Texto del artículo:
J.M. Martín Medem || Periodista.El café, producto de consumo masivo y cotidiano, es el segundo en comercialización mundial después del petróleo. Un mercado del que dependen 125 millones de trabajadores. El 70% se cultiva en campos de menos de 10 hectáreas pero sólo cinco grandes empresas transnacionales controlan el negocio. De los 52.000 millones de euros que genera cada año, sólo el 20% se queda en los países de origen y los campesinos reciben menos del 10%. Brasil (33%) y Vietnam (14%) son los mayores productores. La Unión Europea acapara el 60% de la cosecha mundial (ocho millones de toneladas el año pasado), la mitad para su consumo y otro tanto para su venta internacional procesado y empaquetado.
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (que agrupa a treinta organizaciones y forma parte de la Organización Mundial del Comercio Justo) denuncia que el del café es “un mercado globalizado y desregulado que se caracteriza por una competencia salvaje, social y medioambientalmente insostenible, sometida a la especulación y volatilidad de un precio en origen que apenas representa una ínfima parte del que finalmente pagamos por una taza de café: un mercado repleto de intermediarios y controlado por cinco transnacionales, donde la voz de los millones de pequeños productores es ignorada sistemáticamente”.
En España consumimos anualmente 200 millones de kilos de café pero, a pesar de que es el producto más conocido y comprado en este movimiento de economía social y solidaria, sólo se facturaron en el 2010 once millones de euros en las tiendas de comercio justo. El consumo medio en productos de este mercado alternativo no llega a los cincuenta céntimos de euro por persona y año. Diez veces menos que en el conjunto de la Unión Europea.
El 12 de mayo es el Día Mundial del Comercio Justo que este año tiene como símbolo al café. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (www.comerciojusto.org) nos explica que para disfrutar de un buen café no hace falta que nadie termine molido. El comercio justo asegura un precio mínimo de compra que garantiza condiciones dignas de vida y de trabajo para los pequeños productores. En el caso del café, se establece un precio estable, adelantando parte del pago para financiar las inversiones sin tener que recurrir a los canales habituales de crédito que imponen condiciones abusivas, se protege la producción ecológica sin pesticidas ni transgénicos, se vigilan las condiciones laborales, se protegen los derechos de las mujeres y se prohíbe el trabajo infantil (que suele ser del 10% en las plantaciones sin control).
El café de comercio justo es de mejor calidad aunque un poco más caro porque el campesino recibe un 17% del precio de venta mientras en el mercado convencional sólo el 5%. Un valor más digno para el productor que nos asegura una buena taza de café cultivado y tostado con justicia.
Artículo de www.profesionalespcm.org insertado por: El administrador web - Fecha: 11/05/2012 - Modificar
Comparte el artículo en las REDES SOCIALES: Delicious | Meneame | Facebook | TWITTER | Technorati | BarrapuntoSitio Web del Núcleo de Profesionales y Técnicos del Partido Comunista de Madrid PCM/PCE- http://www.profesionalespcm.org
Actualizado a 14/04/24
Los comentarios y colaboraciones son bienvenidos (comunistas_ARROBA_profesionalespcm_PUNTO_org):
Envíanos
tu colaboración, o comentarios vía formulario.
¡¡AFÍLIATE
EL PARTIDO COMUNISTA DE MADRID - PCE!
BÚSQUEDAS
en este sitio web
Agregador RSS de noticias y contenidos - Aquí OTRA VERSIÓN DEL AGREGADOR RSS XML