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Secciones: Marxismo -  Movimiento Obrero/Mundo del Trabajo

Título: Marx y la clase obrera. Por Joan Tafalla.

Texto del artículo:

Marx y la clase obrera
Intervención escrita por Joan Tafalla con Motivo del acta de conmemoración del bicentenario del nacimiento de Karl Marx Organizado por Comunistes.Cat, el día 5 de mayo de 2018, en el paseo de la vía Julia de Barcelona. La intervención oral fue una breve presentación de este texto Escrito para la ocasión.

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Anticipo del texto:

1. Marx: "Yo no soy marxista"
En 1883, Cuando Marx murió, el marxismo, tal como lo hicimos Conocer durante el siglo XX, no existía. Es decir, aún no había Estado inventado. [1] La responsabilidad del invento corresponde a parte a Engels, [2] pero sobre todo a Kautsky y a Berstein que eran a los albaceas del testamento de Marx a la Humanidad: una tonelada de papel Escrito y no publicado. [3] Estos albaceas administraron la publicación de los escritos de Marx según fueron Entender que podía servir Mejor a las necesidades del movimiento que dirigiendo: la socialdemocracia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El resultado de este Proceso, fue el "marxismo": 1 resumen reductivo de tipo economicista, evolucionista, determinista y positivista del pensamiento de Marx. Esta Reducción del pensamiento de Marx ha influido durante todo el siglo veinte. A pesar de la ruptura de Lenin con la socialdemocracia, la tercera internacional recibió fuertemente su influencia. Pongamos por caso del manual de Nicolai Bujarin, Teoría del materialismo histórico: Ensayo popular de sociología marxista, [4] que fue criticado duramente por parte de Gramsci.
Ya en vida de Marx surgieron varios partidarios suyos que, para revestir alguna autoridad a los debates de la época, se auto-denominaban "Marxistas". Tenemos constancia de que Marx critica estos "Marxistas" en varias ocasiones. Lo hizo en el caso de Alemania en la Crítica del programa de Gotha, escrita en (1875) [5]; lo hizo en el caso de Rusia, en el año 1877 en su carta al editor de Otechestvennye zapiski cuando afirmó: "[...] nunca se alcanzará el Éxito con la clave maestra de 1a teoría histórico-filosófica general, qué suprema virtud consiste en ser supra-histórica". También en su carta a Vera Zasúlich de 8 de marzo de 1881, donde afirma: "La inevitabilidad histórica 'de ESTA evolución, por Tanto, está expresamente limitada a los Países de la Europa occidental", argumento repetido en el prólogo a la edición rusa de 1882 del manifiesto comunista. [6] Para acabar con la crítica de Marx al "marxismo" Podemos recordar el caso de Sus partidarios franceses arriba a afirmar: "Sólo puedo decir una cosa y es que yo no soy marxista". [7]
Según este "marxismo" que Gramsci afirma que estaba contaminado de "positivismo y de naturalismo", [8] la revolución no se debería haber producido en Rusia y, durante el siglo XX, ni en China, ni en el Vietnam ni, por tanto al centenar de Países que durante el siglo Pasado independizaron del imperialismo y del colonialismo. La paradoja es que las revoluciones mencionadas se realizaran. Se realizaron, parafraseando de nuevo, a Gramsci, contra El capital.
Y es que los revoluciones no les hacen a los Revolucionarios sino la gente que pretende Sobrevivir, "llegar a fin de mes", la gente a la que el sistema no es capaz satisfacer los Suyas necesidades radicales. Es todo de haciendo la revolución que la gente común se convierte revolucionaria. Las revoluciones las hacen a los millones y millones de personas, no a los Revolucionarios "profesionales".
Criticando el marxismo determinista y positivista de la Segunda internacional Lenin, en los meses iniciales de la revolución de 1917, que dominaba el socialismo ruso (incluidos los bolcheviques del interior), recordó la vieja expedita de Goethe: "La teoría, amigo, es gris, pero el árbol de la vida es eternamente verde". [9] Gracias a la ruptura con el "marxismo" mayoritario, que Lenin consiguió imponer al partido a finales de Abril de 1917, los bolcheviques dejaron de ser (como lo eran también los socialistas Revolucionarios y los mencheviques) un elemento de control sobre el cuádruple revolución que estaban realizando a los obreros, a los campesinos, los mujeres y los pueblos y naciones oprimidas del imperio autocrático ruso. Gracias a esta ruptura con el marxismo de Kautsky, los bolcheviques pasaron a ser un elemento impulsor, coordinador, y centralizador del movimiento espontáneo de las inmensas Masas que la catástrofe había puesto en movimiento. Un elemento dinamizador que ayuda a la culminación de la revolución, que ayuda a la victoria.
2. Combinar el estudio con la militancia
Sé, por experiencia propia, que las tareas prácticas de cada día no dan mucho tiempo para la reflexión autónoma y para el estudio. Amigos, compañeros, siga militando, trabajando en los movimientos sociales, siga creando cultura y organización popular. Pero busca tiempo propio para la lectura y para el estudio y, como que el tiempo es un bien escaso, amigos y compañeros hágase el favor de no leer los marxistas antes de haber leído a Marx. Después de leer Marx, sólo después, entonces puede hacer "virguerías" y leer los marxistas e incluso, a los marxòlogos. No busca atajos, manuales ni resúmenes. En materia de marxismo, los atajos suelen llevar a caminos sin salida. Lo sabemos por la dura experiencia del siglo XX.
Y leer Marx tiene muchos niveles. Una cosa es leer El Capital. Una tarea necesaria, pero un poco dura, aunque no imposible y, os lo aseguro, siempre gratificante. Ojalá surgieran en cada barrio, en cada empresa círculos de personas dispuestas a hacer una lectura colectiva de El Capital. Nuestra comprensión de la realidad, nuestra práctica social, sindical y política, madurarían de manera importante.
Pero hay un Marx más fácil cuya lectura cualquiera puede hacer por su cuenta o, mejor, también en pequeño grupo, en pequeño colectivo de lectura y discusión. Cito cinco obras: Las tesis sobre Feuerbach (1845), El Manifiesto Comunista (1848), La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850 (1850), El 18 Brumario de Luis Bonaparte (1852), Trabajo asalariado y capital (1847), la guerra civil en Francia (1871), la crítica al programa de Gotha (1875) y la correspondencia con Vera Zasulich (1881). Un total de quinientas páginas, repartidas en seis obras. Un plan de lectura para un par de años. A hacer individualmente o en colectivo. Fácil, útil, sugerente, enriquecedor.
Del mismo modo que Marx dijo que la emancipación de los trabajadores deben hacer los propios trabajadores, yo os llamo a acercarse a Marx por vosotros mismos, sin intermediarios. Si estuviéramos entre cristianos (y no dudo tal que hoy hay algunos entre nosotros) y yo fuera cristiano, os diría: primero lea Cristo, y luego, en el caso improbable de que entre la vida cotidiana y la militancia quede tiempo, entonces y sólo entonces, lea a los cristologos o teólogos.
3. El no teologismo de Marx
El acto de hoy lleva por título: Marx en los barrios obreros. Así pues, he pensado que sería útil tocar la cuestión de la visión que tenía Marx sobre la clase obrera. Un tema que ha ocupado durante los últimos 180 años cientos de libros, de informes, de debates y de discusiones. Añadiré que en los últimos treinta años, se han publicado multitud de burradas y de falsificaciones y de intentos de desorientación. No tengo tiempo para referirme a todo esto. Miraré sólo presentar muy brevemente algo de lo que pensaba Marx sobre las clases y sobre la lucha de clases. Mi único objetivo es estimular la lectura directa de los textos que mencionaré.
Recordemos la frase inicial del Manifiesto Comunista (1848):
"Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos, maestros, artesanos, agremiados y solteros, en una palabra opresores y oprimidos se han encontrado siempre en oposición entre ellos, y han sostenido una lucha ininterrumpida, antes escondida, antes abierta, una lucha que termina siempre con una transformación revolucionaria de toda la sociedad, o bien con la destrucción común de las clases combatientes. "[10]

Hacemos un primer paréntesis para detenernos en el no teologismo, el no evolucionismo ni determinismo del pensamiento vivo de Marx: la lucha de clases puede terminar también con: "La destrucción común de las clases combatientes". Hum! Esto no tiene mucho que ver con el triunfo inevitable e ineludible del socialismo o del comunismo que prometían los manuales, ¿verdad? Rosa Luxemburgo expresó este anti-evolucionismo de Marx en una locución brillante: "Socialismo o barbarie".
Hoy podemos afirmar que la victoria del capitalismo, su reinado incontestado desde la caída del "socialismo real", está llevando el mundo hacia la barbarie: tenemos delante las guerras antiimperialistas, el colapso del medio ambiente, la escasez de materias primas (el coltán y el resto de los metales raros necesarios para el nuevo hardware), la crisis energética, el calentamiento global y el hambre, tanto de comida como del agua, sufrida por más de mil millones de personas. La barbarie ya está aquí. El socialismo es más urgente que nunca. Parafraseando hoy a Luxemburgo podríamos decir: o socialismo o Mad Max.
Ponemos un segundo ejemplo de este no teleologisme del pensamiento de Marx. Cuatro años más tarde del Manifiesto, tras la derrota del proletariado en la revolución de 1848, Marx escribió su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte. En ella, Marx llamará cesarismo a la forma política que adopta el sistema capitalista para superar provisionalmente las crisis y contradicciones, es decir: levantar una alternativa que se "proclama ni de derechas ni de izquierdas", encabezada por un personaje "providencial "que, después de dosis masivas de demagogia, acaba aplastando sus electores aplicando una política que le conviene al capitalismo. El siglo XX ha estado lleno de estos cesarismos. Nosotros en Cataluña, ahora y aquí tenemos la sociedad dividida entre dos propuestas cesaristas (Puigdemont y Arrimadas) y estamos probando que quieren decir estos conceptos.
El último ejemplo que pondré de este anti-evolucionismo y de este anti-determinismo de Marx, lo encontramos en sus estudios sobre Rusia que hizo en los últimos años de su vida y particularmente en su carta de 8 de marzo de 1881 a Vera Zasulicch, que ya he mencionado anteriormente: "... la inevitabilidad histórica de esta evolución, por lo tanto está expresamente limitada a los países de Europa Occidental... la comuna rural es el punto de apoyo para la regeneración social de Rusia". [11]
4. Para Marx, las clases son un producto de las luchas de clases
Después de esta breve excursión que debería haber servido para refutar la interpretación determinista del pensamiento de Marx, es necesario que volvamos a la cuestión de la lucha de clases.
Marx pensaba que las clases eran producto de la lucha de clases. Alguien quizás encuentre esta afirmación un poco extraña. ¿Cómo? ¿La lucha de clases es anterior a la existencia de las clases?
En el Manifiesto las clases no son definidas como hechos estáticos, estrictamente económicos, sino como agrupaciones complejas de personas dotadas de un dinamismo interno, determinado por el desarrollo complejo del conjunto de la sociedad.
La complejidad interna de las clases es subrayada en varias ocasiones: "[...] y por añadidura en cada una de estas clases hay, gradaciones particulares". Para el Marx de 1848, el capitalismo había creado las condiciones de un fenómeno que hoy vemos en todas partes, la proletarización: "Ha convertido en sus obreros asalariados al médico, al jurista, el cura, el poeta y el hombre de ciencia". Algunos adanistas consideran este proceso, consustancial al capitalismo como algo absolutamente nuevo. Dejémosles descubriendo la sopa de ajo.
De este incesante proceso de proletarización (ahora llamamos precarización, tanto da) se desprende la complejidad de la composición social de una clase que recibe permanentemente nuevas aportaciones de personas procedentes de otras clases y capas sociales. Más adelante, el Manifiesto insistirá en este hecho: "... el proletariado se recluta entre todas las clases de la población".
La idea de que las clases son producto de la lucha de clases y no a la inversa la podemos encontrar en la descripción que Marx hace del proceso de constitución del proletariado en clase: "El proletariado recorre diversas etapas evolutivas. Su lucha contra la burguesía comienza con su propia existencia". Es decir: es la lucha de clases la que constituye el proletariado en clase. Y esta lucha es algo más que una cuestión simplemente económica:
"En esta etapa los obreros constituyen una masa diseminada por todo el país y fragmentada por la competencia... Los obreros empiezan a formar coaliciones contra los burgueses, se unen para asegurar su salario. Hasta llegar a formar asociaciones permanentes, para asegurarse los medios para estas ocasionales revueltas. En varios puntos estalla la lucha mediante insurrecciones [...] el verdadero resultados de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la cada vez más amplia unificación de los obreros”.

Pero la unificación de la clase conseguida bajo el impulso de la lucha de clases puede ser destruida en cualquier momento: "Esta organización de los proletarios en clase, y con ello en partido político, vuelve a ser destruida en cada instante mediante la competencia entre los propios obreros. Pero renace una y otra vez, más fuerte, más poderosa". Así pues, según el Manifiesto, la clase se construye y se deconstruye bajo los embates de la lucha de clase y también según los elementos conscientes puedan crear las condiciones para contrarrestar la competencia entre los mismos trabajadores, es decir, entre los diversos sectores de los trabajadores de un mismo país, o entre los trabajadores de un país y los trabajadores inmigrados. Está claro que Marx tenía en cuenta la relación entre los trabajadores ingleses y a sus "competidores" irlandeses que Engels había estudiado en "la Situación de la Clase obrera en Inglaterra" (1845).
A esta afirmación hay que contraponer la célebre carta de Marx a Joseph Weydemeyer de 5 de marzo de1852:
"[...] Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de la misma".

En la propia carta Marx menciona a Thierry, Guizot y John Wade entre los historiadores ya David Ricardo, Malthus, Mill, Say, Torrens, Wakefield, McCulloch, Senior, Wakley, R. Jones entre otros entre los economistas que habían descrito la existencia de las clases antes que él. Esta afirmación de Marx, escrita tres meses más tarde de la redacción del 18 de Brumario, nos informa de una realidad olvidada a veces por los marxistas: la burguesía conoce y estudia la existencia de la lucha de clases, y opera siempre teniendo en cuenta este fenómeno.
Las dos obras que comentamos nos muestran un análisis de las luchas de clases, hecho en caliente, con una visión menos determinista que la que hace pensar la cita de Engels de más arriba. Las clases son agrupaciones complejas de personas que se definen por su actividad y por las actitudes comunes que mantienen ante las experiencias concretas y ante la propia evolución social y política. Así, los campesinos de la Francia de 1848-1850 son un grupo social que sufre una situación social y económica común pero que permanecen una al lado de la otra sin conciencia de sus intereses comunes como grupo social:
"De esta manera, la gran masa de la nación francesa está formado por simple adicción de magnitudes homólogas, así como las patatas en un saco forman un saco de patatas, en la medida en que millones de familias viven en condiciones económicas de existencia que separan su modo de vida, sus intereses y su cultura de las otras clases, y los colocan en posición hostil frente a estas últimas, constituyen una clase. En la medida en que hay sólo una interconexión local entre estos campesinos minifundistas y en el que la identidad de sus intereses no engendra una comunidad, un lazo nacional y una organización política entre ellos, no forman una clase".

De nuevo, Marx nos lo dice bien claro: las clases no están determinadas mecánicamente por la economía sino por la cultura, por la política y en definitiva por la lucha de clases. Las clases no son sólo un fenómeno económico o sociológico, son también un hecho de conciencia y de autoconciencia.
Por otra parte, las clases no son grupos sociales homogéneos, tienen una composición compleja y están divididas en fracciones:
"Lo que dominó bajo Luis Felipe no fue la burguesía francesa, sino una fracción de ella: los banqueros, los reyes de la Bolsa, los reyes de los ferrocarriles, los propietarios de minas de carbón y de hierro y de explotaciones forestales y una parte de la propiedad territorial aliada a ellos: la llamada aristocracia financiera".

Esta composición / división de las clases en fracciones se explica en razón de las condiciones materiales y culturales, ideológicas:
"El que, por tanto, separaba estas fracciones no era esto que dicen principios, eran sus condiciones materiales de vida, dos especies diferentes de propiedad, era el viejo antagonismo entre la ciudad y el campo, la rivalidad entre el capital y la propiedad del suelo. Sobre las diversas formas de propiedad y sobre la condiciones sociales de existencia se levanta toda una superestructura de sentimientos, ilusiones, modos de pensar y concepciones de vida diversos y plasmados de una manera peculiar. La clase entera los crea y los forma derivando de sus bases materiales y de las relaciones sociales correspondientes. El individuo suelto, al que se le imbuye la tradición y la educación, podrá creer que son los verdaderos móviles y el punto de partida de su conducta”.

Leer estas obras, tratar de captar su método de análisis desarrollado por Marx quizá serviría para que algunos de nuestros compatriotas coetáneos, auto-llamados "marxistas" evitaran algunos de los análisis mecanicistas sobre las actitudes de la burguesía catalana en el conflicto actual en Cataluña. No me extenderé aquí en esta cuestión. He ofrecido recientemente un análisis sobre la complejidad de la clase burguesa catalana en un texto reciente: España / Cataluña: pueblo / nación / estado (siglos XVIII-XXI). [12]
Aquí sólo me queda mencionar dos obras de dos marxistas que, siguiendo la estela de este Marx no determinista, nos han ofrecido dos obras de gran interés. El primero es el italiano Antonio Gramsci, en sus Cuadernos de la Cárcel, nº 25 Al margen de la historia. Historia de las clases subalternas, y 27 Observaciones sobre el folclore. [13] El otro gran autor que según me parece a mí nos ha ofrecido una muestra del proceso que lleva a una clase a constituirse como tal ha sido el inglés Edward P. Thompson en su La formación de la clase obrera en Inglaterra. [14]
5. La encuesta sobre la condición obrera en El Capital y en sus propuestas de encuesta sobre la condición obrera (1867 y 1880).
El hecho de que El Capital empiece (Sección primera: Mercancía y dinero) con una descripción fuertemente teórica puede engañar respecto de la verdadera naturaleza de esta obra. El mismo Marx, el postfacio en la segunda edición de El capital (24 de enero de 1873) advertía: "Que el método aplicado en El Capital no ha sido comprendido, lo demuestran ya las interpretaciones contradictorias que de él se han dado". A pesar de la impresión que pueden producir las primeras páginas donde Marx formula la teoría del valor, El Capital no es un texto abstracto. Nos encontramos ante un texto concreto, muy concreto, que entre otras cosas es la descripción de la condición obrera en la Inglaterra del siglo XIX ordenada de acuerdo con un modelo determinado de análisis. Lo que hizo posible que El Capital, fuera un libro impulsor y organizador del movimiento obrero durante más de cien años fue, más allá de la brillante y insuperada crítica de la economía política burguesa, es precisamente el hecho de ser una investigación, una encuesta sobre los mecanismos básicos de funcionamiento del capitalismo, sobre sus orígenes o carácter histórico y, sobre todo, sobre la condición obrera en el siglo XIX. El método de Marx se basaba en la encuesta (o investigación) en los hechos concretos, en la realidad tal como ella se da. La mayoría de las afirmaciones empíricas de Marx en El Capital sobre este tema "[...] provienen, y eso es muy plausible, de las mejores fuentes, la mayoría de ellas están tomadas de informes parlamentarios oficiales". [15] Para comprobarlo basta con echar un vistazo a la lista de obras citadas por Marx en el Libro primero de El Capital.
[16] Las dos encuestas propuestas por Marx, la de la AIT (1867) y la de la Revue Socialiste (1880) seguirán el esquema del libro primero del capital en todo lo referente a la jornada de trabajo, sus límites o no, según las rama de trabajo, el trabajo diurno y nocturno, el sistema de turnos, la división del trabajo en la industria y en la manufactura, el trabajo femenino e infantil, la consecución de plusvalía a través de la prolongación de la jornada o de la intensificación del trabajo, la lucha entre el obrero y la máquina, en el trabajo a domicilio, al paso del trabajo artesanal en el trabajo industrial, los modelos del salario (por tiempo y a precio alzado), el efecto de la crisis ...
Pero se trata de documentación estadística y de estudios indirectos. Y Marx pretendía más. Pretendía la participación directa de los afectados, de los proletarios. Pretendía la emancipación de los trabajadores por parte de los propios trabajadores. Es por eso que hizo dos intentos de hacer encuestas sobre la condición obrera en las cuales la participación y la gestión de los afectados debía ser clave. En ambos casos considera la realización de una encuesta obrera como instrumento para generar organización y autoconciencia.
A finales de agosto de 1866, Marx escribe la "Instrucción sobre diversos problemas a los delegados del Consejo General Provisional" de la AIT. El documento, publicado en varios diarios de la AIT durante 1867 (Der Vorbote, octubre y noviembre de 1866; The International Courier 20 de febrero de 1867, Le Courrier International, 13 de marzo del mismo año), contiene varias cuestiones referentes a la organización de la AIT. La realización de una encuesta de clase juega un papel clave en este plan de Marx. En el párrafo C del apartado nº 2, titulado "Mancomunidad internacional de los esfuerzos por medio de la Asociación para la lucha entre el trabajo y el capital", se plantea la creación:
"Una gran mancomunidad internacional de los esfuerzos que nosotros sugerimos, será una investigación estadística de la situación de la clase obrera en todos los países, llevada a cabo por la clase obrera misma. Para actuar con cierta probabilidad de éxito, hay que conocer los materiales con los que se debe trabajar. Al iniciar una tan gran obra, los obreros mostrarán que son capaces de tomar su destino en sus propias manos [...]".

El esquema de encuesta que se adjunta al documento, muy breve, sigue el mismo esquema que seguirá la propuesta de encuesta que 13 años más tarde propondrá que hagan los socialistas franceses. El esquema de investigación puede ser "naturalmente modificado en cada lugar" e incluye preguntas sobre salarios y sus modalidades, jornada y sus modalidades, condiciones higiénicas del trabajo, condiciones morales, educación, tipo de producción (temporal o permanente).
No tengo conocimiento del destino que tuvo esta propuesta de encuesta que Marx propuso a la AIT en 1867, ni si fue posible publicar los resultados como Marx pretendía en la "Instrucción". Si que quiero destacar la metodología propuesta por Marx: la participación de los obreros mismos en la investigación, la necesidad del conocimiento de la base social sobre la que se construirá la organización que se pretende crear y el hecho de que siendo la emancipación de los trabajadores obra los mismos trabajadores, la participación de estos en la realización de la encuesta será un paso para la toma de conciencia y para la organización de la AIT.
La encuesta de 1880 es ya un intento más completo, aunque no más exitoso que el de 1867, de lo que Marx tenía en la cabeza sobre la encuesta obrera. Maximilien Rubel ha resumido así la encuesta:
"Brevemente, el cuestionario era al mismo tiempo, instrumento de educación socialista y estímulo para una acción política que tuviera un fin creativo: la realización del socialismo. El documento estaba dividido en cuatro puntos: 1. Estructura de la empresa y condiciones de seguridad (preguntas 1-29). 2. Horario de trabajo; trabajo infantil (preguntas 30-45). 3. Salarios y gastos de subsistencia; paro, pensiones (preguntas 46-81). 4. Lucha contra la explotación y las condiciones de vida generales, físicas, intelectuales y morales (preguntas 82 a 101)".
Rubel señala que la encuesta era algo más que un instrumento de conocimiento académico:
"Un examen incluso superficial de este documento muestra la correspondencia entre los diversos aspectos de la encuesta y los grandes problemas tratados en el libro Y del Capital: La producción de la plusvalía absoluta (jornada de trabajo), la producción de la plusvalía relativa (división e intensificación del trabajo, legislación de fábricas, etc.), el salario (salario a tiempo, salario a destajo). Dado que las descripciones y las estadísticas sobre estos problemas se remontaban a 1867, en este momento había que completarlas y actualizarlas basándose testigos provenientes de los mismos obreros, de forma que el Cuestionario tendría que haber asumido el aspecto de verdadero y propio manual obrero de economía política. Con todo, a juzgar por la estructura de la encuesta, la intención de Marx era la de impulsar a los obreros franceses a hacerse conscientes de su alienación social para adquirir un modelo de emancipación obrera entente en el sentido de una liberación positiva y creadora; cómo se precisa en el preámbulo del Cuestionario, la clase obrera, para emanciparse, tiene que dar la espalda deliberadamente los salvadores providenciales”

6. La encuesta obrera en la Cataluña del siglo XXI
Hace 14 años, a iniciativa de Espacio Marx [17], del sindicato Cobas [18] y con la ayuda de los compañeros italianos del instituto CEST-Proteo, [19] organismo que asesora a la central sindical Unione Sindacale de Base , [20] realizamos una propuesta en este sentido. Las ponencias fueron editadas en un libro colectivo bajo el título Miradas sobre la precariedad [21]. La propuesta no va a ser entendida ni compartida por la mayoría de las organizaciones catalanas que habían compartido la convocatoria de la jornada. Y, en consecuencia, a pesar de los esfuerzos realizados por algunos, la propuesta no salió adelante. Nos faltaron fuerzas militantes y voluntad para construir un proyecto tan ambicioso.
Catorce años más tarde, ¿tiene sentido hacer una encuesta militante sobre las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores en la Cataluña del siglo XXI? En sirve para algo el método de trabajo de Marx para iniciar una tarea como ésta? Se el marxismo una filosofía de la praxis o más bien es una disciplina académica apta sólo para literatos? Como se desprende de todo lo que he apuntado más arriba, estoy convencido de que sí, que una encuesta sobre el trabajo y el no trabajo en la Cataluña del siglo XXI sería algo muy útil en la necesaria recomposición de la clase obrera catalana, y por tanto, en la reconquista del protagonismo obrero en la situación política.
Las razones de la necesidad de esta encuesta de clase son múltiples. Sólo nombraré algunas, muy esquemáticamente:
- La inmensa mayoría de nuestra clase ha dejado de ser aquella clase que protagonizó la ofensiva obrera desarrollada entre los años 1.965 a 1.978. Aquella clase tenía un perfil claro: hombre joven, recientemente emigrado de otras partes de España, que trabajaba en una gran empresa o en alguna de sus industrias auxiliares. La composición de clase de aquella clase obrera era algo relativamente poco complejo. La práctica del sindicalismo era para toda una generación, algo obvio, normal.
- El actual sindicalismo de clase organiza en una minoría de los trabajadores: aquellos, sobre todo hombres de más de cuarenta años, que trabajan en las grandes empresas o en la administración pública. Es decir aquellos que tienen todavía un trabajo relativamente protegido. Pero incluso en esta fracción de la clase obrera, la implantación progresiva de las dobles y triples categorías laborales hacen sentir pesadamente el paso de la competencia interna entre varias fracciones de la clase.
- La estructura productiva del país ha cambiado radicalmente en los últimos cuarenta años, es decir, desde el último ciclo de luchas ofensivas de nuestra clase, desarrollado hace cincuenta años antes. La mayoría de las organizaciones izquierdas no conocen la realidad de la condición obrera hoy en nuestro país, en el país que nos toca transformar. Este desconocimiento las transforma en algo ajeno a la clase que deberían ayudar a organizar y a constituirse como clase.
- Por el contrario, bajo el embate de las más de cuarenta "reformas" laborales, bajo el embate de la desindustrialización producida por el Tratado de adhesión de España a la UE, [22] bajo el embate de cerca de cuarenta años de neo-liberalismo, bajo el embate de la nueva fase en la globalización del capitalismo, de las privatizaciones, de las externalizaciones, la rotura de los procesos productivos, de la nueva división internacional del trabajo, bajo este embates, nuestra clase ha cambiado. Su composición de clase se ha hecho más compleja. Pero nuestra clase no ha desaparecido. El trabajo material e inmaterial como base de funcionamiento de la sociedad está aquí presente: basta observar, o mejor, sólo hay que ser parte de nuestra clase para constatarlo.
Pongamos algunos ejemplos de la necesidad de una encuesta de clase.
1.- Kellys. Fruto de un trabajo de encuesta realizado por Ernest Cañada y por trabajadoras del sector se ha hecho visible la sobre-explotación de las trabajadoras del sector de la limpieza en la hostelería. [23]
2.- La revolución de las escaleras de 2015 mostró como en el mundo de las externalizaciones, de la sub-contratación de los subcontratados, de la competencia salvaje entre los trabajadores de la antigua telefónica es posible levantar nuevas formas de sindicalismo. [24]
3.- El trabajo de cuidado doméstico que comienza a organizarse.
4.- Hace unos días, los trabajadores y trabajadoras del calzado de Elche se han reunido en asamblea para constituirse en asociación, por primera vez en la historia, y hacer frente así a condiciones de precariedad, cercanas al esclavismo, a las que les somete la economía sumergida y la división patriarcal del trabajo. [25]
5.- La encuesta que dentro de un grupo de Trabajo de Barcelona en común, animado por Josep Bel está haciendo sobre los trabajadores desocupados.
A partido de las condiciones esbozadas más arriba y los ejemplos que acabo de recordar esquemáticamente, a mí, modestamente me parece que la mejor forma que tendríamos para celebrar el bicentenario del nacimiento de Marx, sería articular una encuesta de clase, hecha por los propios trabajadores sobre su condición actual, sobre la complejidad de su actual composición de clase, sobre los caminos que puede seguir la re-composición de nuestra clase.
Crear en Cataluña un grupo que se proponga hacer encuesta militante sobre el trabajo y el no trabajo en nuestra sociedad sigue siendo una propuesta seria del máximo interés operativo. El grupo debería estar compuesto de forma mixta entre militantes sindicales y sociales, comunistas o no, con o sin organización, inmersos en luchas obreras y territoriales, formando parte tanto de los restos de la producción fordista que aún permanecen aquí, como los nuevos sectores de la economía y servicios, del trabajo denominado inmaterial y los trabajadores precarios. También debería estar integrado por especialistas en las llamadas ciencias sociales: sociología, economía, antropología e historia. El trabajo de este grupo de encuesta podría tener en cuenta (o no) criterios como los que señalo a continuación:
a.- La no neutralidad del trabajo de encuesta. Uso de clase de las llamadas ciencias sociales
b.- La encuesta como instrumento de estudio pero también como instrumento de generación de conciencia antagonista, y por tanto, como un instrumento para organizar el nuevo sujeto obrero.
c.- La co-investigación es decir la participación activa de los propios encuestados en la discusión, y el trabajo interdisciplinario entre militantes y especialistas en ciencias sociales.
d.- Partir del criterio que la composición de la clase tiende a cambiar con los cambios del capitalismo y que los cambios del capitalismo se deben a la lucha de clases. El conflicto, en ausencia de autonomía de clase, es asimilado o integrado por el sistema y lo hace cambiar, para bien o para mal. Incluso el conflicto y la lucha, se pueden acabar transformando en mecanismos de desarrollo del capitalismo. El antagonismo, en cambio, no es asimilable.
En definitiva la propuesta de una encuesta de clase en la Cataluña del siglo XXI se mi opinión una condición sine qua non para retomar el viejo proyecto de que la emancipación de los trabajadores la hagan los propios trabajadores.
Naturalmente no me hago ninguna ilusión al respecto a la posibilidad de que alguna de las organizaciones políticas o sociales adopten una tarea como ésta, como tarea prioritaria.
De todos modos, anticuado y testarudo como soy, no dejo de pensar que en ocasión de esta celebración del bi-centenario de Marx quizá podríamos hacerle un homenaje militante, que fuera más allá del discurso retórico, o erudito y de la marxologia. Un homenaje desde la praxis, que contribuyera a re-constituir nuestra clase como clase, a relanzar la lucha de clases en esta Cataluña del siglo XXI: la encuesta de clase. En definitiva, creo haber esbozado una demostración de que este era el proyecto de Marx.
Sabadell-Barcelona, en el dia del bicentenari del naixement de Marx, 5 de maig de 2018.

[1] Veure: Montserrat Galcerán Huguet, La invención del marxismo (estudio sobre la formación del marxismo en la Socialdemocracia alemana de finales del s. XIX). Madrid, Iepala, 1997; Richard J. Geary, Defensa y deformación del marxismo en Kautsky (1891-1922) in AAVV, Historia del Marxismo contemporáneo, tomo I, La socialdemocracia y la II Internacional, dirigida por Aldo Zanardo, Barcelona, editorial Avance, 1976, p. 131-166 y, Stefano Petrucciani, Da Marx al marxismo, attraverso Engels, i Nicolao Merker, Ortodossia e revisionismo nella socialdemocrazia in AAVV Storia del marxismo, tomo 1.Socialdemocrazia, revisionismo, rivoluzione (1848-1945), a cura di Stephano Petrucciani, Roma Carocci editore, 2015.
[2] Per exemple en les seves obres Anti Durhing (1878) y/o Socialisme utópic i socialisme científic (1880). Però potser cal descarregar al vell Engels d'algunes culpes que a parer meu tampoc no li corresponen i recordar que el mèrit d'haver publicat Tesis sobre Feuerbach, escrites per Marx l'any 1845, com annex la seva obra Ludwig Feuerbach i la fi de la filosofia clàssica alemanya, l'any 1888. També per haver publicat la  Crítica del programa de Gotha, escrita l'any 1875 per Marx i inèdita fins l'any 1891 en que Engels considerà necessari publicar-la.
[3] Marcello Musto, La Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA2) y el redescubrimiento de Marx in: http://www.marcellomusto.org/index.php?option=com_tz_portfolio&view=article&id=325:la-marx-engels-gesamtausgabe-mega-y-el-redescubrimiento-de-marx&catid=59&Itemid=169
[4] Nikolai I. Bujarin, Teoría del materialismo histórico: Ensayo popular de sociología marxista, traducción de Pablo de la Torriente Brau et al., México, Siglo XXI, 1985.
[5] Karl Marx, Crítica del programa de Gotha, Barcelona, Materiales, 1978.
[6] Aquest tres darrers documents a: AAVV, El Marx tardío y la vía rusa, edició y presentación de Teodor Shanin, Madrid, editorial Revolución, 1990. Excel·lentment explicat per Marcello Musto, L'ultimo Marx (1881-1883), Roma, Donzelli editore, 2016.
[7] F. Engels, carta a Konrad Schmidt de 5 d'agost de 1890, in: Carlos Marx Federico Engels, Correspondencia, Buenos Aires, Editorial Cartago, 1973, p. 377. Marcello Musto, L'ultimo Marx (1881-1883), ob.cit. p. 125, nota 77 dona més cites sobre aquesta afirmació de Marx.
[8] Antonio Gramsci, La revolución contra el capital, in Allá donde la voluntad quiera y como la voluntat desee, escritos sobre jacobinismo, bolchevismo, Lenin y la Revolución rusa (1917-1926), edició de Joan Tafalla, Vilassar de Dalt, El Viejo Topo, 2018, p. 91.
[9] V.I. Lenin, Cartes sobre tàctica, in Entre dos revoluciones, Moscou, Editorial Progreso, 1978, p. 60. Existeix una edició en espanyol a editorial Akal, 2017, mateixa plana.
[10]  Marx i Engels, Manifest comunista, traducció? al català de Jordi Moners i Sinyol, Manresa, Tigre de paper, 2016.
[11]  In: El Marx tardío y la vía rusa, ob.cit. , p. 162.
[12] Es pot trobar a: http://lallibertatdelsantics.blogspot.com.es/2018/05/espanacataluna-pueblonacionestado.html
[13] Publicats en castellà al tom 6 de l'edició de l'editorial Era del Quaderns de Presó. Es pot descarregar a:  http://www.elsarbresdefahrenheit.net/documentos/obras/1513/ficheros/Gramsci_Antonio_Cuadernos_de_La_Carcel_Tomo_6_OCR.pdf
[14] E.P. Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, dos tomos, prólogo de Josep Fontana, Barcelona, editorial Crítica, 1989.
[15] Friedrich Engels, Para leer El Capital, traducció de Wenceslao Roces de la edició alemanya de les Edicions en Llengües Estrangeres. Moscou, 1961, Juan Grijalbo editor, Colección 70, México DF, 1969, p. 78.
[16] Les podem trobar reunides en l'índex bibliogràfic preparat per Wenceslao Roces per a la seva traducció de El Capital, Mèxic, Fondo de Cultura Económica, 1972. A l'apartat "Informes parlamentaris, publicacions oficials i d'altres organismes", trobarem enumerats els famosos Blue Book: "Reports off the Inspectors off Factories" (entre els anys 1842 juliol 1867); els informes de la Children 's Employment Commission (anys 1863 a 1867), diverses publicacions estadístiques, publicacions de comissions parlamentàries sobre les lleis de cereals, sobre les mines, sobre les lleis de pobres, sobre l'adulteració del pa, sobre les lleis de fàbriques, estadístiques sobre l'agricultura irlandesa, etc. És a dir, lluny de ser un model abstracte, deduït a partir de cadenes de raonaments teòrics, El Capital és una anàlisi concreta de la condició obrera a la Anglaterra del segle XIX, a partir de l'examen rigorós, de la investigació, en definitiva, de l'enquesta sobre tota la documentació disponible sobre aquell tema en aquell moment.
[17] Una associació a la que vaig pertànyer des de la seva fundació fins la tardor passada. 
[18] https://www.cobas.cat
[19] http://cestes.usb.it/chi-siamo/il-cestes.html
[20] http://www.usb.it
[21] AA. VV. (textos de Sergio Cararo, Luciano Vasapollo, Mauro Casadio, Rita Martufi, Joaquin Arriola, César Reyes, Josep Bel, Laurentino González, Montserrat Ortiz, Pep Valenzuela i Joan Tafalla), Miradas sobre la precariedad, Debate y propuesta para una "encuesta sobre el trabajo" y la reconstrucción del sindicalismo de clase, Josep Bel/Pep Valenzuela/ Joan Tafalla ( Coords.), Barcelona, El Viejo Topo, 2006.
[22] He desenvolupat això al meu text: ¿Queremos crear empleo? Salgamos del euro y de la UE, https://marxismocritico.com/2014/03/07/queremos-crear-empleo-salgamos-del-euro-y-de-la-ue-joan-tafalla/
[23] Ernest Cañada, Las que limpian los hoteles, Historias ocultas de precariedad laboral, Barcelona Icaria/Antrazyt, 2015, http://www.icariaeditorial.com/libros.php?id=1560
[24] https://directa.cat/revolucio-de-escales-es-mante-ferma
[25] https://www.eldiario.es/cv/alicante/Aparadoras-Elche-asociacion-Espana-invisibilidad_0_762224631.html
-- 
Joan Tafalla

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