Movimiento Obrero - Mundo del Trabajo
  Primera reunión organizada por Corriente Roja  sobre Movimiento Obrero 
Jueves, día 5 de junio de 2003 a las 18h. en RENFE (salón de actos). INFORME DE SITUACIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO

Cada vez son más patentes las consecuencias de la mundialización capitalista por la defensa a ultranza de las instituciones económicas internacionales de los intereses de las grandes multinacionales y del poder financiero, pudiéndose constatar, que a pesar de la capacidad para crear riqueza, las desigualdades y la miseria aumentan, tanto en los propios países industrializados como en los del tercer mundo. Es más, hoy en día, parece que el recurso a la guerra, a la guerra "preventiva", es la única salida del capitalismo. La Unión Europea se encuentra a la vanguardia de este tipo de política ultraconservadora que provoca paro, precariedad, un mayor grado de pobreza y de exclusión social.

El objetivo fundamental del capitalismo europeo para aumentar la tasa de explotación de los y las trabajadoras se impulsa desde la Comisión Europea, por lo tanto todos los gobiernos están involucrados, habiendo contado en ocasiones con la connivencia de la Confederación Europea de Sindicatos. La aplicación de Tratados como el de Maastricht o el Pacto de Estabilidad suponen la mejor coartada para que los quince apliquen políticas de ajuste, como en la actualidad se está exigiendo por parte de la Comisión alcanzar el equilibrio presupuestario a cada miembro. Esto está llevando a claros recortes en las partidas destinadas a los servicios públicos, así como, al desmantelamiento de todo el entramado jurídico que constituyó el sistema de derechos laborales.

El resultado de dos décadas de políticas neoliberales ha sido el desmantelamiento del denominado Estado de Bienestar con una transferencia de fondos públicos al sector financiero y a la empresa privada. Junto a esto, la desregulación laboral ha propiciado una disminución progresiva de los costes laborales, más paro e incremento de la precariedad.

La ideología dominante ha hecho el resto y hoy muchos trabajadores y trabajadoras han asimilado valores de insolidaridad, individualismo y competitividad, lo que garantiza la intensificación de la explotación y la nula resistencia. Todo ello ha influido negativamente en la capacidad y representatividad de los sindicatos, que ya no se ven como algo necesario para la defensa de los derechos de las y los trabajadores. Si bien es cierto que su afiliación aumenta, son afiliados atraídos por los servicios, sin ninguna militancia, y no logran introducirse en colectivos como los jóvenes, precarios o parados porque no responden a sus necesidades. La individualización de las relaciones laborales, en la mayoría de las ocasiones consentida por los sindicatos, ha logrado desarticular una parte muy importante del movimiento obrero al ver a los sindicatos mayoritarios como algo institucionalizado y alejado de los trabajadores y trabajadoras.

En el Estado español se viene aplicando esta política neoliberal con toda intensidad: se han recortado derechos de los trabajadores con sucesivas reformas laborales, se cuestionan pilares básicos del estado del bienestar como la sanidad y la educación con el único objetivo de privatizarlos, el sistema público de pensiones se reforma con medidas que en nada favorecen a la inmensa mayoría de los futuros pensionistas, sufrimos una precariedad y una siniestralidad laboral muy por encima de los países de nuestro nivel, y se aprueba una política fiscal regresiva aumentando el peso de los impuestos indirectos y favoreciendo a las rentas del capital.

La Huelga General del 20 de Junio ha marcado un punto de inflexión en el asfixiante panorama de paz social que se vivía en el Estado español desde hacía casi una década propiciado por el giro a la derecha de las direcciones de CCOO y UGT. El éxito de esta movilización, y de la concentración del 5 de Octubre, no es patrimonio exclusivo de las organizaciones convocantes, sino de todas y todos los que han participado y han depositando su confianza en la lucha para frenar las políticas antisociales.

La gran movilización que supuso la huelga de Junio no fue ajena a la presión ejercida desde diferentes sectores de la clase trabajadora que llevaban largo tiempo desarrollando una amplia contestación ante cada agresión y exigían la convergencia de las luchas en una huelga general, así como, al emergente movimiento antiglobalización, el cual pudo llegar a sectores ajenos al mundo sindical. Uno de los hechos más importante es haber demostrado que hay condiciones para la movilización cuando se ofrece una alternativa clara a las y los trabajadores y a los ciudadanos y ciudadanas. Por ello debemos dedicar grandes esfuerzos para evitar que se desactive el proceso de movilizaciones y se dilapide el capital acumulado.

La adaptación de las cúpulas de los sindicatos mayoritarios a las políticas neoliberales ha quedado patente por la colaboración mantenida con el gobierno del Partido Popular, lo que se ha traducido en un claro retroceso de los derechos sociales de las y los trabajadores. Hoy día esta burocracia sindical, a pesar del cambio que ha supuesto la convocatoria del 20 J, es un claro obstáculo para la lucha de la clase trabajadora y la reconstrucción de un movimiento obrero independiente y de clase.

Si las direcciones de los sindicatos mayoritarios reclaman “independencia de los partidos políticos”, desde Corriente Roja pensamos que la reconstrucción del movimiento obrero sólo se puede dar desde posiciones de independencia de clase. Por esto pensamos que como corriente política de la izquierda transformadora es nuestro deber confrontar nuestras posiciones a las actuaciones sindicales que menoscaben los contenidos de clase.

Nuestras tareas

La situación de debilidad por la que atraviesa el movimiento obrero en el Estado español requiere de un enorme esfuerzo de los trabajadores y las trabajadoras para cambiar la correlación de fuerzas con las mayorías sindicales actuales. Las y los militantes de Corriente Roja nos encuadramos en diferentes sindicatos y, desde los mismos, tenemos que desarrollar nuestra labor de acumulación de fuerzas para que la renovación del mismo se consiga sobre la base de posiciones clasistas e internacionalistas. Esta tarea a pesar del ingente trabajo que comporta debe estar en nuestro horizonte si aspiramos a transformar la sociedad capitalista para construir el socialismo

El paro, la precariedad, las nuevas modalidades de contratación, junto a la deslocalización y privatizaciones de la empresa pública y servicios, ha ocasionado una gran atomización de los centros de trabajo y, por ende, de la clase trabajadora. Esto, obviamente, se tiene que reflejar en la acción sindical, cobrando mayor importancia en ocasiones el trabajo desde los territorios para organizar a los y las precarias, parados y paradas, ya que son, precisamente, los jóvenes y las mujeres las más afectadas por esta flexibilización de las condiciones laborales. Las y los inmigrantes son parte de esta clase trabajadora, por ello tendremos que dedicar nuestros esfuerzos a mejorar sus condiciones laborales.

Nuestros ejes de trabajo girarán entorno a:

* Mantener y continuar las movilizaciones que se iniciaron el 20 de Junio, y que todavía no han conseguido que se retire el Decretazo, constituye una prioridad actualmente por el panorama que se vislumbra de nueva concordia de los dirigentes de CCOO y UGT con el ejecutivo del Partido Popular, al retroceder éste en algunos puntos menores e intentar recuperar el diálogo social. Además, no podemos dejar aislados a los trabajadores andaluces y extremeños en su lucha por el PER, ya que con la aceptación de las modificaciones del decretazo las direcciones sindicales mayoritarias les han dejado solos en su lucha contra el gobierno.

* Denunciar el acuerdo sobre la negociación colectiva, que mantiene maniatados a los trabajadores de las grandes empresas y sectores ante la crisis económica. Así como la firma reciente del acuerdo para la Mejora y Modernización de la Administración Pública que traiciona compromisos anteriores con estas y estos trabajadores como la recuperación del poder adquisitivo, cláusula de revisión, derecho a una verdadera negociación colectiva, etc.

* Lucha contra los despidos que se avecinan en muchas empresas, y que las direcciones sindicales no van a enfrentar coherentemente. No lo hicieron ante las reconversiones y las privatizaciones de los ochenta y noventa, y no lo van a hacer ante las que vienen. Todas sus políticas se reducen a negociar bajas incentivadas, despidos “no traumáticos” y prejubilaciones, que redundan en la destrucción de puestos de trabajo y la precarización de los nuevos que se crean.

Para esto las y los miembros de CR:

- Trabajaremos impulsando las movilizaciones y coordinando las luchas que existan o se puedan dar, con el objetivo de hacerlas confluir en territorios, regiones, y poder, de esta forma, relanzar luchas más amplias.

- La reorganización del movimiento obrero y de masas tiene como columna vertebral la reconstrucción del mismo desde posiciones de independencia de clase. Por lo que los y las militantes de CR, que nos encuadramos en diferentes sindicatos, trabajaremos -desde los mismos- de forma homogénea para contribuir a la necesaria unidad sindical "transversal"

- Rechazamos el recurso a la guerra que encabezan los EEUU contra el pueblo iraquí, al que se suma la mayoría de los gobiernos de la UE. Y apoyamos la propuesta de que si ésta tiene lugar se convoque inmediatamente una Huelga General.

Es necesario destacar nuestra apuesta por el desarrollo y continuidad del movimiento antiglobalización que ha demostrado su capacidad de convocatoria y de denuncia de la voracidad del sistema capitalista, permitiendo el reagrupamiento de colectivos, fuerzas sociales y políticas, y de ciudadanos y ciudadanas que ningún otro movimiento sería capaz de conseguir.

Anexos:

SISTEMAS SOCIALES PÚBLICOS

Sistema de Pensiones

Sistema Sanitario

La situación actual de la sanidad en el Estado español se podría definir de forma sucinta como el fruto de las sucesivas modificaciones que sobre el Sistema Nacional de Salud, que implantó la Ley General de Sanidad en 1986, se han dado. Entre ellas cabe destacar por sus implicaciones actuales las que han configurado las transferencias sanitarias a las Comunidades Autónomas, han atomizado el Sistema Sanitario Público en entes de gestión privada, y las que con anterioridad dieron carta de naturaleza a la gestión de los centros sanitarios como meras empresas sujetas al derecho mercantil. El objetivo último era sentar las bases de un sector sanitario abierto al mercado y con ello poder financiar con fondos públicos los centros sanitarios privados.

Los modelos sanitarios actuales no han sido ajenos al desarrollo de políticas neoliberales en los diferentes países occidentales. Desde los años ochenta los modelos de salud públicos fueron puestos en tela de juicio y recibieron todo tipo de críticas. Se trataba de acabar con una de las prestaciones, la asistencia sanitaria, que se había desarrollo como parte esencial de lo que se ha venido en llamar el Estado de Bienestar. Las políticas económicas ultraconservadoras que se estaban aplicando en los países occidentales obligaban a desmantelar todo aquello que no estuviera sujeto básicamente a las leyes de mercado como eran la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales.

En el caso de los países de la Unión Europea, los Planes de Convergencia y en la actualidad el equilibrio presupuestario para alcanzar el déficit cero están jugando un importantísimo papel a la hora de justificar la aplicación de estas políticas neoliberales por parte de todos los gobiernos. Las consecuencias para los dispositivos asistencias han sido nefastas, deslegitimación y deterioro de los servicios sanitarios públicos al contar con escasos presupuestos, externalización y privatización de servicios, transferencia de fondos públicos para concertar con el sector privado sanitario, junto a esto se ha introducido una creciente desregulación, mayores cargas de trabajo, menos plantillas y peores condiciones laborales, lo que está repercutiendo en la calidad asistencial prestada.

De esta forma se terminaba con décadas en que los servicios públicos habían constituido mecanismos solidarios de redistribución de la renta. Y no porque en el caso de los servicios de salud se hayan privatizado de la noche a la mañana, sino porque las medidas de gestión empresarial introducidas los hacen incompatibles con sus objetivos, esto es, mejorar el nivel de salud de toda la población. Ya no se trata de dar respuesta a las necesidades que en materia sanitaria tienen l@s ciudadan@s mediante un servicio público, que responde a las características de ser universal, equitativo, solidario y de calidad, sobre el que la propia población tenga mecanismos de control, ahora lo que se persigue es la gestión de los centros sanitarios como si de una gran empresa se tratase, satisfaciendo al cliente y haciéndola rentable económicamente.

A esto se viene a sumar las medidas privatizadoras de los servicios en general que promueve el Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (el GATS, en sus siglas inglesas) que supone un espaldarazo a la implantación de multinacionales del sector sanitario.

Las transferencias sanitarias no han contribuido a la necesaria participación de la población en la toma de las decisiones en materia de salud, sino muy al contrario ha supuesto una desvertebración y atomización de muchos centros y servicios que son la base para su futura privatización. Por otra parte, se han dispersado -y por ahora es impensable su coordinación- instrumentos de planificación, de información, de vigilancia epidemiológica y existe una degradación de los mecanismos imprescindibles para intervenir eficazmente en la mejora de los niveles de salud de la población. No existe Plan Integrado de Salud, que la LGS de 1986 obligaba a establecer en un plazo de 18 meses, y que debiera haber sido el eje de la planificación y coordinación de políticas, de la ordenación de recursos y, en general, de la configuración del conjunto del SNS.

Todas estas transformaciones se han podido ir sucediendo por el respaldo, en muchas ocasiones, de buena parte de la izquierda y de los sindicatos mayoritarios, así como, por la debilidad, cuando ha existido, de la contestación ciudadana. No se puede olvidar que las últimas formas de gestión empresarial en el año 1997 fueron aprobadas en el Parlamento estatal con los votos del PSOE.

Corriente Roja tiene como objetivo la defensa de un modelo alternativo sanitario que lo impulsará tanto desde el movimiento obrero, movimiento antiglobalización capitalista como desde los movimientos vecinales, a través de las Plataformas en Defensa y Mejora de la Sanidad Pública, o de cualquier otra instancia que defienda similares principios.

Los grandes ejes del mismo se pueden agrupar en

· El derecho a la salud, como bien de primera necesidad, ha de ser garantizado para todas las personas

· La rentabilidad del sector sanitario se sitúa más allá de lo puramente económico, por lo que debe quedar excluido del mercado.

· Esto sólo puede llevarse a cabo con la instauración de un modelo sanitario público que asegure a toda su población cobertura universal y equidad en el acceso a las prestaciones sanitarias. Es imprescindible un incremento en la financiación y ésta se realizará a través de los Presupuestos Generales del Estado. Tanto la gestión como la provisión serán públicas.

 

· Las correspondientes administraciones sanitarias planificarán democráticamente la asistencia sanitaria con la participación de ciudadanos y trabajador@s del sector.

 

· Estos servicios girarán en torno a una atención integral a la salud de las personas, primando aspectos de prevención y promoción de la salud, junto a un mayor desarrollo del primer nivel asistencial como es la Atención Primaria de Salud.

· Elaboración del Plan Integrado de Salud que fije prioridades y objetivos en materia de salud.

* Defensa de una política del medicamento que prime la investigación y producción nacional de principios activos, así como una comercialización y distribución sin los grandes márgenes actuales. El Sistema Sanitario Público contará con una lista de medicamentos básicos que serán gratuitos.

Sistema Educativo

Empresa Pública: Renfe, Correos, ...


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