez.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Eso no es ninguna excusa matemática, nadie lo vaya a malinterpretar; sólo es un reconocimiento desde mi corazón, de verdad, verdad, desde mi alma, a la grandeza de las mujeres venezolanas, a la grandeza de la mujer venezolana.

Y Roberto Hernández, segundo vicepresidente: mejor elección creo que no podía haber. Un reconocimiento no sólo a su persona, así lo entiendo, sino a lo que él representa aquí sentado.

Roberto, por lo que he leído, estuvo preso de la Seguridad Nacional (SN) en los años de la última dictadura que azotó estas tierras. Torturado fue, perseguido fue, formó parte de esa resistencia de muchos años contra los atropellos de las tiranías internas y del imperialismo. Desde joven, desde los quince años militaba ya en las filas del gallo rojo, que yo quiero tanto: el Partido Comunista de Venezuela (PCV). ¡Quiquiriquí!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Don Pedro Ortega Díaz, reciba mi saludo, mi afecto. Y a todos. Gracias por sus palabras, Pedro Ortega, pues, también de esos hombres que nunca se rindieron.

¡Cuántos de tu edad, Roberto, y de tus orígenes se rindieron! ¡Cuántos saltaron la talanquera!, como decimos en criollo. También hay que decir: ¡Cuántos quedaron regados por los caminos en la batalla grande por la Patria!

Creo que es un excelente reconocimiento a un gran compañero, a un gran venezolano, a un gran camarada. Felicitaciones.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Ciudadano José Vicente Rangel, vicepresidente ejecutivo de la República; ciudadano Jesse Chacón, ministro de Interior y Justicia; demás ministros, ministras del Gabinete Ejecutivo; ciudadana abogada Jhannett Madriz, vicepresidenta del Parlamento Andino, grupo venezolano; demás representantes al Parlamento Andino; ciudadano diputado Walter Gavidia, presidente del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Grupo Venezuela; ciudadano licenciado Juan Barreto, alcalde mayor de Caracas; ciudadano general de división Melvin López Hidalgo, inspector general de la Fuerza Armada; demás oficiales generales y almirantes, comandantes de componentes militares, miembros del Alto Mando Militar; jefe de Estado Mayor Conjunto, secretario del Consejo de Defensa de la Nación; señor general Wilfredo Silva, comandante del Comando Unificado de la Fuerza Armada (Cufan); distinguidos presidentes, secretarios generales, coordinadores de los diferentes partidos que conforman el Bloque del
Cambio, que están con nosotros; distinguidos miembros representantes de los movimientos sociales, de los trabajadores venezolanos, de los campesinos venezolanos, de los productores venezolanos, de los jóvenes venezolanos, de los indígenas venezolanos, de las mujeres venezolanas; todos los sectores sociales que luchan, que tienen vida muy activa en esta dinámica nacional, personalidades especialmente invitadas, amigos de la prensa, periodistas, fotógrafos, camarógrafos, amigas y amigos todos. Una y 25 de la tarde y estamos en cadena nacional para todo el país.
¡Feliz Día de Reyes! Felicitaciones a todos los Reyes —mi papá cumple años hoy. ¡Feliz cumpleaños viejo! Día de los Reyes, Hugo de los Reyes. La abuela lo puso así porque nació el Día de los Reyes...

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez La abuela le puso así porque nació el Día de los Reyes, el Día de los Reyes; y a Adán le pusieron Adán y a mí me iban a poner era Eva.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Y nací fue Evo, Evo. Ahora tengo dos hermanos, dice José Vicente: Adán y Evo.

Evo ya anda por allá por... anda como un celaje; por ahí lo vimos en CNN, en Madrid con el Rey de España y con el presidente Zapatero, y con el Presidente de Francia. ¡Que Dios lo cuide y lo lleve por allá, por esos mundos y lo traiga sin novedad, a ese buen hermano Evo Morales!

En el Perú han hecho un escándalo…

Asistentes [risas].

Presidente Chávez …Porque el candidato Ollanta Humala estuvo de visita aquí, y vino al acto con Evo. El Gobierno del Perú incluso ha retirado a su embajador.

Yo recuerdo que de candidato, bueno, si así... Si ésa fuera la norma de los gobiernos, todos los años se estarían retirando candidatos, o perdón, embajadores; porque todos los años hay elecciones en todos los países, no sé cuántos países; todos los años hay elecciones y los candidatos andan viajando por el mundo. Los candidatos viajan por el mundo.

“Frijolito” aquí, lo recibieron por allá en México, bueno ¿y qué me importa a mí que lo reciban en México o en la Casa Blanca?

Vaya mi saludo al pueblo del Perú, mi respeto al pueblo del Perú.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez No vamos nosotros a caer en provocaciones. Respetamos mucho nuestras relaciones con el Perú, con su Gobierno y con su pueblo, y bueno, saludamos de nuevo desde aquí a Ollanta Humala, vayan todos nuestros saludos.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Es un hombre inteligente. Yo no lo conocía, hablé con él varias horas; y con su esposa Nadine, muy inteligente también su esposa.

Pero sencillamente que es un soldado patriota, y bueno, el pueblo del Perú decidirá a la hora de votar el próximo 9 de abril quién será su Presidente.

Pero me llamó la atención. Recuerdo que de candidato fui recibido por Leonel Fernández que era presidente dominicano; no, allá no, no, sólo Leonel Fernández y Fidel. Allá fui y yo no recuerdo que el gobierno del doctor Caldera haya retirado sus embajadores. Ni en Cuba, incluso el embajador de Venezuela en Cuba fue a saludarnos a Palacio en aquella ocasión. Creo que falleció: Gonzalo García Bustillos, que era paisano nuestro, llanero; un hombre muy culto, muy conversador.

En Dominicana también, estuvimos conversando un rato y saludé al embajador en ese tiempo allá.

Bueno, allá cada quien con sus cosas.

Tengo muchas cosas que decir, he anotado algunas, he leído bastantes cosas. ¿Dónde están mis libros?

Fíjense, primero que nada tengo al frente el Escudo nacional y en estos días que me perdí unos dos o tres días por la sabana, y vi vacas y caballos… cada día estoy más convencido de que ese caballo está infiltrado ahí.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Pero ustedes ven ese caballo, ese caballo, ustedes recuerdan que en un Aló Presidente porque... como siempre, si yo digo “O”, la oposición dice “A”. Ellos se oponen por oponerse, ¿no? Deben estar alegres porque el viaducto no resistió, lamentablemente, todas las operaciones quirúrgicas de salvamento que se le hicieron.

Nosotros estamos trabajando con mucho optimismo y solucionando los problemas, pero recuerdo que salieron unos escribidores de oficio y unos analistas "muy sesudos”, historiadores a decir que eso era casi un sacrilegio pues, porque yo propuse —como propongo a la muy soberana Asamblea Nacional— que se estudie el caso, que se estudie el caso y que veamos lo de la octava estrella en la Bandera, el decreto aquél de Bolívar de 1819. Es la estrella bolivariana, pues; se la quitaron después a la Bandera.

Ustedes saben que las siete estrellas —eso lo sabemos todos pero es bueno recordarlo— representan a las siete provincias que se unieron a la Independencia el 5 de julio. Ahora, hay que recordar que aquella Junta de Gobierno que se conformó a la salida de Vicente Emparan no proclamó en verdad la Revolución, ni siquiera proclamó inicialmente la Independencia; se autodenominó “Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII”, preso en Bayona; y siete provincias se sumaron luego a la causa de la Independencia. Pero luego, definitiva fue en el proceso revolucionario la liberación de Guayana.

Desde el punto de vista político, ahí se instaló el Congreso, que dio nacimiento, como sabemos, a la III República, que es la República Bolivariana originaria. Que no logró instalarse sino a medias en verdad. Ésa fue la Gran Colombia, ahí nació Colombia, en el Congreso Constituyente. Luego se aprobó una ley pero fue ahí cuando nació Colombia, donde nació Colombia; luego se selló en Carabobo, por las armas. Fue decisiva para el éxito militar de Boyacá y de Carabobo la conquista de Guayana y todas las riquezas y el Orinoco y la salida al Atlántico, y por ahí la logística como vía principal de aproximación, ¿no es?

Asistente De abastecimiento.

Presidente Chávez De abastecimiento, gracias señores. Voy a hacer un repaso de mi...

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Vía principal de abastecimiento, correcto, de abastecimiento, y una vía estratégica. Y además una línea defensiva, detrás del Orinoco la gran defensa y el fortalecimiento del Ejército, de la Marina, de la logística, de la reserva, etc.

Bueno, octava estrella y el caballo. Ese caballo, ustedes recuerdan que está escrito allí en la historia; fue diseñado después que cayó la Gran Colombia. El caballo de la Gran Colombia trotaba libre hacia la izquierda, ahí están las figuras, en los registros de la historia, trotaba libre hacia la izquierda; y el caballo reemplazó al León de Castilla. Quienes diseñaron el caballo reemplazaron al león, lo cual no significa que los Leones del Caracas no tengan su valor…

Asistentes [risas].

Presidente Chávez No. Oye, han ganado dos; nos metieron un tiro en la línea de flotación a los Navegantes. Bueno, pero cuidado con la sorpresa, nosotros siempre contraatacamos en estos días de... sobre todo, para el 4 de febrero, ahí es que Magallanes, mire....

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Ya para el 4 de febrero ha terminado todo. Bueno, para el 23 de enero, pues, ahí es que contraatacamos nosotros. Bueno.

Ni significa entonces que vaya Juan Barreto a eliminar el león del Escudo de Caracas que es muy, muy lindo. Pero ése es el León de Castilla, ése es el León de Castilla ahí sembrado todavía. Claro, éste es un león libre. Hay que ver a un león amarrado, esclavizado. Pero el caballo nació así, como símbolo para sustituir al león; y lo pusieron a correr hacia la izquierda, libre, con las manos sueltas; como corre un caballo, pues...

Yo fui a ver mi caballo, el único caballo que yo tengo, que me regaló el príncipe saudí hace varios años; allá lo fui a ver; ¡ah!, y la yegua, ya parió la yegua. Bueno, y uno ve el caballo corriendo, ¡y qué belleza!, el caballo corre, el caballo no mira hacia atrás. Ese caballo mirando hacia atrás, frenado, ¿ah?, ¿cómo? [risas].

Diputado de la Asamblea Nacional, Pedro Carreño Espescuezao.

Presidente Chávez [risas]. Ya salió el diputado Pedro Carreño con su... su claro análisis. Sí, sólo que está el caballo —¿cómo dijo Carreño?— espescuezao.

Pero es un caballo libre, va trotando. Ese caballo no va trotando, ese caballo frenó y mira hacia atrás. Ahora: ¿quién hizo el caballo? Eso no es de gratis. Ustedes recuerdan que yo lo leí en un libro de historia, no recuerdo el autor, pero que me acompañó muchos años, la historia del Escudo y de nuestra Bandera. ¿De dónde viene todo? ¿Cuáles son los símbolos? Eso hay que saberlo.

Asistente Alejandro Vargas.

Presidente Chávez Alejandro Vargas, gracias; teniente de fragata. Tenemos que hablar con él, vamos a reeditar ese libro.

Asistente Está muerto.

Presidente Chávez ¡Ah!, bueno, perdón; a su hijo, tú me hablaste de su hijo. Rindo tributo a su memoria. Durante muchos años ese librito me acompañó adonde quiera que iba; en los cuarteles era materia de mis conferencias a los jóvenes cadetes que por ahí andan convertidos ya en tenientes coroneles, mayores; y los soldados que por mi mando pasaron.

Bueno, entonces el caballo lo diseña ese que está ahí, Porter, que era un inglés, era funcionario del Gobierno inglés; un comerciante...

Asistente Cónsul del Gobierno Británico.

Presidente Chávez Cónsul del Gobierno británico, a él lo llaman para que dibuje el caballo, y es el que dibuja el caballo. Un extranjero, pues. Luego, cuando los Federales derrocan a la oligarquía conservadora, retorna el caballo libre hacia la izquierda; y está en el Escudo aprobado por allá por 1863, 64, cuando cae la oligarquía conservadora; y luego viene Gómez y desaparece el caballo libre y traen otra vez el caballito frenado, ese que tenemos ahí.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Lo tengo al frente. ¿Ah? El caballito “frenao”.

Bueno, vamos entonces a ver. Las ideas que yo traje apuntan en varias direcciones. Primero, yo lo felicito, señor Presidente, señores vicepresidentes, señora vicepresidenta, señor vicepresidente, señores diputados y diputadas; de verdad que los felicito. Ustedes en sus discursos han reflejado cuántas cosas de lo que es la Asamblea Nacional. Esta nueva Asamblea Nacional que es inédita; es inédita porque esta oposición que tenemos, como decía Roberto, ¿cómo fue que tú dijiste?, se... en forma organizada.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Ellos tienen como un plan de autoliquidación y lo van cumpliendo organizadamente.

Ellos decidieron, tratando de sabotear, primero el proceso electoral (hay que recordarlo: las bombas, la violencia, llamados a oficiales, explosivos), eso fracasó afortunadamente; y luego esta acción coordinada con algunos observadores internacionales que aquí vinieron ya comprometidos con el imperialismo, a tratar a través de la OEA (Organización de Estados Americanos), o sea, de utilizar a la OEA como mampara para disparar contra la democracia venezolana, contra la soberanía venezolana, contra el pueblo venezolano. Y también de la Unión Europea (UE).

Esto, aunque aun cuando sigue su marcha, fracasó también. Fracasó, y nosotros no perdimos un instante para denunciar la maniobra internacional reconocida por todos los presidentes a los que les he comentado esto; es tan burda la maniobra que ella se desnuda por sí misma.

Los felicito, los felicito y les estimulo a que se cumpla todo eso que decía el presidente Nicolás Maduro. Yo estaré siempre dispuesto a cooperar con ustedes, señor presidente; el vicepresidente de la República, los ministros y todos los funcionarios del Poder Ejecutivo. Y estoy seguro de que el Poder Judicial, el Poder Ciudadano, el Poder Electoral, todos estamos prestos para contribuir en ese esfuerzo coordinado, unitario, al impulso del proceso que vamos llevando.

Este año 2006, ya nos decía la señora vicepresidenta Desirée; nos hablaba del 2005 y del 2006. Quiero recordar, hablando del 2006 con Desirée, que este año tiene una connotación histórica muy especial. Desde hace varios años venimos hablando de la era bicentenaria, y estamos llegando, estamos en plena era bicentenaria. Por allá por 1982, 83 nacía el Movimiento Bolivariano en filas militares, y ya con algunas ramificaciones, en algunos sectores con los... que teníamos algún contacto. Ahí comenzaba, desde esa perspectiva, la era bicentenaria, es decir, 200 años del nacimiento de Bolívar. Hace pocos meses estábamos en Roma, una noche de luna llena, en el Monte Sacro; no pudimos ir el día exacto, pero no importa: el Gobierno y el pueblo venezolano dejaron huella allá... un monumento ideado por el genio de Fruto Vivas. Y con la comunidad del Monte Sacro —que es un distrito romano: Monte Sacro—, el alcalde, la comunidad, artistas, empresarios, los vecinos de allí, muy contentos de que el
lugar haya retomado aquella fuerza espiritual que siempre tuvo en los tiempos de la antigua Roma. 200 años del Juramento del Monte Sacro: 15 de agosto del 2005.

Decíamos allá, recordando a un historiador venezolano —creo que fue Augusto Mijares— que afirmó que Simón Bolívar ciertamente nació en Caracas el 24 de julio de 1783, pero que el Libertador nació en el Monte Sacro el 15 de agosto de 1805, cuando juró la libertad, se hizo Libertador.
Igual pasa con el 2006, dentro de ese cabalgar de la era bicentenaria con la cual tenemos que ir galopando nosotros, con el caballo y como caballos, una caballería desatada.

Si la oposición tiene un plan de autoaniquilación ordenada, nosotros, nuestro plan de victoria y de revolución, también debe ser ordenado, hasta donde lo permite la situación. Que es de orden, de desorden y nuevo orden y nuevo desorden y nuevo orden; porque es como la teoría del caos: todos los días ocurren cosas que desordenan y forman un nuevo orden, pero que da lugar a nuevas cosas, a nuevas situaciones: ésa es una revolución. Si no, no sería revolución; sería otra cosa.

Pido a la soberana Asamblea Nacional que nos sumemos todos con mayor vigor a partir de hoy a la celebración por todo lo alto de los 200 años, no sólo de la llegada de Miranda. Porque pareciera muy simple. Por estos días estaba nuestro caraqueño universal todavía en Nueva York, pasó Navidad del 1805 entre Washington y Nueva Cork. Era muy amigo del presidente Thomas Jefferson, recordemos que combatió espada en mano al lado de aquellos hombres en la independencia de Estados Unidos, 20 años atrás. Y retornó a Estados Unidos y fue por ellos y se reunió con Jefferson; era James Madison el secretario de Estado, con él también se reunió, entregó documentos, pidió apoyo.

Y el 4 de enero de 1806 estaba Miranda en Nueva York y le escribe una bella carta a su mujer, quien se quedó en Londres con su pequeño hijo Leandro. Es cortita, permítanme leerla. Éste es un buen libro, es de la Biblioteca Ayacucho, América espera, América espera, América volvió. Prólogo de José Luis Salcedo-Bastardo y cronología Manuel Pérez Vila, Josefina Rodríguez de Alonso. Una serie de recopilaciones.

Fíjense la cartita que le manda a Sally:

“Nueva York, 4 de enero de 1806.

Anhelo recibir tus cartas, mi buena Sally. Es sólo por el señor Turnbull que he tenido noticias desde que salí de Inglaterra.

Te he escrito tres veces desde que llegué aquí, espero que todo esté bien por la casa y que tu prudencia y celo remediarán el pequeño descuido de los otros. Pon especial cuidado en la salud y educación de Leandro —está hablando el padre—, trátalo con suavidad y severidad, de modo de hacer dócil su temperamento sin quebrar su espíritu y su vivacidad. Cuida tu salud por el bien de todos nosotros, te necesito tanto como a nadie más para llevar a ejecución y terminar con éxito mis planes. Oye consejos del señor Barry, si lo necesitas. He tenido bastante éxito aquí y navegaré en el curso de unos pocos días al sitio de mis deseos —la Patria, a la que tenía cuántos años sin volver. Muchos años, muchos años—. Ten paciencia por unos tres meses más solamente, cuando probablemente tendrás un resultado satisfactorio. Adiós, mi querida Sally; mis saludos a Hindle, al señor Barry, al abate, etcétera. Tuyo, Miranda”.

Le escribe a Madison, el secretario de Estado, el 22 de enero de 1806, ya despidiéndose, y le dice: “Las cosas importantes que tuve el honor de comunicarle entonces quedarán, no lo dudo, en el más profundo secreto, hasta el resultado final de este delicado asunto...”. No fue así en verdad, a los pocos días se armó un escándalo en Estados Unidos y un juicio.

Luego le escribe a Jefferson, al Presidente, el mismo día 22 de enero: “Señor Presidente: tengo el honor de enviarle adjunto la historia natural y civil de Chile, sobre la cual hablamos en Washington. Usted encontrará quizás más hechos interesantes y más ciencia en este pequeño volumen, que en todos los que se han escrito anteriormente sobre esta materia concerniente a este bello país. Si por casualidad el feliz vaticinio que usted pronunció sobre la suerte futura de nuestra querida Colombia, debe cumplirse en nuestros días, quiera la Providencia que ello sea bajo vuestros auspicios y por los generosos esfuerzos de sus propios hijos. Miranda.”

Y sale el 2 de febrero de ese año 1806, zarpa en el Leander rumbo a la isla de Santo Domingo; el objetivo era Venezuela, era Suramérica. Nosotros siempre celebramos el 12 de marzo como el Día de la Bandera; según señalan algunos documentos históricos fue el día en que Francisco de Miranda izó en el Leander, en la isla de Santo Domingo, en la bahía de Jacmel, Haití, la Bandera.

Pero hay un día, más allá del 12 de marzo, en el que Miranda hace jurar a su tripulación, y jura él; por tanto es el juramento de Miranda. Estábamos hablando del Monte Sacro, pero es que pocos meses después aquí mismo, en las aguas del Caribe está el Mariscal de Francia, el general Miranda, el infinito Miranda, jurando con un grupo de hombres, ninguno de ellos venezolano, ninguno de ellos suramericano; y el juramento dice así: “Juro ser fiel y leal al pueblo libre de Suramérica, independiente de España, y servirle honrada y lealmente contra todos sus enemigos y opositores, cualesquiera que sean; y observar y obedecer las órdenes del Supremo Gobierno de aquel país legalmente nombrado, y las órdenes del general y los oficiales que me sean dadas por ellos. A bordo del Leandro, Jacmel, 24 de marzo de 1806”. El juramento de Jacmel.

De forma tal, señor Presidente, señores diputados, diputadas, que este año 2006 bien merece ser llamado Bicentenario del Juramento de Miranda, y con el juramento bicentenario de la expedición revolucionaria de Miranda. Sabemos que él estuvo en estas aguas y desembarcó el 3 de agosto, logró desembarcar en la Vela de Coro después de varios intentos; en abril llegó frente a Ocumare, no pudo desembarcar, le capturaron dos barcos y casi toda la tripulación. Deberíamos rendir tributo, señor alcalde mayor, señor presidente, señor vicepresidente, compatriotas todos, a aquellos hombres que fueron ejecutados aquí en la Plaza Mayor. Están los nombres en la historia, no eran venezolanos, algunos oficiales y otros soldados; unos voluntarios, otros reclutados pero murieron aquí, fueron ejecutados por el imperio español, sus cabezas fueron cortadas por el verdugo en la Plaza Mayor.

Miranda se fue a Trinidad, organizó una nueva flota, consiguió apoyo, nuevos hombres, nuevas armas, nuevos barcos y fue cuando se vino y logró desembarcar en la Vela de Coro. Pero sabemos que no consiguió ningún tipo de apoyo acá, el mantuanaje no lo quería. Los pueblos estaban dormidos, estaban manipulados; los curas católicos —realistas todos, o casi todos—, se habían dado a la tarea de divulgar la idea de que Miranda era un diablo, un demonio, que merecía ser quemado por la Inquisición, algo así como... utilizaron la figura del comunista hasta hace poco: como un demonio, y todavía algunos tratan de engañar a los pueblos; o como nos quieren presentar: el “eje del mal”.

A Miranda, pues, le fue imposible consolidar una cabeza de playa en la Vela de Coro, y a los pocos días se replegó, se fue a Trinidad. Leyendo esta madrugada me entero de que no se fue de inmediato a Londres, ¡no! Él estuvo en Trinidad esperando acontecimientos, todo el año 2006... 1806 (risas), 1806 y se fue en 1807 cuando se dio cuenta de que allá no tendría sentido un nuevo intento, pero fue a pedir apoyo porque Europa estaba convulsionada también, sobre todo por las guerras napoleónicas.

Bien, 2006. Bicentenario del Juramento de Miranda, de la Revolución de Miranda; y año —así propongo que lo llamemos, para traer esos 200 años y ponerlos aquí en escena— de la participación popular, éste tiene que ser el Año de la Participación Popular, de un poderoso impulso a la participación popular.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez A la participación comunitaria. Nicolás nos hablaba en sus palabras de la democracia. Nosotros no podemos permitir que.......

(Ojo: Se cae la señal).

Presidente Chávez Igual pasó con las cacerolas, que son instrumentos de protesta popular, gracias a la campaña mediática, al manejo comunicacional; pues lograron apoderarse de ese instrumento de expresión de sectores. La democracia. Tenemos que insistir en ello, pensar, repensar en ello y hacer cada día —como se dice— lugar común: más y mejor democracia.

Ahora, compañeros, compatriotas, camaradas ([risas] ¿qué se está quemando, José Vicente [risas]. Un tirro, se recalentó un cable por ahí).

Bueno, decía entonces que no hay democracia, no puede haber democracia sin participación real del pueblo. Y en eso, esta nueva Asamblea Nacional, nosotros por supuesto, el Poder Ejecutivo junto con ustedes tenemos un papel trascendental que cumplir. Trascendental. Tenemos que ser creativos continuamente, creativos; hay que buscar la teoría, no hay revolución sin teoría revolucionaria; no lo olvidemos.

Un gobernante, un representante de cualquier nivel que sea no puede andar sin un libro bajo el brazo; no puede estar sin estudiar todos los días, todas las noches, en la madrugada, en el carro, después del Aló Presidente, después, ¿no? Hay que estudiar mucho, compañeros, compañeras, camaradas, compatriotas, hay que estudiar mucho; y sobre todo nosotros estamos obligados a estudiar mucho, a fortalecer nuestra visión del mundo, a enterarnos mucho más de la realidad mundial, nacional; iluminar la praxis con la teoría. Sólo así, sólo así podremos continuar profundizando, fortaleciendo.

La democracia, hemos hablado de la Democracia Revolucionaria; no es ésta una “revolución democrática”, no. No es lo mismo hablar de revolución democrática, que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno, como el caballo: es revolución, ¡ah!, pero es democrática. Es un freno conservador.

El otro concepto es liberador. Es como un disparo, es como un caballo sin freno: Democracia Revolucionaria, democracia para la revolución.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Ahora, la historia se va desarrollando —dice una corriente teórica—, se va desarrollando como una sucesión de situaciones: una tras la otra. Ahora, la historia se puede y se debe planificar; lo que viene hay que planificarlo, hay que preverlo. Y eso requiere una gran coordinación entre todos, para que el plan pueda elaborarse, y aún más, después ejecutarse en una dirección establecida, con mucha flexibilidad: el plan estratégico, el gran plan, la gran estrategia.

Nicolás hacía una revisión histórica de los últimos años. Estoy seguro de que nosotros vamos por el camino correcto, pero también estoy seguro de que en ese camino todavía tenemos grandes y crecientes amenazas; para la continuidad de ese camino, para el fortalecimiento de ese camino, incluso para evitar la reversibilidad de lo que hemos logrado. Les recomiendo el discurso que dio el compañero presidente Fidel Castro, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, cuando le hicieron un homenaje por los 150 años de haber ingresado a aquella universidad [risas].

Asistentes [risas].

Presidente Chávez [risas] Hace 50, él entró de estudiante allí, a esa universidad, 50 exactamente creo. Muchos pudieron haberse sorprendido. (Yo no, porque, bueno... con Fidel creo que he hablado en estos años lo que no hablé jamás con nadie ni hablaré jamás con nadie en esta vida ni en otra; y conozco sus angustias, y conozco sus cosas de aquí, de adentro, bastante. Y, solo, Fidel sacó a flote angustias. Quizás la que él vive es mayor a la que uno pudiera vivir, no me atrevo a hacer la comparación con exactitud, pero en fin). Él le preguntó a los jóvenes estudiantes: “¿Creen ustedes que esta Revolución es irreversible?”. Y comenzó a hablar de la corrupción, y comenzó a hablar de las desviaciones —hay que leer el discurso, es bueno, hay que leerlo—, y luego anunció una serie de medidas.

En una ocasión estábamos en La Habana, y alguien, algún venezolano, un compañero daba un discurso y decía que la Revolución venezolana es invencible. Y él me dijo al oído: “Yo sí sé cómo es vencible...”. Y luego el comentario, ¿no?

En fin, hay grandes amenazas. Grandes oportunidades, grandes fortalezas, y sobre ellas hay que continuar trabajando, elaborando, diseñando, ampliando, multiplicándolas. Pero grandes amenazas tenemos nosotros, espadas de Damocles; debemos ser capaces, en colectivo, de reconocer esas amenazas y de, en acción colectiva igual, disminuirlas, disminuir su intensidad hasta que las anulemos. Surgirán otras, nunca estaremos exentos de amenazas, es mentira, ¿pero quién dijo que no?, ¿quién dijo que no? En este camino lo que más abundan son las dificultades, lo que más abundan son las amenazas, lo que más abundan son los riesgos y los peligros siempre al acecho; pero es imprescindible reconocerlos, la democracia pues. La Democracia Revolucionaria tiene que ser necesariamente una democracia fuerte, una democracia poderosa; debe estar llena de fuerzas, debe ser llenada cada día de mayor fuerza, poder; no puede ser una democracia debilucha, lánguida, insulsa, ingenua. Y en ese sentido yo invito
a todos a que pensemos y hagamos; pensemos, diseñemos y pongamos en práctica acciones en todos los ámbitos para fortalecer, para llenar de fuerza transformadora la Democracia Revolucionaria.

¿Qué quiero decir con esto? Muchas cosas he trabajado y he pensado. Por ejemplo, es necesario tener en la mente, en la mesa cosas como ésta: una Asamblea. Una Asamblea es un ente eminentemente representativo, ¿verdad?, la Asamblea Nacional. Un Congreso o una Asamblea. Un Gobierno también lo es: yo soy un representante. Un diputado también lo es; un ministro lo es —en segundo grado, pudiéramos decirlo, pero lo es por delegación—, el vicepresidente, y así, todos los que estamos ejerciendo cargos. Un general, un almirante, en cualquier ámbito; el presidente de una empresa del Estado, él está allí por delegación; o en cualquier cargo de gerencia, de dirección. Pero limitémonos a la Asamblea Nacional y a la Presidencia de la República, al Gobierno a nivel de vicepresidente y ministros —el Alto Gobierno, que llaman—: nosotros somos en nosotros mismos una gran contradicción. Esto tenemos que reconocerlo y actuar sobre la contradicción, y lograr lo que la teoría marxista plantea con mucha
claridad: la tesis, la antítesis, la síntesis; eso es elemental. Elemental es un rolling de frente al short, de bote alto, con un hombre en primera; elemental: tienes que hacer un doble play; si no, no es elemental ni es nada. O un hombre en tercera y un fly al center field, con un out al fondo allá; elemental: pisa y corre. Es decir, nosotros somos representantes, pero hemos jurado darle vida a una democracia, no representativa sino participativa, y más allá: protagónica. Vea que somos una contradicción nosotros, porque si de democracia vamos a hablar, habrá que recordar la democracia liberal que se le impuso a todo estos países y cuyo modelo fue horriblemente copiado y sigue siendo copiado y pretende seguir siendo copiado por las élites de estos países nuestros, democracia que al final no es tal, no es tal.

Sobre esa gran contradicción tenemos que trabajar, cómo vencer las barreras que dificultan el surgimiento, el avance de la verdadera democracia, la participativa, la protagónica, para que sea revolucionaria. Porque la democracia de élites, representativa, no es revolucionaria, es antirrevolucionaria, es contrarrevolucionaria; una Asamblea Nacional encerrada en cuatro paredes, un Gobierno encerrado en cuatro paredes, tomando decisiones basado en la representación que un pueblo le dio, expropiándole al pueblo la soberanía, es contrarrevolucionaria...

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Sobre esto hay que pensar. Las fórmulas existen. Ahora, algunas no existen sino que tenemos que inventarlas.

Este librito yo lo recomiendo: Inventamos o erramos, una compilación. Era de mi hermano Adán (no Evo, sino Adán), en una ocasión me lo prestó y nunca se lo devolví. Aquí está: “Adán Chávez. Barinas, 82”, el año del nacimiento (Baduel) del Movimiento Bolivariano. Ya andábamos en esto, estudiando a Simón Rodríguez, a Simón Bolívar, a Ezequiel Zamora. Y Adán ya andaba en el movimiento, estaba en la ULA (Universidad de Los Andes) de profesor, y allá tenían unos grupos de estudiantes. Tú no habías entrado a la ULA, estarías en primaria, si acaso habías nacido…, no habías nacido todavía. Adán sí. Adán tenía una melena, un cabello largo, y en sandalia, y peace and love.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Bueno, no; en ese tiempo ya no, porque era profesor. Era cuando era estudiante, por allá por los 70.

Decía que Simón Rodríguez tiene maravillosos escritos que nosotros desconocemos: Inventamos o erramos. Para nosotros solucionar ese dilema en el que estamos, del que somos parte —y somos parte, además, dirigencial, gerencial de una democracia representativa, pero hemos jurado y queremos marchar es hacia una democracia distinta, participativa. ¿Cómo solucionamos eso? ¡Claro que tiene solución eso!, tiene solución. Es una transición, es una transición —hay transiciones; nadie sabe cuánto van a durar las transiciones, pero es una transición—, es una combinación, es una mixtura que pudiera hacerse permanente luego. Porque yo siempre he dicho que la democracia participativa no niega la representativa sino que la absorbe, la asimila en su metabolismo, en el nuevo metabolismo social, socialista.

Simón Rodríguez hace planteamientos interesantes acá y llega a fondo porque él era un sabio, no era un escritor cualquiera, era un sabio: “América no debe imitar servilmente sino ser original...”. Originales. Ya a estas alturas del proceso nosotros hemos venido inventando mecanismos que están en marcha

(Ojo: Se cae la señal).

Porque —compañeros y compañeras— ése es uno de los peligros que tenemos nosotros: que hablemos de la democracia participativa pero terminemos siendo otra cosa que cuerpos casi inertes de la misma falsa democracia representativa, que desconoce la soberanía popular, que expropia la soberanía popular, que atropella la soberanía popular.

En esto, nosotros, ustedes y nosotros: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, también el Judicial, también el Ciudadano (y mucho), también el Electoral (y mucho), todos los Poderes del Estado, del nuevo Estado; del que aparece aquí en la Constitución pero que aún no existe, apenas tenemos vestigios de él. La democracia que está contenida aquí aún no existe, aún no existe; hay vestigios, está engendrada, está naciendo; pero está amenazada, insisto.

Ahora, hay mecanismos —yo voy a reflexionar sobre algunos— que nos pueden permitir catalizar la participación popular, catalizar lo que podemos llamar la comunidad, pues. Porque la participación popular tiene que arrancar de, tiene su vida, su génesis y su campo de acción en la comunidad. La Constitución contiene ya en su seno distintos elementos, pero eso hay que llevarlo a la práctica, a la realidad; y además hay que llevarlo bien, instalarlo, impulsarlo, reconocer errores, inventar nuevas soluciones y avanzar siempre en esa dinámica del inventamos-erramos, y volvemos a inventar sobre el error. Porque una cosa es el error y otra cosa es el engaño: nosotros bien podemos equivocarnos, pero mal podemos engañarnos. Bienvenido el error, para reconocerlo, combatirlo y convertirlo en nueva invención; mal venido el engaño, porque es mortal para un proceso revolucionario; o el autoengaño o el engaño colectivo, el engaño a los demás. ¡Guerra al engaño, a la mentira!
Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Entonces, para que esa Democracia Revolucionaria sea cada día más poderosa… Me criticaban porque en una ocasión, creo que fue en Al Jazeera, en Qatar; yo venía de Irán, de una entrevista con el imán Jamenei, y él me decía alguna gran verdad: la clave de Presidente es el poder. Ahora, habrá que ver qué tipo de poder; es la fuerza, pues.

El primer gran poder es el poder moral. No es el poder del imperio, que bombardea, atropella (en estos últimos días ha habido casi 300 muertos en la pobre Irak: ése es el poder que destroza, que destruye; el poder de la inmoralidad, el poder del mal. Y siguen surgiendo escándalos en el seno del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos, ha surgido otro. Creo que se pudre por dentro. La podredumbre del sistema imperial norteamericano apesta).

Quiero dar la bienvenida a Harry Belafonte y a ese grupo de ciudadanos de Estados Unidos que nos están visitando.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Mañana estaré un rato conversando con ellos. Representan la verdadera ciudadanía estadounidense, representan a esos estadounidense que apoyaron a Miranda hace 200 años, que le consiguieron armas (no fue el Gobierno. El Gobierno le dio la espalda, y más bien lo vendieron: le pasaron la información a los españoles; fue su “amigo” —entre comillas— Jefferson, que después, incluso, quería negar la relación con Miranda cuando se hizo pública la expedición sobre Venezuela).

Entonces, la democracia poderosa. Vamos a hacerla cada día más poderosa, a nuestra democracia, a nuestra Revolución, a nuestra Democracia Revolucionaria.

Hay condiciones, decía yo, que debemos ir creando, que facilitan la catalización de la comunidad, y la comunidad participativa; no la comunidad objeto sino la comunidad sujeto. ¿Cuánto pueden hacer ustedes, queridos compañeros diputados, diputadas?, ¿cuánto pueden hacer? Mucho. Pero para eso tienen que hacer realidad lo que decía Nicolás y lo que he oído que muchos han dicho: el llamado parlamentarismo de calle, de campo, de barrio, de selva, de urbanización; agarren un caballo correlón como el que yo me imagino para el Escudo, y váyanse.

Nunca me olvido de uno de los hijos de José Rafael Núñez Tenorio mirando el cadáver de su padre que bajábamos a la tumba; llorando, me dijo: “Chávez (faltaban pocos días para las elecciones del seis de diciembre del 98) conquista tú el poder, no te dejes conquistar por el poder...”.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Lo mismo le digo a los diputados, a las diputadas, como reflexión: no se dejen conquistar por privilegios. Vean ustedes la gran humildad del compañero Evo Morales: a él le cuesta aceptar que es Presidente —a mí me costó también un tiempo, y todavía. Bueno, en verdad yo no soy Presidente, yo tengo la chaqueta de Presidente, pero yo soy es Hugo; el día que deje de ser Hugo estaré muerto, seré otra cosa.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Ahora, seamos nosotros mismos, no se dejen engarzar por privilegios, por comodidades, por desviaciones, por grupismos o partidismos y muchos otro ismos; intereses que los pueden llevar a perder el rumbo, el Norte. Ahora es cuando ustedes están más llamados a demostrar lo que son en esencia, hombres y mujeres de este pueblo; ahora es cuando ustedes están llamados a demostrar si son de verdad revolucionarios, si son de verdad revolucionarias: es ahora o es nunca.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Condiciones catalizadoras. Una de ellas (y creo que es la más poderosa, y lo dice Bolívar en sus discursos, en Angostura, en Bolivia; lo dice Simón Rodríguez en su andar incansable; lo dice Miranda también, lo dice Sucre): “El primer deber de un Congreso es educar a sus ciudadanos”, dice Bolívar. La educación no es tarea de Aristóbulo, no es sólo tarea de nosotros, pues; no. Todos debemos ser educadores. Un representante debe ser un eminente educador, por eso hablaba yo del estudio. Y no hay nada mejor para educar que el ejemplo, el buen ejemplo de desprendimiento, de trabajo incansable, de honestidad, de humildad; ése es el mejor mecanismo para la educación cívica.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Educación, educación. Todos los días debemos estar educando, educando. Ustedes deben ser unos peregrinos educadores; educadores andantes, de calle, a través del ejemplo, a través de la palabra, a través de la teoría y de la praxis. Yo les juro que a mí me gustaría andar de calle en calle y de pueblo en pueblo —evidentemente no puedo hacerlo.

Hace unos días me fui por allá, por unas sabanas y llegué a un sitio, y llegué a otro (¡cuántas cosas se pueden hacer!, convirtiéndonos en peregrinos, en caballeros andantes, en damas andantes), un sitio por allá, sabana adentro: un fundo y un hombre y una mujer y unos niños. Y unas preguntas: “¿Y la escuela?” “Ahí mismo, detrás del caño” “¿Cuántos niños?”, “80, 90. ¡Ay Chávez, pero hay dos maestros nada más! ¡Ay Chávez, pero no hay agua! ¡Ay Chávez, no hay ni una pelotica de goma! ¡Ay Chávez…!”. O unos indios más allá: “¡Ay Chávez, el papel que nos diste, todavía estamos esperando! ¡Ay Chávez…!”. Y Chávez se vuelve nada por dentro, no encuentra qué decir; me provoca llorar, o le provoca quedarse allá con ellos, a ver cómo ayuda con sus manos, con sus piernas, con su alma.

¡Cuánto no harían los diputados recorriendo calles, campos y caminos! Yo propongo, señor (yo sé que lo hacen, lo han hecho; pero no tenemos un plan): vamos a hacer un plan, un poderoso mecanismo, un poderoso mecanismo. Ayer le decía a José Vicente: “Mira, así como bien me mandas todos los días una carpeta, con unos análisis que me sirven de mucho, todos los días, religioso; de distintas cosas, igual vamos a pensar en un mecanismo a través del cual, semanalmente, semanalmente me llegue una carpeta del vicepresidente, que tenga un canal y que funcionen los canales, donde lleguen una serie de novedades que ocurran a lo largo y ancho del país”.

Ahí en Vargas, por ejemplo —y me enteré porque el gobernador me dio un papelito la otra vez por ahí, en una reunión: “Tenga Presidente, léalo”— hay unos tubos para las aguas servidas que tienen cinco años acumulados ahí, por Macuto, ¡cinco años acumulados!, ¿no es eso una falta de respeto al pueblo de Vargas?, ¿no es eso una demostración de ineficiencia suprema que nos hace parecer a los gobiernos de la IV República?, ¿es o no es? ¡Claro que sí lo es!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Y yo no acepto excusas de ningún tipo. ¡Es inconcebible que eso ocurra!, a un Gobierno como el nuestro, a una Revolución como la nuestra.

Ahora, así como yo me entero porque el gobernador en una reunión de trabajo me entrega un papel, ¡cuánto...! Entonces estoy obligado a tomar decisiones pues, y a buscar las causas y a solucionarlas; ¿dónde está el error, pues?, ¿dónde está el error? Todavía nosotros tenemos errores procedimentales, todavía en el Gobierno hay esquemas de trabajo intactos de la IV República, burocráticos, administrativos; eso tenemos que liberarlo definitivamente —José Vicente—, demoler los procedimientos burocráticos, administrativos de la IV República.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Alguien me decía anoche que no puede ser que a un exportador pequeño, una cooperativa, por ejemplo —pongamos por caso las del Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, que ya están produciendo zapatos y ropa, y de calidad, y están queriendo exportar a Cuba, donde quieren comprar algunas cosas—, no puede ser que a una cooperativa como ésa se le exija, tal cual, exactamente lo mismo que a una transnacional que va a exportar. ¡Pero cómo es posible eso, Dios mío!, ¿ve?, ¡tenemos la contrarrevolución por dentro!, por dentro; el veneno está por dentro.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Eso tenemos que arreglarlo. ¿Quién? ¿Quién va a venir a arreglarlo? Nosotros, para eso es que estamos aquí nosotros. No para seguir una cartilla. ¡Es para romper la cartilla!, romper la cartilla. Echarla a la basura y hacer una nueva cartilla.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Cosas que preocupan mucho, ¿saben? Mucho, mucho. Hasta el nivel de la angustia.

Entonces, en estas tareas una Asamblea Nacional, unos diputados, unas diputadas que anden sin descanso día y noche.

Claro, a mí no me da tiempo, físicamente hablando, de irlos a atender uno por uno, y pareciera que no es mi tarea ésa. Vamos a diseñar un mecanismo, señor presidente y diputado y amigo, un equipo en la Asamblea que reciba, ¿no tenemos tantas computadoras y sistemas y satélite y todo esto?

Por allá conseguí a otra gente, a las que se les dio una tierra y un tractor, y están sembrando, pero bueno... Por una parte uno ve que avanza, pero por otra parte hay fallas que no deberían existir.

Creo que ésa es una de las más grandes tareas. Yo hablaba de diseñar y poner en marcha mecanismos que nos permitan catalizar, acelerar la participación comunitaria. La educación cívica, allí estaba centrado, la educación cívica; educación permanente de distintas maneras, con mucha inventiva, mucha creatividad. La educación formal es un mecanismo, pero es sólo uno. Educación cívica, los valores, la historia. Esta cosa de Miranda, no sabemos casi nada de eso; los valores de la solidaridad, de la fraternidad, los verdaderos valores cristianos (los que creemos en Cristo), los valores humanos.

Ahora, hay una escuela que complementa, fortalece y muchas veces es más efectiva que la escuela formal: es la praxis, es aprender lo que es la participación participando. Es aprender a jugar béisbol jugando: tú puedes estudiar la teoría de cómo se batea y cómo se agarra el bate y todo, pero tienes que pararte ahí.

No como un oficial que una vez no quería lanzarse del avión. A él lo mandaron a hacer un curso de paracaidismo; yo era teniente, él era mayor. Yo no sé por qué lo mandaron a hacer ese curso, él como que pidió hacerlo pero después se arrepintió un poco, debe de ser. Yo era uno de los instructores en la torre y, bueno, uno tiene que saltar la torre cinco veces consecutivas —y salto perfecto— para ir al avión. Entonces él estaba ahí, con su paracaídas de reserva puesto; se sentó en la pata de la torre, al pie de la torre mirando a los soldados saltar y saltar y saltar, y los cadetes, uno tras otro. Yo me le acerco con mucho respeto pero con cierta firmeza: “Mi mayor, si usted no va a saltar, usted no va a ir para el avión, no va a ser paracaidista”. Entonces él me dice: “No, Chávez ya yo, de tanto ver, ya sé cómo es”.

Asistentes [risas].

Presidente Chávez [risas] “¡Ya yo sé cómo es! Estoy listo, estoy listo...”. Bueno, por fin él no se subió a la torre, porque le daba pánico. Ahí hay gente que le tiene miedo a la altura, cuando él iba subiendo ya a la mitad se bajaba; y yo no quise ponerlo a pasar vergüenza, porque era un superior. Le dije: “¿Por qué no se va para su casa?”. Pero él no, él quería ser paracaidista. Entonces apareció allá el día del salto, apareció porque habló con el coronel y lo metieron así en la torre.

Bueno, yo verifiqué la orden, sí era una orden. Bueno... tenemos un peligro, va a saltar este hombre sin haber pasado por la torre, ¡se iba matando! [risas].

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Y lo más peligroso: pudo poner en peligro a los demás.

Bueno, la escuela de la calle, la participación. Ésa es la educación cívica, participando; aprender a participar participando. Ahora, ¿a través de qué instrumentos?, muchos... Oye, cada diputado, cada diputada —es mi sugerencia muy humilde y respetuosa, quizás ustedes tienen más tiempo que yo, que los ministros—, haciendo asambleas populares por todas partes. Hagan asambleas populares en todas partes, pero hay que hacer un sistema de asambleas; no es hacer asambleas por hacerlas. Allí es donde enfoco y me refiero a la necesidad de que diseñemos un sistema nacional de participación y una ley de participación, que está pendiente todavía; pero que no me vaya a llegar después la procuradora o el vicepresidente, con que hay que devolverla… No, una ley hecha de manera impecable; y como bien decía Nicolás, las leyes, las leyes. Montesquieu lo dice con mucha claridad: “El espíritu de las leyes debe emanar de la realidad de las cosas”, la realidad de las cosas no para conservarlas, en este
caso es para transformarlas; una realidad en plena transformación.

La educación cívica, a través de lo formal, a través de lo informal, a través de la calle.

Otra de las condiciones que hay que crear, que hay que generar, que hay que fortalecer para que catalice este proceso y lo haga más fuerte, es el verdadero liderazgo. Cada uno de ustedes, cada una de ustedes tiene que ser un líder, una líder. Cuando unos buenos amigos hace varios años decían que Chávez en la calle hacia daño al movimiento popular, yo los entendía, yo los entendía.

No recuerdo quién fue, en alguna obra por allí, donde un personaje dice: “Pobre del país que no tenga héroes...”.

Vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, José Vicente Rangel Bertolt Brecht.

Presidente Chávez Brecht, Bertolt Brecht. Gracias, José Vicente.

Y le responde el otro: “Pobre de aquel país que necesite héroes”. Yo no quiero ser ningún héroe ni lo soy, eso más bien es una falta de respeto para mí. Ni un caudillo; no. No me siento nada de eso, ni quiero serlo; sólo me corresponde un papel de liderazgo.

Cuando Fidel Castro, hace varios años, me decía aquello, oyendo a alguien que a su vez decía: “La Revolución venezolana es invencible...”. Y él me dijo: “Yo sí sé cómo es vencible: con un tiro que te den a ti. Es vencible, se acaba”. Que lo diga un comunista pareciera un contrasentido, ¿verdad? Un marxista, pues, como Fidel. Yo siempre he dicho que no estoy de acuerdo con eso, con esa personalización tan fuerte de un liderazgo, que no es necesario. Creo que se demostró incluso el 12, el 13 abril, aunque [risas] quizás habría que evaluarlo y analizarlo. Pero es necesario que todos seamos líderes, pues. ¿Qué tipo de liderazgo?, liderazgo de transición nos toca hacer a nosotros.

A mí también me decían algunos, estando en la cárcel, sobre todo los últimos días de aquel 94 que comenzaba, que yo no debería aceptar el sobreseimiento del presidente Rafael Caldera, porque en la calle sin uniforme me iba a desgastar, y que mejor era quedarme en la cárcel para que me convirtiera en un mito [risas]: el mito Chávez. Entre otras cosas, le dije al que me dije eso: “Métete tú aquí para que te conviertas [risas] en un mito”. Aun cuando ciertamente yo no estaba para nada desesperado por salir de prisión (no, uno se acostumbra) y dije: “Bueno, si me toca pasar aquí 20 años, 20 años pasaré; 100 años, 100 años pasaré”. Es lo que decía Plejánov, y el papel del individuo en la historia: tú puedes estar encadenado 100 años en una mazmorra, pero si estás consciente de que cumples un papel, eres libre, eres absolutamente libre.

Pero yo sí creía que había que ir a la calle, no por estar libre en la calle, libre, esa “libertad” entre comillas [risas], sino porque había un proceso en marcha, y si uno tenía que desgastarse como combustible en la calle, en el proceso, bienvenido el desgaste y listo. Pero uno no puede estar cuidando… ¿qué?, ¡nada! Ni la vida.

Un liderazgo entregado, un liderazgo verdadero, un liderazgo desprendido, un liderazgo de transición, un liderazgo moral, moral. ¡Qué fuerza tiene el liderazgo moral! Claro, en este caso moral y político, porque hay personas que tienen un liderazgo moral pero están por allá en una cabaña, escribiendo. Son ejemplos, ¿no? ¡Símbolos!

Gandhi no, Gandhi, ése es el tipo de liderazgo que nos hace falta, liderazgo moral y liderazgo político, movilizador; Martin Luther King, una personalidad impresionante; Mandela, Mandela; Cristo, Bolívar.

¿Que nosotros vamos a ser como ellos?, ¡no! Cada quien es como es. Pero sí podemos tomar la senda del liderazgo moral, del liderazgo revolucionario, del liderazgo transformador, el liderazgo verdadero, pues. Ése es otro de los elementos que hay que fortalecer. Todos aquí debemos ser líderes, actuar como líderes, comportarnos como líderes, y eso tiene mucha relación con el primer comentario que hacía de la necesidad de catalizar, a través de la educación cívica, los liderazgos verdaderos. El líder verdadero es un gran educador cívico, moral, político; un conductor.

Bueno, luego, dentro de esa misma idea de la democracia fuerte, o la democracia poderosa, para que pueda ser, para que tenga el poder; poderosa para que tenga el poder de ser revolucionaria, el poder de catalizar, como el motor que mueve; el poder de constituir, el poder constituyente, proceso que no ha terminado, eso también hay que recordarlo aquí, el proceso constituyente para nada ha concluido, está en plena marcha y estamos entrando en una nueva etapa, cinco años más de Asamblea Nacional y siete años más de Gobierno, porque yo considero que mi Gobierno está comenzando para siete años más, terminan siete años el próximo 2 de febrero y comienzan siete años más.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Así lo estoy viendo, con el perdón de “Frijolito” y de los aspirantes a “Frijolito”, y de “Mister Danger” y todos ellos, que me perdonen pero yo ya estoy preparándome. Claro, sin descuidar nada, este año es de una batalla grande, una batalla grande, pero termina un septenio el 2 de febrero y comienza otro septenio, ¡son catorce años por el buche!

Asistentes [risas].

Presidente Chávez Si Dios quiere y la Virgen, y el pueblo así lo decide. Pero tiene que ser en esa dirección, democracia poderosa porque tenga poder para transformar, porque tenga poder popular en marcha: poder económico, poder social, poder popular, poder moral. El poder de la nación en democracia, democracia poderosa.

Además de ello hay que reconocer que tenemos —lo dije al comienzo hace rato— obstáculos; hay que reconocer los obstáculos que frenan el impulso revolucionario de la democracia poderosa, revolucionaria; que pueden debilitarla. No es que pueden, tienden a debilitarla; y la debilitan, le quitan fuerza, le quitan poder, le abren brechas y la ponen en peligro. A la democracia revolucionaria.

Ustedes saben que, pues no tenemos ninguna duda, de la legitimidad de esta Asamblea, y esa legitimidad va a ir creciendo en la medida en que arranque ahora la nueva Asamblea Nacional de calle popular, de liderazgos de transición, liderazgos morales, liderazgos políticos; educadores cívicos de calle, de campo, de barrio. Pero sin embargo ustedes saben que yo no soy de los que dejan de lado la para mí importantísima consideración del nivel de abstención que hubo en las elecciones del 4 de diciembre, eso no podemos desconocerlo. Un verdadero revolucionario no puede desconocer eso. Una abstención muy alta, eso tenemos que verlo nosotros, calibrarlo, evaluarlo, analizarlo y actuar en consecuencia.

Allí hay un tema central, que incluye el análisis matemático, es decir la proporción; la proporción, cuando hablamos de la democracia y cómo fortalecerla, cómo hacerla más poderosa: la proporción. En la antigua Grecia se decía que un representante, un diputado no podía representar a una cantidad de personas más allá de las que vivían o habitaban en un ámbito territorial que él podía recorrer en un día caminando. Por supuesto que eso es imposible hoy en día. Ahora, ¿cómo solucionar el tema de la proporción, que ustedes representan? Que nosotros representamos. Creo que hay un elemento central para solucionar el dilema. ¿A cuántos represento yo en verdad? ¿Represento a quiénes? ¿Soy de verdad un representante?

Simón Rodríguez hablaba por cierto de dos formas de representación, la representación republicana: aquel representante que de verdad presenta otra vez: representa, vuelve a presentar a la República, es decir, al pueblo, a los ciudadanos; y la otra representación —de manera muy irónica y muy fina lo dice Simón Rodríguez en este libro— es la representación teatral: un teatro de oradores y oradores y oradores, y leyes y leyes y leyes, un teatro verdadero, un teatro bufo, además. ¡Cuidado con ese teatro! Seamos verdaderos representantes; y para ello, pues, estos comentarios quizás pueden ayudar un poco en la definición, a todos, al Gobierno, a la Asamblea, a nosotros los representantes.

Un elemento que si lo usamos bien nos puede permitir solventar el dilema de la proporción representativa, para convertirla en participativa —porque he allí, repito, el dilema—, son las tecnologías de la información, además del caminar y el andar, las asambleas, los consejos parroquiales. Decía yo hace unos días —a Nicolás, creo— que buscáramos, revisáramos las leyes y si no, hiciéramos una ley para que los diputados de Táchira, por ejemplo, sean miembros a través de alguna figura (alguien me hablaba, creo que William Lara, del observador o el invitado permanente) de los consejos de planificación, los consejos comunales, las juntas parroquiales; estoy hablando del andar, del caminar, del participar, de la educación cívica, del liderazgo ambulante, peregrino.

Y un sistema —Nicolás, José Vicente. Bueno, si el diputado del Táchira recorrió cuatro pueblos este fin de semana, debe traer una lista de novedades, de problemas, de quejas. Ahora, eso no puede quedarse en una gaveta, o convertirse en una carpeta nada más; eso tiene que llegar a un centro de control, de seguimiento, donde diputados y pueblo los evalúen con las más modernas técnicas de la información y la comunicación; una sala de guerra como la que usamos en el ámbito castrense, una sala de operaciones, pues; donde llegue la información. Que por allá en el municipio no sé cuál a las escuelas bolivarianas no les ha llegado la comida, y aquí está la prueba, no es un chisme... no, no, verificado además; no porque me dijeron, no; yo tengo que ir al sitio a verificar. Que por allá el director del hospital tal no aparece y se llevó los reales y no llegaron los insumos que de Caracas mandaron y Chávez cree que llegaron los insumos: traer la novedad a un centro de procesamiento donde se
tomen acciones en tiempo real, el mismo día, en algunos casos el mismo día. Organizar un poderoso equipo de inspectores que vuelen allá el mismo día, desde aquí, para verificar más a fondo el problema, traer recomendaciones y que una vez a la semana, José Vicente, Nicolás, me llegue una carpeta con las cosas que se han hecho, que se han solucionado, y las que no se han solucionado porque me competen a mí.

Yo les ruego que me ayuden en eso, porque yo no tengo más tiempo.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Por allá hablé con el alcalde de mi pueblo, porque pasé por allá. Y entonces, una tomatera adonde fuimos a hacer un acto y todo, está semiparalizada. Pregunto por qué está semiparalizada: bueno, porque no hay tecnología, no ha llegado la inversión y los productores de tomate dicen que los engañaron, y tienen razón. Porque si se va a tomar una tomatera, que estuvo cerrada muchos años, y a mí me ilusionaron y me dijeron que sí, que eso sí iba a funcionar, que íbamos a incrementar la producción en no sé cuánto por ciento; y yo, ilusionado —porque me ilusiono—, agarro la agenda y me voy para allá y llego aquí, y a veces no puedo más (de verdad, el tiempo no me da para otra cosa), y voy y hago un acto y una cadena o un Aló Presidente, y anunciamos y ponemos a hablar a la gente y ¡qué alegría!, y vemos los tomates que trajeron y nos metemos a la máquina ¡ay! Y uno sale feliz. A los seis meses, la tomatera... Y yo me entero porque paso por allá, porque se me ocurrió irme
con mis hijos, aprovechando dos días; le dije a José Vicente: “Quédate aquí encargado del coroto un ratico; me vas llamando que quiero coger sabana por allá, respirar mastranto y bosta de ganado”. Y me fui con mis hijas y mis hijos y mis nietos, por ahí, por unos caminos, en una camioneta. Y donde quiera que me paraba, novedades, novedades: la tomatera, el central azucarero, en la carretera, el otro, la otra.

Ahora, ¿nadie ve eso?, ¿nadie lo ve?, ¿nadie ve la escuelita que no tiene agua?, ¿cuánto cuesta hacer un pozo para que los niños tengan agua?, ¿nadie pasa por ahí?, ¿será que nadie llega por allá?, ¿es posible que nadie llegue por allá? Porque yo pregunto: “Mire, ¿desde cuándo no viene por aquí un diputado, un alcalde, un gobernador?”. “No, Chávez ni se les ve el rastro, ni se les ve el polvero, están en Caracas o allá en la ciudad, no sé”.

Esto lo hago yo en cadena nacional porque la Revolución tiene que ser autocrítica, y eso está amenazando la Revolución.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Bueno, mecanismos catalizadores decía, educación cívica, liderazgo, los valores, el ejemplo. Mecanismos que obstaculizan, barreras que obstaculizan el avance de lo que nosotros queremos. Lo de la proporción hay que solucionarlo. Pido al señor vicepresidente, y ruego al señor presidente de la Asamblea Nacional, ruego y pido a la ministra de Ciencia y Tecnología, que diseñemos un sistema, tenemos cómo hacerlo. No hace falta que uno vaya por allá, hoy hay satélite a través del cual lleguen, se procesen, se hagan asambleas.

Hablaba Nicolás de las fábricas, a niveles locales, a niveles regionales, nacionales. Que haya un poderoso movimiento participativo, a través de distintos mecanismos, como las asambleas; pero también asambleas interactivas, comunicaciones con las comunidades, medios de comunicación alternativos, etc. Distintos mecanismos que habrá que llevar a un sistema, y que tenga resultante. No es para divertirnos, es para incrementar el poder moral de la Democracia Revolucionaria, es para incrementar la eficiencia, la eficacia, la rapidez en la aplicación de las políticas que son diseñadas y son puestas en marcha; para corregir, para detectar los errores y también los engaños, las irregularidades, los retardos, a ver cómo acelerar. Si hubiera que hacer una ley especial, señor presidente, para acelerar, Ley de Aceleración, por decirle un nombre... Ley de Aceleración.

La batalla contra la corrupción depende mucho de eso, de la contraloría social rápida; que llegue, que sea efectiva. Porque si yo soy un ciudadano y vivo por allá en equis pueblo y voy a hacer contraloría social y denuncio algo que estoy viendo y entrego algún documento o algún indicio, alguna prueba; y resulta que pasa un día y pasa un mes y pasan dos meses y no hay ninguna corrección, yo me voy desilusionando, me retiro de la participación porque no tendría sentido; para eso me voy a descansar, me voy con la mujer y los hijos no sé para dónde.

Ahora, si yo me doy cuenta, ciudadano, participativo y protagónico, que lo tomo en serio, que veo una carretera por allá en no sé dónde, que la están haciendo mal, que le están echando el asfalto que no es; o si no tengo yo el conocimiento técnico, por lo menos veo algo, que donde debe

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