Confederación Sindical de Comisiones Obreras
ENERO/03
NOTA DE PRENSA DEL SECTOR CRÍTICO DE CC.OO
SOBRE EL ACUERDO PARA LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA 2003 

Ante el acuerdo que pretende firmar la dirección de CC.OO. con la patronal para la negociación colectiva de 2003, el Sector Crítico (que obtuvo una representación del 30% en el último Congreso) quiere manifestar su más enérgico rechazo porque recorta los salarios de los trabajadores/as y no avanza en la reducción de la jornada ni en medidas concretas contra el empleo precario. También exige un referéndum previo entre los afiliados/as para recuperar la democracia, la participación y la unidad interna, que en la actualidad está gravemente deteriorada.  

La oposición a la  firma de dicho acuerdo se basa en lo siguiente: 

  1. El año pasado se suscribió un acuerdo para la negociación colectiva entre la patronal, CC.OO. y UGT, con el ánimo de evitar una negativa reforma gubernamental de la legislación sobre negociación colectiva. El balance de dicho acuerdo del 2002 se ha demostrado claramente negativo para los trabajadores y trabajadoras: perdida de poder adquisitivo de los salarios (incremento medio del 2,9% frente a una inflación del 4%), no reducción de la temporalidad en el empleo, la disminución de la jornada laboral ha sido nula ( 2 minutos a la semana) y aumento del paro En resumen, ha deteriorado de forma general los procesos de negociación de los convenios, hasta dejarla prácticamente sin pulso.
  2. De nuevo se pretende volver a insistir en la misma estrategia fracasada, y contraria a los intereses de los asalariados que también se ha practicado con el reciente acuerdo para las administraciones públicas. Lo único concreto que se quiere pactar son incrementos salariales que conducen a una nueva pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, no se puede seguir pactando los salarios en función de las previsiones siempre erróneas del gobierno (2% frente al 4% real) justamente cuando más se han disparado los precios, la vivienda está por las nubes, se aplica una fiscalidad regresiva o se humilla a los sindicatos con el Salario Mínimo Interprofesional. El resto del texto del acuerdo son declaraciones genéricas: no se concreta nada de empleo ni de reducción de jornada o de mayor poder de intervención laboral en las condiciones de trabajo. El objetivo –y el término omnipresente- es el de moderación salarial, para que sigan inmoderados los excedentes empresariales aceptando  se produzcan descuelgues salariales.

Ante esta situación, el Sector Crítico de CC.OO.: 

·       Reclamamos una política de negociación colectiva que se base en la recuperación y mejora del poder adquisitivo de los salarios cuyo incremento  no deberían ser inferior al 5%, teniendo en cuenta la inflación 2002, la participación en los aumentos de productividad y en los beneficios empresariales, al objeto de que los salarios no retrocedan en su participación en el PIB. Así mismo, urge una política de reparto del trabajo y de reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, sin reducción de salarios y la consolidación del empleo temporal en fijo y una mayor participación sindical en la organización del trabajo. Para ello es preciso revitalizar la negociación colectiva con la unidad sindical, la participación de los trabajadores y la movilización, que como ha demostrado el 20-J siempre deja sus frutos.

 ·       Pedimos el respeto a la democracia en el sindicato.

Es un escándalo que al órgano de dirección del sindicato no se le informe de un asunto de esta importancia y se entere del acuerdo por la prensa. La Comisión Ejecutiva Confederal (CEC) elegida en el Congreso de CC.OO., y que debido a la política de exclusión se reúne tan solo una tarde al mes, celebró su última reunión el martes 14 de enero. En ella no se informó  de cómo estaba a punto de cerrarse el acuerdo y tuvimos que enterarnos a través de los medios de comunicación, el jueves 16 de enero.

·       Exigimos una amplia campaña de información a los trabajadores y trabajadoras, con asambleas en los centros de trabajo, sobre un acuerdo que les va a afectar de manera directa en sus salarios y condiciones de trabajo. No se debe firmar el acuerdo sin una consulta a los afiliados del sindicato. Si se pretende firmar con la simple discusión en los órganos, desde la falta de información, de debate y sin otorgar la capacidad de decisión a los afiliados/as, estaríamos ante una cuestión de miedo y de desprecio a la democracia. 

·       En CC:OO. debería fomentarse la máxima participación de los trabajadores,  debería de establecerse, de una vez por todas el “Nunca Más Represión Sindical”  por tener otras posiciones y recuperarse la unidad interna, debería intensificarse una mayor presión sobre un gobierno de la derecha, que ha resumido últimamente muy bien su política en menos escuelas públicas y más policías , con la LOCE y la reforma del Código Penal. Lo que no debe hacer la dirección del sindicato es dedicarse a la vuelta a una política de pactos con patronal y gobierno, que además de recortar salarios y no avanzar en derechos laborales, solo sirven para asegurar la paz social y, en todo caso, beneficios electorales para algunos.      

Madrid, 19 de enero de 2003


NEGOCIACIÓN COLECTIVA 2003: PACTO PARA LA PAZ SOCIAL EN LAS EMPRESAS

A luchar por el Socialismo n.º 10

Teo Navarro 

La renovación del acuerdo interconfederal sobre la negociación colectiva para este ejercicio (ANC 2003) es prácticamente un hecho al cierre de esta edición. Este acuerdo debe garantizar la paz social en las empresas durante este año y despejar así una de las principales incertidumbres que se habían creado a raíz de la huelga general del 20-J.

Como ha afirmado el jefe de la patronal, José María Cuevas, "la paz social es un intangible de un gran valor, sobre todo si se tiene en cuenta que hasta hace poco España era el país europeo que perdía más horas de trabajo por conflictos laborales". Más todavía, debe pensar Cuevas, si -como en el 2002- esa paz social sirve para facilitar recortes salariales, ajustes de plantilla y desregulación laboral. No es otro el sentido de un pacto, que la propia patronal describe como "extraordinariamente parecido" al suscrito en diciembre de 2001.

UN MAL PACTO

Sin duda los dirigentes sindicales se esforzarán en convencernos de sus bondades pero, a la luz de lo que ya ha anunciado sobre su contenido y de la experiencia del 2002, se puede afirmar sin temor a equivocarnos que, en lo sustancial:

-Traerá nuevos retrocesos salariales. En el 2002 la pérdida salarial media oficial (pues nadie se cree que la inflación real haya sido sólo de un 4%) ha sido del 1%, que no ha podido recuperarse en muchos casos: hay un 30% de trabajadores sin cláusula de revisión y buena parte de quienes la tienen es parcial o no es retroactiva o ambas cosas a la vez. Está también el millón de trabajadores sujeto al salario mínimo y, además en algunos sectores y empresas han actuado las "cláusulas de descuelgue", aceptadas por los dirigentes sindicales.

-No impedirá los despidos por reducciones de plantilla, como no los ha impedido en el 2002. Sin embargo facilitará que, a nombre de preservar el empleo, se profundice en la llamada "flexibilidad interna", es decir, aumentará la desregulación (descuelgues, congelaciones o recortes salariales, dobles escalas salariales, horarios y calendario, categorías, subcontratación...) y la precariedad. No es casual que la patronal se haya negado en redondo a incluir la regulación de la subcontratación.

-Dejará inerme y aislados a los trabajadores dispuestos a luchar por sus derechos salariales, laborales o por su puesto de trabajo.

ORGANIZAR LA OPOSICIÓN AL ACUERDO

La burocracia dirigente de CCOO y UGT pretende legitimarse para firmar el Acuerdo mediante la ratificación por sus Consejos Confederales, sin abrir un proceso de información, debate y consulta decisoria a los afiliados y al conjunto de la clase trabajadora, los verdaderos afectados por su contenido y a quienes debe corresponder la última palabra. Ha de ser responsabilidad de cuantos nos oponemos a esta política desmovilizadora y burocrática organizar la oposición contra el Pacto. Desde las corrientes sindicales de izquierda como el Sector crítico de CCOO, los agrupamientos, activistas o sindicatos contrarios al Pacto hay que unir fuerzas en comités, asambleas y organismos internos de los sindicatos para pronunciarse contra el pacto y exigir una consulta vinculante antes de su firma.


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