Rusia 

 04 de diciembre de 2003

¿Es posible la estabilización de Georgia?
* Marisol Rodríguez

Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria

De la estabilidad y cohesión de la ex-república soviética de Georgia depende tanto la nueva ruta del petróleo promovida por los EEUU (Bakú-Tiflis-Ceyhan), como la paz dentro de su propio territorio y en la región del Cáucaso. Una estabilidad que Eduard Sheverdnadze no supo conseguir y que le ha hecho perder el apoyo tanto de EEUU como de Rusia. En el triunfo de la oposición algunos analistas ven un mayor peso de Washington, interesado por un gobierno que mire a Occidente y que garantice el poder geopolítico y económico de los EEUU en la región. Mientras tanto, Rusia se mantiene a la espera de lo que suceda con las independentistas regiones georgianas de Abjasia, Adjaria y Osetia del Sur que, al menos dos de ellas, miran de nuevo a Moscú para que las proteja del nacionalismo de Mijail Saakasvili, el nuevo hombre fuerte de Georgia con muchas posibilidades de convertirse en el futuro presidente de la república.

El interés de EEUU por el Cáucaso no es nuevo. Lleva años realizando operaciones estratégicas y militares en la zona en una lucha por ganar posiciones a Rusia, su competidora en la región. Ejemplo de ello fueron los acuerdos alcanzados con los gobiernos de las repúblicas ex soviéicas de Uzbekistán y Tajikistán que le permitieron la instalación de bases militares en estos territorios. En Georgia también tiene sus bases, ya que tras el 11-S se levantaron campamentos para instruir al ejército local en la lucha contra el terrorismo islámico. Anclaje estadounidense conseguido.

Pero no han sido sólo acciones militares lo que EEUU ha desarrollado en el Cáucaso. Uno de sus mayores éxitos ha sido económico: conseguir que las enormes riquezas, prácticamente sin explotar, del Mar Caspio lleguen al puerto "amigo" de Ceyhan, en Turquía, a través de un oleoducto que da un "rodeo" por Georgia. Según Eduardo Giordano, especialista en temas relacionados con conflictos del petróleo, "Georgia es considerado un país mucho más seguro que los llamados Estados fallidos y que todos aquellos países en los que, particularmente tras el 11-S, podría proliferar alguna forma de terrorismo religioso o de extremismo islámico". Con este movimiento de apoyo a la ruta Azerbaján-Georgia-Turquía, EEUU conseguirá acabar con la dependencia de oleoductos rusos e iraníes para la explotación en el Caspio y reducir el peso de Rusia en la zona. Como beneficios añadidos, a una escala más global obtendrá una menor dependencia de los países exportadores de Oriente Medio y un suministro seguro de energía para Israel.

Esta conexión Caspio-Mediterráneo, aprobada en 1999 durante la Cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), ha convertido a Georgia en un enclave energético estratégico cuya estabilidad es vital para Washington. EEUU no sólo ha tenido mucho que ver en que se eligiera la ruta que pasaba por Georgia, sino que también está implicada en la realización de las infraestructuras de transporte a través de sus potentes compañías petrolíferas. La construcción del oleoducto es un proyecto del AOIC (Azerbaján International Oil Consortium), el consorcio internacional del petróleo que opera en Azerbaján y que reúne a las multinacionales estadounidenses más importantes como Chevron, Exxon Mobil y Unocal. Según las declaraciones de Medí Parkizi Amineh, investigador del instituto Clingendael en Holanda y del International Institute for Asian Studies de la Universidad de Amsterdam, Bush y miembros de su equipo de gobierno estuvieron involucrados en la formación de dicho consorcio. Prueba de ello, es la participación de George Bush a través de sus petroleras Arbusto y Harken; del Vicepresidente Dick Cheney, que como presidente de Halliburton hizo una oferta para comprar la parte turca del oleoducto; de Condolezza Rice, actual consejera de seguridad, y que por entonces era la directora de Chevron; y por último, la relación con el proyecto del actual viceministro de Relaciones Exteriores, Richard Armitage, por su puesto de presidente de la Cámara de Comercio de EEUU-Azerbaján 1 .

No cabe duda de que EEUU gana mucho con la construcción de un oleoducto que acerque a Occidente las enormes reservas del Caspio, utilizando para ello la ruta de paso más segura en el revuelto Cáucaso, es decir, a través de Georgia. Pero ¿qué gana con ello esta república?. La respuesta es clara: fundamentalmente ingresos en concepto de derechos de tránsito del petróleo y un mayor acercamiento a EEUU y Occidente que le abra las puertas de la OTAN y reduzca la continua presión rusa.

Al borde del colapso económico: el apoyo de EEUU

Pero este maná tan esperado en concepto de ingresos por derechos de tránsito del petróleo del Caspio que, si todo va según lo proyectado, empezará a llegar a Georgia en 2005, no va a ser suficiente para sacar a la república de la grave crisis económica en la que se encuentra. El fraude electoral de Sheverdnadze en las pasadas elecciones del 2 de noviembre vino a decir que Georgia continuaba con problemas y que, por consiguiente, el negocio del siglo estaba en peligro. Salió a la luz la corrupción gubernamental, el poder de las mafias locales y las bandas armadas, la altísima tasa de desempleo y la miseria de más de la mitad de la población, que se ha visto obligada a subsistir con menos de 1 dólar al día.

Ante esta situación, el primero de los retos con el que se enfrentan los aún provisionales líderes de Georgia es estabilizar una economía al borde de la bancarrota, con una deuda exterior que equivale al 60% de su PIB. Y Washington, no por casualidad, ya está de nuevo ahí para ayudar a Georgia. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano ha sido rápido en declarar que trabajarán con el gobierno interino porque éste "está haciendo todo lo posible para mantener la democracia en Georgia" 2 . De momento, EEUU ya ha comenzado por confirmar su apoyo económico para pagar las elecciones del próximo 4 de enero. El agradecimiento georgiano no se ha hecho tampoco esperar, tal como ha expresado la presidenta interina, Nino Burdyanadze: "nos gustaría mantener nuestra relación estratégica con EEUU, que ha hecho mucho por nuestro país" 3 . A pesar de la rotundidad de sus palabras, no hay que pensar que ese alineamiento haya cerrado totalmente la puerta a una poderosa vecina como Rusia, con la que ha declarado querer mejorar unas relaciones bastante deterioradas tras los bombardeos rusos de 2002 contra supuestas posiciones chechenas en el valle georgiano de Pankisi, en la frontera con la república caucásica rebelde. Uno de los motivos de este guiño a Moscú puede estar en la necesidad de lograr la no intervención de Rusia en la cuestión independentista que acecha a la integridad de Georgia, y en la que el Kremlin ha tenido y, casi con seguridad, tendrá mucho que ver.

Problemas de cohesión de Georgia

Y es que Georgia se enfrenta a otros problemas, además de los económicos, en los que no le va a ser tan fácil no contar con Rusia. En concreto en el complejo asunto de la unidad territorial, ya que la república cuenta con tres regiones autónomas que Tiflis no controla del todo: Abjasia, Osetia del Sur y Adjaria. Con las dos primeras Georgia estuvo en guerra en la década de los noventa, primero con Osetia del Sur, que venía pidiendo el estatuto de región autónoma desde 1989 como paso previo para fusionarse con Osetia del Norte, en territorio ruso; y con Abjasia en 1992, que con el apoyo del ejército ruso luchó para conseguir una independencia que les permitiera unirse también a Rusia. Dos guerras en las que los georgianos fueron derrotados y por las que ambas regiones son prácticamente independientes. En cuanto a la tercera en discordia, Adjaria, el problema proviene principalmente de haberse convertido en el feudo de Aslán Abashidze, el máximo dirigente local.

http:// www.rferl.org/caucasus-report/maps.html

En un contexto tan "dividido", el triunfo del Movimiento Nacionalista de Mijail Saakashvili no ha hecho sino traer a estas regiones el recuerdo del férreo control bajo el Estado "unitario" de Gamsajurdia y reavivar sus ansias de independencia. Las reacciones de estas zonas no se han hecho esperar: Osetia del Sur ha vuelto a expresar su deseo de unirse a Rusia por razones políticas e históricas, Abjasia ha reforzado la vigilancia de sus fronteras y Adjaria ha declarado el estado de excepción debido a que "los líderes del movimiento que ha llegado al poder en Tiflis no ocultan su agresividad hacia el pueblo adjaro" 4 . Estas acciones han tenido ya una primera respuesta, de momento política, por parte de Saakashvili que confirma su propósito de no permitir concesiones a las regiones secesionistas: "nadie debe hacerse ilusiones, ni en Rusia ni en ninguna otra parte; Adjaria forma parte integral de Georgia. No somos agresivos, pero en caso de tentativa de separación actuaremos de forma decisiva" 5. Todo un aviso.

Una vez analizados todos los frentes abiertos, podemos decir que el camino que están tomando los acontecimientos no hace sino incrementar el temor a que puedan producirse nuevos conflictos armados en Georgia, pudiendo llegar a afectar a repúblicas vecinas. Chechenia, Azerbaján o Ucrania pueden ser de las primeras en resentirse desde un punto de vista político o territorial. En Chechenia la guerrilla sigue su lucha contra el gobierno de Ajmad Kadirov y contra las fuerzas rusas para conseguir la independencia. Azerbaján tiene una bomba de relojería dentro de su propio territorio en la región del Alto Karabaj, controlada por Armenia. Ucrania, por su parte, se enfrenta a las presiones de los opositores del presidente del país, Leonid Kuchma, que sueñan con conseguir lo mismo que sus homólogos georgianos: la dimisión del presidente de la república.

Los acontecimientos irán diciendo si el poder económico y los intereses políticos lograrán mantener bajo el control interesado del más fuerte a Georgia y al crisol del Cáucaso.

Para más información sobre el Cáucaso y los temas relacionados con el petróleo:

* Marisol Rodríguez - Periodista y Especialista en Información Internacional y Países del Sur. Colaboradora del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)
Madrid, 4 de diciembre de 2003

1 Radio Nederland
2 La Vanguardia, martes 25 noviembre 2003.
3 La Vanguardia, martes 25 noviembre 2003.
4 El País, 25 noviembre 2003.
5 El Mundo, martes 25 de noviembre de 2003.

original publicado en  http://www.iecah.org/espanol/globaliza/segurid/art_georgia.htm 


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